Habían trascurrido dos días desde que Eli platico por video llamada con sus amigas. Dos días de haberse enterado de la vida de Leo, dos días de haberse enterado que él había retomado su compromiso con Malena, dos días desde los cuales Eli sentía un mayor dolor en su corazón, un dolor que con cada minuto que pasaba se incrementaba más de solo imaginar que en solo algunos días, él se casaría con otra.
Eli, a pesar del dolor que sentía, había decidido sintonizar de manera virtual el canal de Metrópoli que le había indicado Paulina, en el cual se estaba transmitiendo el recital del joven de ojos color cielo.
—¡Mi amor, te casas¡ ¡te casas¡ ¡Perdóname por no haber cumplido nuestro juramento¡ ¡Perdóname por de alguna manera haberte inducido a que tomes esa decisión! — decía la castaña mientras de sus ojos salían una lágrimas, al ver el rostro entristecido de su amado, al tiempo que tocaba una canción con la que daba por cerrada su presentación, una canción que de niños muchas veces lo oyó tararear cuando se sentaban bajo el árbol de manzano, y que él siempre le decía que era una canción para ella que él había creado, y que hoy la escuchaba ya plasmada en una hermosa canción a piano, bajo el título de “Mi único amor”.
Pero, Eli, no era la única que estaba empezando a sollozar, Leo, mientras tocaba su canción también dejaba caer unas lágrimas por sus mejillas, sorprendiendo a las personas que estaban más cercanas al escenario, entre ellas Enrique.
—«Leo» — pensó el joven de ojos color verdosos, mientras miraba con nostalgia a su hermano, que, para sorpresa de los presentes, empezó a cantar con voz un tanto quebrada, acompañado de la música que tocaba.
—Esta era la sorpresa que había preparado para el cierre del recital — expreso Clarisa que estaba junto a su prometido.
—Creo que sí, pues me dijo que hoy le pondría su voz a una de sus primeras composiciones y que con esta cerraría el recital, pues como te lo comente, sus auspiciadores le pidieron que lo haga, tras escucharlo cantar mientras practicábamos en el conservatorio — dijo Enrique, mientras pensaba — «Esta canción fue la que él me comento que la escribió siendo solo un niño para su primer y único amor, y que amplio más el contenido de la letra conforme fue creciendo, esta canción la escribió para Eli, por ello la canta con tanta nostalgia, lo que nunca pensé es que esta sería la canción a la que había decidido ponerle su voz»
—Pues que bueno que se lo pidieron, porque lo hace realmente bien, su voz transmite tanto sentimiento, además la letra de la canción es muy bella…
—Sí, mi hermano es muy talentoso. Hoy lo esta demostrando una vez más — dijo Enrique con calma.
—Debe estar muy enamorado de Malena, para escribirle una canción tan hermosa, aunque hay algunas palabras de la letra de la canción que no encajan con la historia de amor de los dos, pues tu me comentaste que ellos se conocieron en la universidad, ¿No? — contestaba Clarisa, al tiempo que Leo, se ponía de pie, y el público estallaba en aplausos.
—¡Disculpa amor! Voy con mi hermano — expreso el joven de ojos verdosos, yendo al camerino donde entraría su hermano, mientras un espectáculo de luces se producía en el lugar, dando así por cerrado el recital.
Enrique tras llegar al camerino, entro al mismo, a los pocos minutos llego Leo, quien, con la mirada llena de profunda tristeza, se acerco a su hermano mayor.
—¡Felicitaciones hermano¡ fue un gran espectáculo — dijo Enrique, abrazando al joven de ojos color cielo.
—¡Gracias! — respondió Leo, con tristeza.
—Hermano, arriba esos ánimos, ha sido un gran concierto, escuche grandes comentarios por parte de la prensa, mientras venía hacia aquí, por cierto, ellos te están esperando para entrevistarte…
—No quiero dar entrevistas, ayúdame a salir de aquí, ¡por favor! — pronunció Leo, en tono de súplica.
—Está bien, ¡Vamos! en el camino le marco a Clarisa, para decirle que el chofer de casa viene a recogerla — dijo Enrique.
—Clarisa, se me olvido que viniste con ella....
—No te preocupes hermano, ella comprenderá que necesitas de apoyo — contesto el joven de ojos verdosos.
—¡Gracias! — pronunció Leo, mientras su hermano mayor sacaba su chaqueta para dársela a su hermano.
—También ponte mis lentes, y esta gorra — dijo Enrique, tomando una gorra que había en el lugar.
Enrique ayudo a su hermano a salir del lugar donde se llevo a cabo el recital, durante el trayecto en su auto, llamo a su prometida para comunicarle que enviaría al chofer de la casa de sus padres para que vaya por ella, pues él tuvo que ayudar a su hermano a abandonar el lugar, porque él no quería dar entrevistas, ya que estás le tensionaban.
En tanto Malena, quien había preferido no asistir al recital de su prometido, y menos verlo, se encontraba junto a sus padres y la persona que había diseñado y confeccionado su vestido en casa de sus padres viendo el trabajo ya concluido.
—¿Qué les parece? — decía el diseñador.
—Está bellísimo — respondía la madre de la joven.
—Si, es hermoso, y se verá aún más hermoso cuando me lo ponga — agregaba Malena, mientras pensaba — «Al fin te gane Elizabeth, finalmente termine siendo yo la mejor»
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Editado: 22.02.2025