Lo que no conoces de mí.

Prólogo.

Al regresar, papá solía decirme a menudo que la vida es como una rueda de la fortuna. A veces uno está arriba, disfrutando de la vista, del sol, de la comodidad de estar contemplando un mundo que parece propio. Y que otras, toca estar abajo, aguantando la terrible espera de poder volver a las alturas. Tolerando el frío, el miedo y la soledad de no verse rodeado más que por sombras.

Yo sabía que eso era una mentira.

Porque de ser cierto, entonces desde un principio mi destino había sido estar abajo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.