Lo Que Juramos

Capítulo 21: ¿El adiós?

Enrique, tocaba la puerta de la habitación de Leo, una y otra vez, al no obtener respuesta, decidió ir por la copia de la llave de la habitación. Una vez que tuvo en sus manos la misma, regreso a la habitación de su hermano, y abrió la puerta, quedando consternado al ver al joven de ojos color cielo tirado en el piso, abrazando a un carrito a baje de cajitas de cartón; con los ojos cerrado, como si estuviera muerto.

—¡Leo! — expreso el joven de ojos verdosos yendo al lugar donde estaba su hermano, para moverlo con cuidado, con el objetivo de hacerlo reaccionar. Leo, reacciona, reacciona — añadió el joven de ojos verdosos, dándole palmaditas en el rostro, al otro joven.

—Eli, Eli, dime que no es cierto, dime que me amas — decía Leo, con voz de ebrio.

—¡Vamos¡ ponte de pie — expreso Enrique, ayudando al joven de ojos color cielo, a ponerse de pie, haciendo que el otro joven, note su presencia.

—Enrique…

—Si, soy yo hermano — contesto el nombrado, mientras apoyaba al otro joven a ponerse de pie.

—Enrique, Eli, me estuvo usando — agrego con tristeza Leo, haciendo que el joven de ojos verdosos lo mire con nostalgia.

—Luego hablamos de ello, ahora hay que darte un baño y cambiarte de ropa, llamare a Matías, para que venga a ayudarme — expreso Enrique, con la mayor calma que pudo, mientras sacaba su celular del bolsillo de su pantalón, para marcar el número de su hermano menor.

—¡Hermano! — escucho el joven de ojos verdosos.

—Matí, ¿Estás con nuestros padres? — dijo Enrique.

—No, estoy en el jardín— escucho.

—¡Perfecto! ven ahora mismo a la habitación de Leo, si te encuentras con papá o mamá, no le digas que vienes para acá…

—¿Por qué?, ¿Le paso algo a Leo? — escucho.

—Si, pero no es nada grave, ven enano, aquí te explico mejor las cosas — agrego Enrique, dando así por finalizada la llamada.

Matías llego lo más rápido que pudo a la habitación de Leo, el jovencito, al ver a uno de sus hermanos mayores, totalmente ebrio, lo miro con nostalgia, y decidió no preguntar nada por el momento.

—Sacare ropa limpia y una toalla — expreso Matías, mientras Enrique sostenía a Leo, para evitar que caiga al piso.

—Bien hermano, alista todo para darle un baño, y luego vienes a apoyarme, para hacerlo llegar hasta la ducha — respondió Enrique.

—Sí.

Enrique hizo lo que le pidió su hermano mayor, una vez que tuvo todo listo preparado para el baño de Leo, regreso al lugar donde estaban sus dos hermanos mayores.

—Apóyalo del otro lado — pronunció Enrique.

—Sí — contesto Matías, mientras se colocaba en el lugar indicado.

Luego de algunos minutos, con el apoyo de sus dos hermanos, Leo, llego hasta la ducha, en donde se dio un refrescante baño y se cambio de prendas. Tras de ello, con el apoyo de Enrique y Matías, llego hasta su cama.

—La habitación esta de cabeza — decía Leo, con una sonrisa forzada, haciendo que sus hermanos se miren entre sí.

—Iré por algo para que se sienta mejor — expreso Matías, antes de salir de la habitación.

—No debiste tomar, tú no tienes costumbre — pronunció Enrique con firmeza.

—Eli, me uso Enrique, ella solo quería vengarse de Malena, por eso se acercó a mí, solo para lastimarla a ella, solo por ello, solo por ello…

—¿Estás seguro? — contesto Enrique, recordando la vez que vio a la castaña ebria en la fiesta de compromiso del joven de ojos color cielo.

—Sí, ella es novia de Braulio, se casará con él en seis meses — añadió Leo, mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos.

—No lo puedo creer....

—Ella solo estuvo fingiendo, nos engañó a todos, hasta a sus amigas, todo fue una actuación para hacerme caer y así vengarse de Malena — agregaba con decepción el joven de ojos color cielo, al tiempo que la puerta de la habitación se abría.

—Aquí tienes hermano — expreso Matías, mientras se acercaba a la cama de Leo. Tómalo todo, con ello te sentirás bien — acotó el joven.

—¡Gracias! — dijo Leo.

—¿Quién lo hizo? — pronunció Enrique, intrigado.

—La señora Fiore, pero le pedí, que no se lo comente a nuestros padres, tampoco le di el nombre de la persona que se lo tomaría — respondió Matías con calma.

—Hiciste bien — contesto el joven de ojos verdosos, posando su mirada en el joven de ojos color cielo. ¿Más tranquilo? — añadió, tras ver terminar la infusión al joven.

—Sí, aunque este el dolor no pasará — contestó Leo, haciendo una breve pausa para acotar: ¿Por qué Eli me hizo esto?, ¿Por qué?, ¿Por qué?

—¿Qué te hizo hermano? — pronunció Matías, con calma.

—Me uso, me…..

Leo con voz entrecortada, les comento a sus hermanos todo lo que Eli le había dicho, mientras estos solo se limitaron a escucharlo.

—No puedo creerlo hermano, aunque no conozco a esa chica, ya siento que la odio, es una malvada — dijo Matías con amargura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.