Capitulo 6
_Una vez oí decir que nosotros somos la flor del día, no lo comprendí la primera vez que lo escuché me pareció algo confuso y sin sentido alguno, pero ahora en este preciso instante lo entendí le encontré sentido a esa pequeña frase, durante el día estamos vivos llenos de vida, radiantes mostrando la mejor sonrisa… "ensayada". Esa que es creada artificialmente para cubrir lo que llevamos dentro, eso que nos mata y nos consume.
Pero por las noches nos marchitamos nos sentimos un poco solos un poco tristes un poco muertos, el dolor nos consume como la oscuridad absorbe la luz, alimentándose constantemente de ella así sea del ultimo rayo del crepúsculo.
Que irónico nesesitamos de la oscuridad para brillar.
_Hoy aquí mismo, escondida, muriendo… muriendo del miedo ¡literal mente!, aterrada por ser descubierta y llevada lejos de todo lo poco conocido y querido, con las palmas de las manos chorreando ríos de sudor frío, el pánico me embriaga abrazándome ferozmente dando por consiguiente un asqueroso temblor que baja por mi espalda hasta llegar a mis piernas, tomando total control sobre mi delgado y huesudo cuerpo, la garganta está completamente seca con un fastidioso nudo que me asfixia, lo único que pido es no ser encontrada.
Todo había ocurrido tan de prisa que ni tiempo me ha dado para procesar nada de lo que me rodea.
_De repente las puertas del closet son abiertas sin yo poder hacer algo al respecto, suelto un alarido de temor, uno de esos que nunca has dado, ese que te sale de lo más profundo de la boca del estomago, retorciendo todo tu ser, retrocedo por inercia la cortina de lágrimas me nubla mi campo de visión, no se que su sucede y no quiero saberlo, el tiempo pasa tan lento que me sofoca la desesperación, solo tiemblo sin tregua alguna, mi cabeza va explotar por la presión que mi pobre corazón ejerce amenazando por salirse de su cavidad dando horribles golpes chocando con violencia contra mi pecho.
Siento donde agarran mis manos atrallendomen hacia fuera, saliendo por completo de dicho compartimiento, el miedo me domina haciéndome reaccionar de inmediato, y lo primero que opto por hacer es soltarme del agarre revolcándome en mi sitio, corro de un lado a otro chocando con quien sabe que, suelto golpes para que no me sujeten, solo no quiero que me lastimen más o me lleven.
Lucho aún sin saber con quién, estoy tan sumida en pelear y protegerme que a la vez no se, que es lo que estoy haciendo pero no soy tan fuerte y pueden conmigo aumentando mi pánico.
–¡Adara cálmate! – sujetan con firmeza mi rostro pero sin causarme daño, mientras mi respiración aumenta a cada segundo conservo los ojos cerrados por temor.
Me sacuden con intención de que reaccioné.– Adara, estas bien cálmate mi niña– escucho la voz alarmada de mi abuela entonces abro de insofacto mis ojos en busca de los suyos dando al clavo me quedo ceñida en sus retinas café claro, esa mirada llena de preocupación y tristeza, se acerca con cautela sube su pequeña, arrugada mano y acaricia mi rostro, mi pecho quema estrujándome, ya no lo soporto más, me desplomo en el frío suelo cayendo de culo tomando automáticamente mis rodillas llevándomelas al pecho, hecha un ovillo dejándome ahogar por las lágrimas.
La frustración acompañada de la agonía, nunca son una buena combinación te consume como si del mismo fuego habláramos, carcomiendo todo a su paso lento y doloroso y no piensas solo te dejas vencer, mi llanto es interrumpido por unos cálidos brazos levantandomen del suelo, y aun así no me atrevo a mirar.
Luego de un breve momento siento donde soy colocada en una superficie suave y calentita…
–Adara, cariño calma, aquí estoy nadie te hará daño, linda mírame, necesito que confíes y me mires.– respiro entrecortado mi pecho arde subiendo y bajando con fuerza, la respiración no la logro controlar todavía estoy temblando pero la voz de Eleonor es como música a mis oídos como un calmante auditivo trayendo calma tranquilidad.
La miro avergonzada y de cierta forma arrepentida, ya que ella es muy mayor como para lidiar conmigo ya que yo le estoy causando tantos problemas, sus ojos desbordan amor calentando mi pecho haciéndome sentir en casa en aquella en la cual no he pisado en mucho tiempo, me sonríe provocando que se acentúen aún más sus arrugas.
Toma mis manos y les da un cálido apretón demostrando que ella esta ahí y que nada me sucederá, quiero creer eso solo por un momento dando algo de esperanza. Embozo una sonrisa devolviéndola el gesto ella suspira casino y desvía sus retinas podándolas en mi boca, sus cejas se juntan en notable desagrado inmediatamente me revisa con la mirada y sus facciones se endurecen al ver mi cuello y mis párpados, su mandíbula se tensa me mira con dolor , desesperación y ¿enojo?, no lo se…
Yo solo la observo, en total silencio esperando a que articulara palabra alguna, ya que a mi las palabras no me salen simplemente me he enmudecido y si hablo posiblemente me voy a romper quebrando me como cual cristal, se que mi aspecto debe ser desagradable lo se ya me he visto no soy yo, estoy echa un asco.