Me paralice al escuchar eso, trago saliva y lentamente me doy la vuelta detrás de mi hay un sujeto horroroso tirado ene l suelo con un disparo en su pecho y sangre en la boca. Parpadeo varias veces y me obligo a salir de mi trance, julia sigue intentado liberarse de los dos sujeto que la detienen.
Tome a uno de los sujetos cono mi mano izquierda, con la derecha le di varios puñetazos en la cara hasta que remate con mi codo Julia, por su parte aprovecho la distracción del otro y le doy un codazo ene estómago, este la soltó bruscamente y ella cayó al suelo, otro disparo sonó en la estancia y el que quedaba aterrizo al suelo.
—¡Vámonos! —Grito, Guillermo, apurado mientras miraba a todos lados.
Ayudo a, Julia, a levantarse para correr deprisa junto a los otros. El trabajador que antes había hablado con guille esta tirado en el suelo con mucha sangre en su ropa, disparos, gritos, llanto de mujeres me ponen los pelos de puntas, el techo de una casa de madera se cae por los palos envueltos en llamas.
Los hombres buscan los caballos, que están amarrados en un árbol, se suben en ellos y nosotras en otro. Los caballos corren asustados al escuchan los disparos detrás de nosotros, me siento adolorida conforme avanzamos hacia mi casa, comienzo a ver borroso y no tengo idea del porqué, siento mojando mi ropa y mi cuerpo.
Mi físico esta como una gelatina, apoyo mi cabeza en la espalda de, Julia, mi vista se vuelva más oscura que la noche.
***
Cuando llegamos a la hacienda de, Rosana, dejamos los caballos amarrados en un árbol y entonces veo como ella se cae del cabello, luce pálida, reviso su rostro, estómago y entonces lo veo al dar le la vuelta lentamente tiene un disparo.
—No, no, no — repito una y otra vez, mi familia se alarma y me miran sin comprender — necesita un médico.
La tomo en mis brazos, le entrego las llaves que, Rosana, me ha dado antes a mí y con las manos temblorosas abre la puerta. Entro rápidamente, subo las escaleras hasta llegar a su habitación, la acuesto boca en su cama y busco el teléfono que tiene en la pretina de su pantalón. No puedo perderla ahora que cabe la posibilidad de que seamos hermanos, le llamo a la única persona que me puede ayudar ahora.
—Necesito que me ayudes — digo alterado, con mis mano cubierta de sangre en mi frente —Rosana, se está muriendo, tiene una herida de bala.
—Voy para allá — cuelga la llamada, me arrodillo al lado de la cama donde ella se encuentra.
—Resiste por favor — tomo su mano y beso sus nudillos.
Ver subir y bajar su pecho me da consuelo, esto es algo que no me esperaba, verla golpear a esos hombres fue impresionante, vi el miedo en sus ojos cuando vio a ese hombre tirado detrás de ella, no comprendo porque tomaron mi hacienda, mis trabajadores hicieron lo que pudieron, eran muchos con antorchas, machetes, armas. Cierro mis ojos al sentir la piel de gallina, mis ojos comienzan a cristalizarse por mis ganas de llorar.
—Guille — escucho que habla con mucho trabajo. Abro mis ojos al instante.
—Tranquila, no hables, no te esfuerces ya viene la ayuda — acaricio su mejilla.
—Toma mi sangre — no entiendo lo que dice y parece verlo en mi rostro, cierra los ojos y hace un esfuerzo sobre humano ahora — toma mi sangre — levanto una ceja y después de un segundo lo comprendo.
Asiento con la cabeza, suelto su mano y busco algo que me pueda servir en su tocador, tomo un cotonete y lo paso por donde está su sangre regada en su cuerpo, con su mano me señala un cajón, vuelvo a su tocador y lo abro, en el encuentro bolsitas de plástico, guardo el cotonete ahí y lo dejo en el bolsillo de mi pantalón.
Mi hermana entra en la habitación de, Rosana, junto con mi hermano y nuestro padre que traen a mi mejor amigo cangándolo y dejándolo sobre la cama del lado contrario.
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Editado: 13.04.2020