Lo Que Nadie Sabe De Ti

30: Canciones en la carretera.

 

Otra semana había pasado y las cosas cada vez más se ponían interesantes. Anthony y yo seguimos pasando tanto tiempo juntos como era posible, él y yo hemos ido a escuchar la historia de dos personas más.

Una de ellas fue en la floristería del lugar, hablamos con la dueña quien nos contó cómo sembrar flores con su abuela la inspiró a tener su propio local. Su nombre es Elena Heat y concluyó diciendo: “Los sueños de la infancia son nuestro verdadero propósito”

La otra persona fue su esposo, él contó que se casó con alguien más cuando era joven pero que no se sentía feliz. Donis Thomas, él era el mejor amigo de Elena desde niños y siempre sintió algo por ella. Después del divorcio fue a su casa y le pidió que empezaran una nueva historia juntos.

Donis dijo: Si tuviera que decirle algo a todo el mundo sería que, escuchen a su corazón. Normalmente, el corazón no se equivoca.

Mi abuelo habló con su abuelo, él le hizo prometer que se lo diría a su familia y el señor Bradford aceptó pero hasta después del viaje a la playa, él afirmó que no quería arruinar las vacaciones familiares y eso tranquilizó a Anthony.

Hoy es viernes y en una hora nos tenemos que ir, mi abuelo sigue inseguro de hacerlo pues cuando papá regrese no estaremos aquí y solo se encontrará con una carta firmada por ambos.

“Papá, nos hemos ido con los vecinos a su casa en la playa. Sé que te molestarás pero no es culpa del abuelo, él me está siguiendo para cuidarme además los vecinos son buenas personas, si te tomaras el tiempo de conocerlos, lo sabrías.

Estaremos bien, llevo dinero y muchas cosas que necesitaremos, estaremos aquí de vuelta el domingo por la tarde. Sé que te enojaras pero el abuelo y yo merecemos salir alguna vez a la playa, ninguno de los dos recuerda la última vez que hicimos algo divertido en verano.

No me llames papá, sé que me regañarás y prefiero que lo hagas cuando venga de regreso. Estaré bien y si pasa algo, te avisaremos pero sé que estaremos bien”

Mi abuelo me dijo que quizás debí ser un poco más amable pero le dije que no había palabras para hacerlo tomarlo de mejor manera, sé que nos dirá muchas cosas y bueno, solo fui honesta.

Mi abuelo revisa todo una vez más, se asegura que las luces estén apagadas a pesar que mi papá estará aquí en unas horas. Cerramos las ventanas, puertas y revisamos las maletas que no son muy grandes, son de mano y llevamos lo necesario.

Mi corazón late con fuerza, no tanto por irme sin el permiso de mi papá sino porque ahora estaré con Anthony por dos horas y media.

Sé que hemos pasado mucho tiempo juntos y todo pero de alguna forma, esto se siente muy importante. Nuestro primer viaje en carretera, bueno, mi primer viaje en carretera con un chico.

— ¿Te iras con Hugo? —le pregunto.

Él asiente. —Con Hugo y Bradford, Leonor se irá con sus padres.

Peter tomó el día libre para organizar todo y comenzar el viaje a tiempo, habrán tres autos ahí lo que me da un poco más de tranquilidad, si le pasa algo a alguien tendremos opciones.

Es la primera vez que esto sucede y bueno, pensar en los peores escenarios es mi especialidad.

Salimos de la casa y nos dirigimos a la de los vecinos, mi abuelo se asegura de cerrar bien la puerta y caminamos hasta donde ellos.

Hugo abre la puerta y deja pasar a mi abuelo pero se coloca frente a mí.

— ¿Feliz de viajar con tu novio?

Ruedo los ojos. — ¿Celoso?

Resopla. — ¿De ti? No gracias, no me gustan las mujeres como tú —entrecierra los ojos—. Tan frías y serias.

Fría y seria, interesante perspectiva, ¿es así como me veo para el resto del mundo? Estoy segura que no soy fría y seria aquí, me reído muchas veces de cosas que Hugo dice pero… bueno, tal vez si soy un poco seria.

Anthony aparece detrás de Hugo y coloca su brazo sobre su hombro. —Hola Isabelle, entra, ¿Por qué estás ahí parada?

Señalo a Hugo. —Tu hermano es un guardia de seguridad muy estricto.

Él mira a Hugo. —Ya te dije que respetes a mi esposa.

—Esposa —repito—. Sí, claro.

Hugo lo mira. —En serio hermano, ¿Qué pasa con tus gustos? ¿Por qué te gustan las chicas malas?

Anthony suelta una carcajada. — ¿Chicas malas? Isabelle no es mala, en absoluto.

Claro, Anthony ve cosas en mí que otros no, ni siquiera Hugo quien me conoce un poco más que cualquier otra persona por ser mi vecino y hermano de mí… bueno, de Anthony.

Hugo suspira. —Son tan cursis y melosos, que bueno que estarán lejos de mi auto, lo llenarían de miel.

Anthony rueda los ojos. —Te conseguiré una novia y te pondrás peor que yo.

—No soy tu novia —me apresuro a responder.

Hugo coloca una mano sobre mi hombro. —Ni tú te lo crees, Belle.

Leonor aparece empujando a los dos hacia un lado y pasando por en medio de ellos. — ¡Belle! —me toma de la mano y tira de mí, los chicos se mueven para darme espacio— mira mis sandalias de unicornio, ¿te gustan?

Las veo, son multicolor y tienen un pequeño unicornio —Me encantan.

Ella sonríe. —Belle, ¿jugaremos en la piscina? Al final hay otra chica conmigo, ellos a veces me molestan porque soy la menor pero ahora tú me defenderás, ¿no es así?

—Claro —sonrío—. Ya no te harán nada —les digo cuando se acercan.

Samantha entra a la habitación con un vestido color salmón, unas gafas oscuras y un sombrero playero. — ¡Belle! —mueve su cabeza—, ¿Dónde está tu abuelo?

El señor Bradford y él aparecen. —Aquí estamos, solo tomábamos un poco de agua antes del viaje.

Samantha camina hacia ellos. —Papá, harán que Hugo se detenga para ir al baño —mira a su hijo—. Si eso pasa, nos haces señas, ¿bien? Tenemos que estar juntos.

Hugo se encoje de hombros. —Claro, o podría acelerar y cruzar el país —mira a mi abuelo—, ¿Por qué no vamos mejor a donde ustedes solían vivir?




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