Lo Que Nadie Sabe De Ti

31: Besa a la chica

 

Samantha nos pidió que nos estacionáramos en una plaza que está en la entrada de Pearl Coast, ahí comeremos algo y pasaremos a un pequeño supermercado para comprar algunas cosas que se necesitaran este fin de semana.

Reviso la hora y son casi las seis de la tarde, papá aun no tienen ni idea donde estamos con mi abuelo, eso en parte me pone un poco nerviosa pero también me hace sentir bien, finalmente estoy haciendo cosas que no son las que he hecho toda mi vida.

Agradezco que paramos, tengo ganas de ir al baño y tengo algo de sed, Anthony entra a la plaza y se estaciona al lado del auto de Hugo.

Luego que Anthony apagara el motor, ellos comienzan a salir del auto, mi abuelo está riendo y el señor Bradford también, Hugo sacude su camiseta por el calor pero está sonriendo.

—Vamos —me pide Anthony y así bajamos del auto.

Teníamos un poco de aire acondicionado así que el choque de temperaturas se siente cuando salimos, a pesar que el sol ya no está tan fuerte como hace unas horas, aun se siente un ambiente caluroso y un tanto húmedo.

Anthony estira sus brazos. — ¿Qué tal el viaje? —pregunta en dirección a Hugo y los abuelos.

Ellos sonríen, mi abuelo se toca la espalda. —Fue divertido pero necesito ir al baño, mi vejiga lo necesita.

—Yo también —digo—. Necesito un baño.

Hugo señala el restaurante detrás de nosotros. —Vamos, entremos —él también se estira—. Necesito agua.

— ¿Y tus padres? —le pregunto girando la cabeza, en ese momento los veo estacionarse en otra fila, un poco más lejos.

Anthony coloca su mano sobre mi hombro. —Vamos, ya vienen, yo también necesito entrar al baño.

Entramos al restaurante que parece ser mayormente de mariscos y esas cosas, la mujer de la entrada nos pregunta cuantas personas somos y Hugo responde que ocho. Cuando escuché ese número me sentí rara, normalmente solo somos tres cuando salimos a algún lugar, ahora seremos ocho personas y esta vez, todas me agradan.

Ella nos lleva a una mesa al fondo, está al aire libre solo con una estructura de madera por encima como techo, nos avisa que vendrá a tomarnos nuestras órdenes y mientras tanto, servirán un poco de agua con hielo.

Yo me voy rápidamente a buscar los baños juntos con Anthony y mi abuelo, ellos van al lado contrario y yo al de mujeres.

Termino de haces pis, lavarme las manos y peinar un poco mi cabello, cuando regreso me encuentro ya con Samantha, Peter y Leonor de pie.

—Vamos a lavarnos las manos —me dice Samantha—, ahora venimos.

Mi abuelo y Anthony ya están en la mesa, Hugo y su abuelo regresan al mismo tiempo que sus padres se fueron con Leonor a los baños.

—Ven, siéntate aquí —me pide Anthony moviendo la silla a su lado.

Hugo dice: —Uuh —y yo lo ignoro acercándome a la silla y sentándome al lado de Anthony.

Hugo se sienta frente a mí, el señor Bradford se sienta frente a Anthony y mi abuelo junto a él. Tomo un poco de agua y siento como mi garganta se refresca, el viaje fue divertido pero el calor y el tráfico me cansó un poco físicamente.

—Entonces, ¿Qué tanto hacían ustedes? —Pregunta Hugo acomodando los cubiertos—. Los veía ocasionalmente en el retrovisor y siempre estaban riéndose.

Sonrío. —Nada, hacíamos juegos y cosas así para no aburrirnos.

Mi abuelo sonríe. —Nosotros también estábamos jugando, hacíamos preguntas de cultura general —mira a Hugo—. Él es muy inteligente.

Hugo se encoje de hombros. —Soy el cerebro de la familia.

Anthony se ríe. —No, ese soy yo —responde—. Tú eres el supuesto guapo de la familia, yo el inteligente y Leonor es la consentida, son las reglas.

Me río un poco. —Yo soy la consentida, la inteligente y la guapa de la familia, ¿no es así, abuelo?

Él me mira y sonríe. —Así es, mi Belle es la mejor.

Hugo rueda los ojos. —Belle no es tan grandiosa, tu abuelo solo es un hombre amable y bueno, Anthony está cegado por ti.

Entrecierro mis ojos. —Leonor piensa que soy mejor que tú.

Él suelta una carcajada. —Leonor piensa eso de cualquiera que le de dulces, en su escala estas en segundo lugar, mi abuelo siempre tiene algo de contrabando para ella.

Él le da un golpecito en el brazo. —No digas nada a tu madre —sonríe—. Además a ustedes también les daba dulces en secreto.

Mi abuelo suelta una carcajada. —De pensar que Belle y yo comíamos comida chatarra casi todos los días, ¿no? Eso fue antes que tu amable hija nos diera comida real —está hablando de Samantha.

El señor Bradford le da una palmada en el hombro. —Ya son parte de nuestra familia, además Sam ama cocinar, ella podría hacer eso todo el día.

Leonor regresa a la mesa con sus padres, ella se sienta al lado de Anthony, Samantha al lado de ella y Peter frente a Samantha. La mesera nos trae el menú y nos pregunta que bebidas tomaremos, yo elijo una coca cola con hielo.

—El agua te hidrataría mejor —Anthony afirma.

Hugo se inclina. —Anthony no intentes cambiar a tu novia, acéptala con sus malos hábitos.

Yo lo fulmino con la mirada.

Luego de eso, todos piden su comida, yo opté por una hamburguesa con queso y pura de papa, no me gustan mucho los mariscos. Mi abuelo algo con camarones y una limonada con hielo.

Comemos alegremente como siempre, muchas risas y varias historias por parte de todos. Leonor hablaba sobre ver tiburones y ballenas, Samantha intentó explicarle que por aquí sería difícil ver esos animales pero a ella no le importó, luego habló de nadar con cocodrilos y sus padres solo rieron.

En algún punto yo tenía mi mano al borde de la silla, Anthony bajó su mano sin darse cuenta y se tocaron nuestras manos. Ambos nos volteamos a ver y a ambos se nos enrojecieron un poco las mejillas.

He sostenido la mano de Anthony antes muchas veces, incluso durante el viaje él me sostuvo la mano por un rato pero estábamos solos, aquí estamos frente a muchos ojos.




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