Lo Que Juramos

Capítulo 25: "Reviviendo el pasado"

La familia adoptiva de Leo, se puso en contacto con él para decirle que todo ya estaba solucionado, que ya habían hablado con los padres de Malena, y los invitados, y que lleve a Eli a casa, pues todos querían conocerla.

Leo le comento a Eli, lo que su familia le dijo, y ella con mucha alegría acepto ir a la casa de los Colbergs; mientras iban de camino hacia esta tomados de la mano, Eli iba comentándole a su ahora novio lo que había sucedido durante el tiempo que dejaron de verse.

Entonces ya tienes tu apellido biológico — decía Leo, sonriendo, mientras posaba su mirada en la muñeca de trapo que la joven sostenía con una de sus manos mientras la apoyaba en su cuerpo.

—Si, aunque aún me falta regularizar documentos, pero la señora Camphell me está apoyando con ello — respondió la joven.

—Aún la tienes contigo — pronunció el joven de ojos color cielo, sin dejar de mirar a la muñeca.

—Sí, ella es muy valiosa para mí, porque me la diste tú — respondió la castaña, con calidez, mientras en su rostro se plasmaba una bella sonrisa.

—Yo también conservo el carrito que me diste de niños, cuando lleguemos a casa te lo mostrare — dijo Leo, dándole un beso en la mejilla a la joven.

—¿De verdad lo conservas también? — contesto la castaña.

—Sí, ya lo vas a ver…

Tras algunos minutos más de camino, Leo y Eli, llegaron a la mansión de los Colbergs, tras mirarse por algunos segundos mientras inhalaban y exhalaban aire para calmar su nerviosismo, se tomaron nuevamente de las manos y entraron a la mansión, quedándose sorprendidos al ver que no solo estaban los Colbergs, sino también la señora Camphell, Braulio, Clarisa y Paulina..

—¡Que lindos se les ve juntos¡ — dijo la ex madre adoptiva de Eli, mientras los miraba con calidez.

—Sí es cierto — respondieron los presentes, mientras los jóvenes se ruborizaban, ante los comentarios.

—¡Gracias mamá¡¡Gracias por tu apoyo! — expreso Eli, soltándose del agarre de su novio, para ir corriendo a abrazar a la señora Camphell.

—No hay nada que agradecer hija — respondía la mujer de prendas elegantes, mientras un rubio se acercaba al joven de ojos color cielo.

—¡Discúlpame Leo por haberte mentido¡ — decía Braulio.

—No te preocupes, Eli ya me comento todo — contesto Leo, con calma.

—Hazla muy feliz, ella siempre ¡Te amo! — añadió el rubio.

—Lo sé, lo siento, y claro que la haré inmensamente feliz, porque yo también la amo — dijo Leo, mientras observaba a su novia abrazar ahora a sus amigas, mientras los padres adoptivos de él, junto a sus hermanos se le acercaban.

—Es una niña muy hermosa — expreso la señora Colbergs.

—Lo sé — dijo Leo, mientras la castaña se acercaba ahora a él. Ven amor — añadió al verla acercarse. Ella es Elizabeth Lauder Beaumont, la niña que siempre ame, amo y amare, ahora es mi novia — expreso el joven, con orgullo entrelazando sus dedos con los de la castaña.

—Es muy bella — dijo el menor de los Colbergs, mientras la castaña sonreía.

—Si es cierto — añadieron los esposos Colbergs.

—¡Bienvenida a la familia¡ — agrego Enrique, con una sonrisa plasmada en su rostro.

—¡Gracias¡ — expreso Eli, haciendo una pausa para agregar — Les pido que solo me digan Eli.

—Claro.

—Ni pensar que yo quería también adoptarte a ti, solo que los Camphell se nos adelantaron — dijo la señora Colbergs, sonriendo.

—Yo también quise adoptarlos a los dos, pero mi esposo no quiso, me dijo solo que eligiera uno y yo me decidí por mi bella niña — expreso la señora Camphell, con calidez.

—Pues hizo una gran elección — respondió Leo, sonriendo.

—¿Qué les parece si pasamos a cenar? — dijo el señor Colbergs.

—Que es una gran idea padre — respondieron los hermanos Colbergs.

—Entonces pasemos al comedor — añadió el señor Colbergs, mientras los demás asentían.

En la cena, tocaron diversos temas, la señora Camphell, menciono que esposo no volvería a interferir en la vida de Eli y Leo, así mismo le dijo Eli, que ella quería seguir apoyándola económicamente, así ya no lleve su apellido, la joven agradeció el apoyo, que su ex madre adoptiva le estaba ofreciendo y le dijo que lo tendría en cuenta cuando necesite de este, pero que, por ahora, más que un apoyo económico lo que ella aceptaba de su parte era su cariño.

Leo, también aprovecho la cena para informar a sus familiares que él y Eli, habían acordado ir al día siguiente, al orfanato donde crecieron, pues ambos querían también inscribirse como benefactores del mismo.

Después de compartir una deliciosa cena junto a sus familiares y amigos, Leo, llevo a Eli, a su habitación para mostrarle que el también conservaba el carrito que ella le dio.

— Si lo tienes — expreso la castaña, mientras miraba enternecida el carrito de cartón que estaba dentro de una vitrina.

—Claro, ¿A poco pensaste que te mentí? — contesto el joven de ojos color cielo, rodeando con sus brazos la cintura de la joven por la espalda, mientras le daba suaves besos en su rostro.




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