Lo Que Nadie Sabe De Ti

70: La otra versión

 

ISABELLE

—Espera —Anthony me pide.

Lo siento pero no puedo hacerlo, necesito ir y preguntar. Necesito saber más de esto porque no puedo creerlo.

Atravieso la puerta de la entrada de mi casa y veo a mi abuelo, sentado en el comedor con Sean, compartiendo una bolsa de frituras. Sigo caminando, sin voltear a ver, solo escucho como Anthony cierra la puerta.

—Ah, Tony —Sean levanta la mano—. Amigo, ¿Cómo estás?

Anthony sigue avanzando, siento su mano en mi hombro y logra detenerme. —Espera, por favor.

—Abuelo —mi corazón late rápido—, abuelo… necesito que me digas algo, por favor.

Sean me mira confundido y luego voltea hacia Anthony.

Mi abuelo asiente, paciente como siempre. — ¿Qué pasa?

Anthony suspira, creo que aunque él me haya dicho que soy la única para él y todo eso, tendrá que acostumbrarse a que soy terca. No puedo no hacerlo ahora.

—Yo, necesito saber si es cierto —aclaro mi garganta—, digo, yo…

—Tal vez quieras hacer esto a solas —Anthony sugiere.

Sean se levanta y se encoje de hombros. —Puedo irme, digo, si quieres.

Niego, no quiero que Sean se vaya porque ahora sé que cuando regrese a su casa, estará solo por mucho tiempo. Como yo antes, cuando no conocía a Anthony.

—Anthony, ¿Por qué vas con Sean a tu casa? —pregunto.

Anthony suspira de nuevo. —Es solo que, Isabelle, yo creo que también quiero saber pero…

— ¿Qué pasa? —pregunta mi abuelo, confundido ahora.

— ¿Tu y el abuelo de Anthony se conocían desde niños, no? —levanta una ceja pero asiente—. Y luego, ¿Por qué ya no seguiste en el ejército?

Ahora, entorna su mirada. —Porque… no era la vida que quería para mí, no me sentí bien.

Niego, lentamente.

Yo sé que parece que estoy haciendo algo para reclamarle pero es todo lo contrario. Quiero que sea libre, finalmente libre.

Mi abuelo me cuidó cuando era pequeña, me dio todo el amor que mis padres no me dieron y sigue aquí, siendo una persona maravillosa. Mi abuelo es el significado de amor, pero él nunca pudo vivirlo como quiso.

Se casó con una mujer que realmente no lo hacía feliz pero eso era lo que se suponía que tenía que hacer antes, o si no, los trataban casi como un crimen.

Y tuvo hijos, varios, pero ninguno de ellos lo trata como se debe. Mi padre a veces le habla de buena manera pero la mayoría de las veces no es así. La mayoría de las veces solo parece que lo fastidia por cosas pequeñas.

Pero mi abuelo se encontró de nuevo con la única persona que realmente amó, lo tiene literalmente al lado y siguen escondiéndose.

¿Por qué?

¿Por nosotros?

No puedo permitir que esto quede así, el abuelo de Anthony no tiene muchos meses de vida, son tan pocos y los están dejando pasar sin siquiera poder decirse lo que siempre quisieron.

— ¿Por qué ya no le seguiste hablando al señor Bradford? —insisto.

Se encoje de hombros. —La vida, nos llevó por caminos distintos, eso ocurre.

Niego más, inconforme con esas respuestas. — ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

Baja la mirada a la mesa y luego la sube, sonriendo. —En un tren, hace mucho tiempo.

—Abuelo —bajo el tono de mi voz—. El señor Bradford ya contó su historia, ya le contó a Anthony lo que nadie más sabe de él, excepto tú.

Sus ojos se abren y se mueven entre Anthony y yo. —Pero, ¿Qué? Digo, ¿Exactamente que les dijo?

Anthony habla ahora: —Como se conocieron, los veranos juntos y el rio… todo eso, también, después del ejército.

Su boca se abre lentamente y sus lágrimas se acumulan en sus ojos. — ¿Lo hizo?

Anthony levanta la mano. —No se moleste, por favor, es solo que él quería contar su historia antes que, pues… bueno, ya sabe.

Él niega. —No estoy molesto, es solo que me hubiera gustado estar ahí también, para hablar sobre mi versión.

Sean suspira. — ¿Saben qué? Creo que debería irme, creo que están hablando algo personal.

—En realidad —mi abuelo levanta la mano—. Sean, ¿Conoces a la familia de Tony?

Mueve la cabeza, a un lado. —pues no a todos, conocí a sus hermanos y a su mamá una vez que cuidamos a la pequeña, también a su abuelo.

Mi abuelo me mira y luego, a Sean. —Sean, luego de lo que me has contado sobre tu familia quiero adoptarte como mi nieto —arrugo la nariz—. Y como mi nuevo nieto, quiero que sepas esto también, así que puedes quedarte.

Sean junta las cejas pero sonríe. —Eh, ¿gracias? Eso significa que esa niña y yo somos… algo así como, ¿hermanos?

Ruedo los ojos. —No te quiero de hermano.

—Yo menos —replica.

Mi abuelo se levanta y comienza a caminar hacia la sala, hace una seña para que lo sigamos. Sean duda un poco pero me encojo de hombros y él decide levantarse también.

Durante el tiempo que estuve hablando con Anthony seguramente mi abuelo habló con Sean y bueno, mi abuelo es bueno sacando información que usualmente no dirías, es bastante cálido y te hace sentir escuchado.

Se sienta en el sofá y yo me siento a su lado, Anthony a mi lado y Sean en el otro sofá.

—Conocí a Bradford hace mucho tiempo, creo que tenía diez años. Era mi nuevo vecino y su mamá llegaba con la mía para pedirle algunos utensilios de cocina. Me llevaba bien con él, era entretenido estar a su lado.

Lame sus labios.

—Hacíamos todo lo que se podía hacer en aquellos tiempos, jugábamos en la naturaleza, comíamos frutas de los árboles y nadábamos en lagos y ríos. Aunque nuestras familias no eran las mejores y la vida era dura, nosotros nos olvidábamos de todo cuando salíamos desde la mañana hasta la noche en verano.

Se toca la cabeza y ordena su cabello gris.

—Pero con el tiempo yo veía como mis compañeros de escuela ya iban y venían con otras muchachitas mientras que a mí, no me interesaba nada de eso. En realidad, yo solo quería seguir pasando el tiempo con mi amigo y nada más, no me interesaba otra cosa.




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