Sin que nadie se lo dijera, el niño se levantó del suelo, caminó hasta la caja de juguetes y la trajo hacia donde estaba construyendo con los bloques. Entonces, con su característica calma, separó cada bloque de las construcciones que hizo y posteriormente los guardó de forma ordenada, de manera que fueran accesibles para la próxima vez y finalmente colocó la tapa del contenedor para dejarlo en un rincón.
Terminado con esto, sus padres le sonrieron, lo elogiaron por ordenar adecuadamente sus juguetes y se dirigieron juntos al jardín ubicado en la entrada de la casa.
No era grande en lo absoluto, pero sí lo suficiente como para tener unas cuantas variedades de flores, las cuales prontamente captaron su interés y en consecuencia se acercó para mirarlas.
Naturalmente, no era la primera vez que las veía, ya que habían pasado más de dos meses desde que se mudaron a esta casa y estas flores estaban desde antes de que llegaran, pero nunca habían llamado su atención hasta este momento.
Lo que lleva a preguntarse el motivo por el cual estuvo de acuerdo con venir a mirar el jardín. Porque seguramente no aceptó solo porque sí y de desconocer el concepto o la palabra, con certeza habría contestado un «no sé».
Por supuesto que sabe lo que es un jardín, pues lo había escuchado varias veces de otras personas en la escuela y en cuentos que le habían leído, de manera que lo entendía como un lugar donde hay flores.
Aunque no está interesado en tal sitio, en su lugar quiso venir al antejardín porque no tenía motivos para negarse, es decir, sus padres le propusieron dirigirse a este lugar y no vio motivos para no hacerlo. Esto ocurre porque no fue una pregunta, sino más bien una sugerencia.
Son esta clase de detalles semánticos que estos padres deberían hacer lo posible por notar, puesto que permiten dar luces de los procesos de pensamiento del niño y de la forma en que toma decisiones.
De cualquier forma, en estos momentos se encuentra mirando las flores, sin saber qué hacer, hasta que uno de los padres le muestra una regadera para plantas, explica en palabras simples lo que es y cómo se usa, además de darle un ejemplo de ello. Es así como seriamente prestó atención al proceso de regar flores, teniendo cuidado de retener toda la información que pudiera.
No es que repentinamente se hubiera interesado por esto, sino que tenía una personalidad que tiende a concentrarse cuando le enseñan algo. Era una característica suya que resulta muy conveniente para aprender cosas nuevas, pero que fácilmente se puede malinterpretar como genuino interés.
Lo que fue el caso de los padres, quienes al ver que su hijo miraba fijamente todo el procedimiento, piensan erradamente que esta actividad llamó su atención. Pero esto no importa, porque de igual manera es algo que podría enriquecer su acotada cantidad de pasatiempos.
Luego de eso le dieron una regadera más pequeña y de plástico para que lo hiciera él mismo, la cual ya tenía suficiente agua. La tomó con cuidado y se dirigió a una esquina, hacia las flores que estaban en el extremo izquierdo del lugar y las regó en orden, de izquierda a derecha, siguiendo las instrucciones que le daban.
Durante todo ese tiempo estuvieron mirando con ternura al pequeño concentrado en su labor, de manera que sintieron que era lamentable que este momento estuviera terminando, pues acababa de terminar con la última flor.
Fue inevitable que llegara a su fin esta entrañable situación, pero fue una linda ocasión que seguramente añadirían a sus actividades diarias. Entonces uno de ellos tuvo la idea de plantar flores en uno de los espacios de tierra libre y así poder dedicar más tiempo a la jardinería.
Después susurra esta idea al otro mientras su hijo observaba las plantas que había regado con una mirada que probablemente era de satisfacción. Si lo hubieran visto, seguramente habrían notado que su rostro parecía mostrar cierto grado de relajo, como el provocado por terminar un trabajo bien hecho.
Se le acercaron para elogiarlo por sus esfuerzos y le dijeron que se lavara las manos. No había tocado tierra, por lo que no estaba realmente sucio, pero la higiene no estaba de más y querían inculcarle que es algo que debía hacer siempre después de cuidar las plantas. Mientras tanto, aprovecharon para decidir los detalles respecto de las flores a plantar con su hijo.
Vieron que regresaba y le dijeron que van a comprar semillas de flores para plantarlas juntos a la vuelta. Deliberadamente utilizan aseveraciones o sugerencias en lugar de preguntas, para evitar la posibilidad de que se quede pensando en una respuesta que quizás no llegue.
De esta manera asiente con la cabeza para mostrar su acuerdo y los sigue hasta el auto y se deja subir y amarrar en su asiento especial para el auto. El trayecto no era largo, pero querían volver pronto para continuar con la jardinería.
Una vez en el lugar, se bajaron del vehículo y entraron a la tienda de bricolaje, la cual era bastante grande y tenía una sección completa relacionada con productos de jardinería. Lo que los hizo sentir un poco abrumados sobre por dónde empezar a buscar.
Por suerte para ellos, no tuvieron que esperar mucho antes de que uno de los empleados se les acercara a preguntar si buscan algo en particular o solo están mirando.
Con un dejo de alivio en la expresión, la madre describe detalladamente las características del jardín delantero del hogar y explica que quieren plantar flores, aunque ninguno tiene experiencia relacionada ni conocimientos sobre lo que necesitan.
Tras escuchar atentamente y entender que es el pequeño quien hará el trabajo, se acerca a un estante y toma una pequeña pala de jardín que tiene un mango plástico, es cómoda de agarrar para un niño de su edad y es más que suficiente para aflojar un poco la tierra antes de plantar las semillas.
Luego se dirigen a la sección donde se encuentra una amplia diversidad de semillas de flores en pequeños sobres y les explica sobre aquellas que son adecuadas para la temporada actual. Centrándose en aquellas que no requirieran cuidados complejos y tampoco tardaran demasiado en germinar.