Lo Que Nadie Sabe De Ti

24: Anthony es un tonto

  

— ¿Qué harás hoy? —le pregunto a mi abuelo mientras me termino la barra de chocolate que estoy comiendo.

—Bueno, Bradford y yo veremos una película aquí, Hugo dice que la encontró en un sitio de internet, no entendí esa parte pero él también vendrá para que la veamos, ¿Quieres verla con nosotros?

Suspiro. —Asumo que es sobre vaqueros.

Él se ríe. —No esta es diferente, es sobre un detective.

Um, suena interesante. —Lo siento, no creo poder quedarme —le digo y él me mira levantando las cejas—. Abuelo, no empieces tu tampoco.

Él levanta sus brazos. —Yo no dije nada, tu estas asumiendo cosas.

Doblo el envoltorio cuando termino. —Si claro, sé que estás pensando y no, Anthony y yo no estamos saliendo ni nada, somos amigos y ya.

Mi abuelo me señala. —Pensé que habías dicho algo sobre que no necesitas amigos, ¿Ves que rápido alguien puede hacerte cambiar tu corazón?

Muevo el rostro de un lado hacia el otro. —Bueno pero, tampoco es como si somos los mejores amigos, somos vecinos y nos vemos seguido, solo eso.

—Solo eso —repite, incrédulo.

—Iré a cepillarme los dientes —le aviso—, y hablo en serio, no hay nada entre él y yo.

—Ya veremos —responde mientras yo subo por las escaleras.

Termino de cepillarme los dientes, tomo todo lo que necesito y bajo para esperar que Anthony se aparezca.

Mi abuelo está viendo una película y en una de las escenas alguien dice: “Las reglas están hechas para romperse”

¿Es acaso una señal?

¡Claro que no!

Tengo reglas para todo esto, y definitivamente no se van a romper. Puede que sí, esté sintiendo un poco de algo por Anthony y que sí me gusten algunas cosas de él pero si sigo negándome a cualquier tipo de relación más allá que una amistad casual, todo estará bien.

No necesito dramas en mi vida, ya tengo suficientes.

—Oye abuelo —le digo aprovechando que él no ha venido—. ¿Qué piensas de ir con ellos a la playa?

Ayer le propusieron la idea a mi abuelo, el señor Bradford trató de convencerlo pero mi abuelo sabe que mi padre pondrá muchas objeciones. Mi abuelo ya es un adulto y no necesita permisos de nadie pero él intenta mantener la paz en la casa y no discute sus decisiones.

Mi abuelo suspira. —Bueno, no creo que tu papá quiera que pases la noche en una casa extraña.

Chasqueo la lengua. —Como si le importara, él ni siquiera sabe que he estado saliendo todos los días.

Se encoje de hombros. —Pero ya sabes cómo es, será mejor rechazar su oferta.

Me siento a su lado. —Tengo un plan —sonrío—. Escucha, ellos se irán el viernes por la tarde, a esa hora mi padre aún no ha llegado.

— ¿Estas sugiriendo en escaparnos? Belle, él podría incluso decir que te estamos secuestrando.

Bufo. —No lo hará, él es como es pero no hace ese tipo de cosas, solo dirá muchos regaños, ¡Vamos abuelo! ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en la playa? Este es el primer verano donde tú y yo hacemos algo más que quedarnos en casa viendo cosas en la televisión, finalmente tú tienes gente con quien convivir además de tu nieta.

—Me gusta pasar tiempo con mi nieta —asegura.

—Y a mí me gusta pasar tiempo contigo, abuelo, pero mereces divertirte sin importar tu edad —tomo su mano—. Vamos, le dejaremos una nota y ya, valdrá la pena, ¿nunca te escapaste de tu casa cuando eras joven?

Él sonríe y asiente. —En realidad si lo hice, fue hace mucho tiempo.

— ¡Ya ves! Recordaras los viejos tiempos, estoy segura que será genial.

Él me mira frunciendo el ceño. — ¿Acaso no quieres convencerme solo para pasar tiempo con Tony?

— ¡Abuelo! —Ruedo los ojos—, deja de pasar tiempo con Hugo, él te llena de esas ideas.

Sonríe. —Hugo es un buen chico, ¿No te gusta él? —pregunta.

— ¿Ahora Hugo? —Golpeo mi frente—. No abuelo, no me gusta Hugo y no está pasando nada de nada con Anthony, ya pasen de página.

—Belle —mi abuelo me mira a los ojos—. Jamás te había visto de esa forma, es la primera vez que actúas así con alguien. Tony está sacando las mejores partes de ti, esas que te habías rehusado mostrar.

¿Lo hace?

Trago saliva. —No es cierto.

Hablando del Rey de Roma, alguien toca la puerta y sé que será Anthony. Hoy iremos al centro, a la tienda de ropa de segunda mano, estoy emocionada por encontrar nuevas camisetas con diseños divertidos.

—Voy yo —le aviso y me levanto del sofá.

Abro la puerta y ahí está él, con el cabello algo despeinado pero parece intencional, una camiseta blanca simple y unos pantalones oscuros. Todo en él es “básico” y “normal” pero es raro como ahora he dejado de verlo como un chico más y ahora es alguien quien espero volver a ver.

—Hola —sonríe—, ¿Lista?

Asiento tomando una respiración, casi me olvido de respirar por algún motivo. —Claro —volteo el rostro—, adiós abuelo, nos vemos después.

—Adiós Belle, con cuidado —responde antes que salga y cierre la puerta.

Rayos, mi corazón debería calmarse, solo es Anthony. —Entonces… —empiezo.

Él me mira. —Iremos en el taxi del hombre que te puse en la grabación —explica—, ya verás que es un tipo agradable, me gusta ir con él porque me cobra menos y además, siempre tiene un chiste. Es genial.

Asiento. —Claro, ¿Dónde tomamos el taxi?

Señala hacia un punto. —Tenemos que ir cerca de la parada de autobuses, ahí llegará él.

—Bien, vamos —le digo y comenzamos a caminar.

Después de unos minutos de esperar por el taxista, él llega y nos subimos.

Anthony tenía razón, es un hombre agradable que nos va contando historias divertidas y parece bastante amigable. Recuerdo la historia sobre su hijo, realmente espero que las cosas mejoren para ellos.

Llegamos al centro y aquí hay notablemente más personas, autos pasan con más frecuencia y las tiendas no están tan vacías como en el área por donde nosotros vivimos.




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