Locura, amor y ¿peleas?

Capítulo veinticuatro. ❤️?

Emiliano. 🧣💕✨

Después de explicarme la situación de Aurora, solo recuerdo lo que el médico me dijo:

«Se nota que la muchacha no la ha pasado bien, pero si usted debe saberlo mejor como está la situación.»

Claro que note el sarcasmo en las últimas palabras, pero se la deje pasar, porque no era momento de hacer un espectáculo, me conformo que Aurora está bien.

Saco mi celular y llamo a mi asistente, para que me traiga un cambio de ropa deportiva, para estar más cómodo, y lo que haga falta de trabajo, sé que Aurora pasará un buen tiempo aquí.

Llego a la habitación que le asignaron, voy al baño privado de este, me lavo las manos y la cara, en lo que la traen la habitación, me quito el saco para solo quedarme con la camisa.

Me siento en el sofá, esperando, hasta que la traen y la dejan en lo que será su cama de recuperación. Observó como esta duerme o mejor dicho sedado, con las manos cubiertas, resultado por todo ha sufrido, me maldigo mentalmente por lo que hice que Bob la dejara de ayudar.

Apoyo mis codos en mis muslos, y meto mis manos en mi cabello, para dejar pensar más de lo que necesito.

No pudo dejar de responsabilizar a sus padres tan negligentes y a sus otros familiares.

Es una mujer que tendría que estar terminando su vida universitaria, pero las situaciones de la vida la ha hecho madurar su mentalidad muchos más años de lo que en realidad tiene.

Me levanto porque siento que estas paredes me asfixia, no puedo creerlo todavía.

Recuerdo.

—Tuve que emprender este viaja a los dieciocho años, ya no ganaba lo suficiente y como no aplicaba para algo legal aquí, por no tener estudios, trabajo establecido y peor no hablaba el idioma. Se calla y sonríe, pero no una sonrisa de alegría.

—Tuve que ser fuerte por la familia, mi papá, tenía un conocido que jalaba gente para acá, y decidí pedirle que pagara el favor que le quedo debiendo a mi padre…— vuelve a callarse y termina el tema así. — Y así es como llegue aquí.

Fin del recuerdo.

Una lágrima baja por mi mejilla por saber como es el camino para llegar aquí.

—¿Qué pasó? — Preguntó en voz alta, refiriéndome a los traumas que conllevan llegar a este «país de oportunidades».

—¿Pasa algo, señor? — mi asistente me regresa a la realidad.

—No, nada. — digo levantándome de la silla fuera de la habitación. — Gracias por traerme lo que le dije a Mía que me preparará.
Tomo la bolsa que tiene en la mano y me entrega mi laptop.

—Me avisa si necesita algo más. — Yo asiento en respuesta.

—Sí, necesitas algo, pero que sea de suma importancia me buscas, si no acudes a mi tío.

Ella siente y se despide, lo mejor será tomar un baño, para despejar mejor la mente, algo que necesito de emergencia.

Entro y lo primero que hago es ir a ver a Aurora, ella todavía está inconsciente, me alejo y me dirijo al baño, no me voy a tardar más que lo necesario, cuando abro el bolso, me doy cuenta de que Mía piensa más en lo que necesito.
Me arreglo todo lo de uso personal y me alegro de que tomara todo en cuenta cuando la llame.

Sé que preocupo al saber lo que paso y me exigió saber lo que pasará, que la mantuviera informada de todo lo que pasará.

Claro que mi asistente, por más que lo sea, nunca ha entrado a mi departamento mucho menos en alguna de mis habitaciones.

Salgo y lo mismo, los monitores demuestras que sigue respirando, es lo único que me hace sentir un poco de calma.




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