Lo Que Nadie Sabe De Ti

40: Historias que no se olvidan

 

Papá no gritó, ni siquiera me regañó o a mi abuelo, únicamente nos vio entrar y no dijo nada.

Mi abuelo lo saludó y él solo levantó la vista, yo dije “hola” sabiendo que no me iba a responder nada, subí a mi habitación y fui a dejar mis cosas ahí. Mi abuelo me encontró en las escaleras cuando iba a bajar de nuevo.

— ¿Está enojado? —le pregunto.

Sube sus hombros. —Está extraño, no ha dicho nada.

— ¿Crees que esté a punto de explotar o algo? —le pregunto.

Sonríe. —Esperemos que no, tal vez… mi carta funcionó. Tal vez él sabe que tú necesitas vivir otras experiencias.

Ruedo los ojos. —O tal vez está esperando que le roguemos o algo.

Mi abuelo toma mi mano. —Belle, tu padre no es tan malo como piensas. Yo sé, sé que él puede llegar a ser muy ofensivo con sus palabras pero sin duda, alguien que habla mucho es porque en su corazón hay espacios vacíos, tú sabes que los hay.

Bajo la mirada. —Entonces, ¿Qué hacemos? ¿Hay que ignorarlo o algo así?

Sonríe. —Diría que no, vivamos como siempre y ya él regresará a ser como antes.

Tampoco es que ser como antes sea algo bueno.

—Abuelo, ¿El señor Bradford realmente hablará de sus problemas de salud con su familia?

Asiente. —Me aseguró que lo hará mañana, en la cena. Tendremos que darles privacidad aunque tú y yo ya lo sabemos.

—Sí, mejor así.

 

Papá no me habló el resto del día y no esperaba que lo hiciera, yo me quedé en mi habitación dibujando luego de recibir un mensaje de Anthony que me avisaba que tomaría una siesta.

Dejé que descansara, hemos pasado mucho tiempo juntos y ha sido suficientemente bueno, ya tendremos tiempo para hablar de muchas cosas más después.

Mientras dibujo pienso en Anthony y lo que sucederá mañana cuando el señor Bradford les haga saber lo que está pasando con él, espero que su familia no se entristezca mucho y espero que no sea nada grave, espero que todo salga bien.

Mi abuelo entra a mi habitación luego de tocar a la puerta y dejarlo pasar, él ya se cambió de ropa listo para irse a dormir. Se sienta en el borde de mi cama y mira los dibujos que he hecho.

—Eres muy talentosa.

Niego. —No es cierto —me reincorporo—. ¿Qué pasa?

Él se acomoda un poco. —Nada, solo quería pasar un rato con mi Belle, tu y yo hemos estado ocupados este verano con otras personas, ¿no?

Sonrío. —Sí, lo sé.

Él asiente. —Ahora estoy muy feliz que tengas compañía, no diré esto para molestarte pero… me alegra que tú y Tony estén juntos.

—Nosotros no estamos juntos —respondo como siempre.

Él entrecierra los ojos. —Belle, si algo me ha enseñado la vida es a reconocer el amor y entre ustedes hay algo más fuerte.

Me pregunto si debería contarle a mi abuelo, yo confío en él y toda mi vida le he dicho todo (a excepción de una cosa) nunca le he hablado de chicos porque nunca me ha interesado ningún chico, hasta ahora.

— ¿Dónde está papá? —le pregunto.

—Estaba abajo, hablando por teléfono. —indica.

Asiento, eso me da más tranquilidad para contarle: —Abuelo, creo que me gusta Anthony —pausa—, no. No “creo” él me gusta mucho.

Mi abuelo sonríe. —Lo sabía, te dije que sé reconocer el amor entre dos personas.

Suspiro. —No sé cómo pasó, solo… pasó, ¿sabes? Es extraño, me conoces y sabes que yo no buscaba nada de eso, ni siquiera al principio pensaba que Anthony podría llegar a gustarme tanto como ahora.

Mi abuelo asiente. —Belle, suele pasar eso —estira su mano y toma la mía—. Cuando era joven me pasó algo similar, un día me di cuenta que no podía dejar de pensar en esa persona y me cuestionaba todo el tiempo de cómo había pasado. Cada vez que su rostro venía a mi mente, mi corazón latía con mucha fuerza y solo quería estar cerca de esa persona.

Asiento. —Así me siento, y comencé a sentirme así desde hace un tiempo. Solo, antes no me emocionaba en absoluto salir con alguien más y eso, me gustaba estar en casa contigo o sola pero… ahora solo quiero estar con él.

— ¿Lo ves? Ustedes tienen una conexión especial, eso no se puede negar.

Rasco mi brazo. —Y bueno… em, él y yo… ya nos besamos.

Mi abuelo sonríe. — ¿De verdad? ¡Felicidades!

Río. —tampoco es la gran cosa.

— ¿Sabes Belle? El primer beso puede o no ser “la gran cosa” pero el primer beso con la persona indicada, es lo mejor del mundo.

Yo levanto una ceja. — ¿Hablas por experiencia, abuelo?

Hace una mueca. —Tal vez sí, tal vez no.

—Oye, tú deberías ser parte del proyecto de Anthony, deberías contar algo de tu vida. Una historia que jamás dijiste, algo que pensaste nunca lo dirías en voz alta.

Asiente. —Tal vez lo haga.

 —El señor Bradford será la última historia —le indico.

Aprieta un poco mi mano. —Entonces que él cuenta una historia que nos involucra a los dos.

Me río. — ¿Cómo qué? ¿De sus años en el ejército?

—Él y yo tenemos muchas historias juntos, ¿Sabes? Hay cosas que son difíciles de olvidar —afirma.




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