Locura, amor y ¿peleas?

Capítulo veintosiete. ?

Emiliano. 🧣

Terminó de darle de comer a Aurora y decido ir al baño.

Trató de calmar mi corazón acelerado, me lavo la cara, y trato de pensar en otra cosa para aliviar un poco mi cuerpo tenso por cosas que todavía sé que no van a pasar.

—Tú puedes —. Me digo viendo al espejo, pasan algunos minutos y cuando siento que ya puedo salir escucho que me llama.

Salgo de inmediato.

La veo, y ahora ya no sé qué decir, la miro ahí con su carita.

—¿Pasa algo? —. Me pregunta ella, sin apartar la mirada de mí, y ahora me siento avergonzado por la reacción que tiene mi cuerpo por ella.

—Nada. —Digo haciendo algo movimientos con mis manos. —¿Necesitas algo?

Cuando ella iba a responder, alguien toca la puerta.

—Adelante —. Le doy el acceso que necesita, cuando lo hace me encuentro con una mujer con embarazada.

—Está no es área de ginecología, creo que se equivocó.

—Lo siento, estoy buscando la habitación de la paciente Aurora. —contesta ella.

Volteó a ver Aurora y ella tiene una sonrisa en los labios.

—Es mi hermana.

La susodicha no espera más y corro lo que su barriga y pies le permitía. Llega hasta donde Aurora abrazándola y revisándo cada parte de su cuerpo.

—Estoy bien, ya todo paso. — dice Aurora, restándole importancia a la situación.
Yo solo la miro sin interferir, todo lo que Aurora decida yo la apoyaría, solo si eso se trata de su vida.
Cuando siento que el ambiente se pone tenso decido intervenir, ahora que está la hermana, pienso que es momento de encargarme del otro asunto.
—Las dejó para que platiquen, iré a atraer unas cosas a mi casa y regresó.

Quería darles el espacio que necesitaban, pero Aurora tenía otros planes.
—Emiliano. — me llama, yo sin dudarlo me acerco.
—Ana, él es Emiliano, mi novio. —suelta volteando a ver a su hermana.

Yo, inmediatamente bajo la vista a mi pequeña mujer, está sonrojada por la noticia que acaba de dar, sin saber que mi corazón empezó a latir de felicidad.

¿Tu novio Aurora? — pregunta como si no pudiera creer lo que Aurora estaba diciendo.

—Sí su novio, no pensé en dar la noticia así, pero si Aurora lo decidió, me alegra presentarme como su cuñado, mucho gusto Emiliano.
Extiendo mi mano y ella lo acepta. —Un gusto. — pero su mirada está en Aurora.

—Ahora, te puedes ir. —me dice, le doy un beso en su frente, me despido de ellas y salgo.

Llamo a Blue, para que me espere en la entrada del hospital, necesito encargarme de una tarea importante, ahora que Aurora está despierta y acompañada puedo hacerlo.

Una vez subo al vehículo, las calles pasan al frente de mí.

—Es un vecino que al parecer lleva obsesionado con ellas por varios años, lo mejor será entregarlo a la policía.

Yo escucho lo que Blue me dice, pero tengo otra cosa en mente.

—La excusa, más patética que he escuchado, si no llego a tiempo otra cosa hubiera ocurrido.

Él me mira y asiente, claro que está de acuerdo conmigo, llegamos y varios hombres me saludan, voy al sótano, donde pasaron muchas cosas.

Salgo limpiando mis manos con una toalla.

—Ahora si entrégalo.

Blue asiente, me entrega las llaves de mi vehículo y me dispongo a ir a la mansión.

Una hora después estoy en la mansión recogiendo una maleta, ya que Aurora no se sabe cuanto estará en el hospital.

—¿Qué haces? — lo que faltaba, entra Hannah con sus preguntas.— ¿A dónde vas con esa maleta?

—Ahora no Hannah, no tengo tiempo para tus interrogatorios.

Me toma del brazo, asombrada por mi respuesta, ahora tengo que dejar claro que ella es importante, pero hay alguien más importante para mí.

—Te lo diré, y será la primera y la última vez que te lo diga. Estoy saliendo con alguien y es importante para mí, si no estás de acuerdo está bien, pero no voy a cambiar de parecer espero que lo comprendas y estés feliz porque yo lo soy, y cuando llegue el momento la trates con respeto.

Ella se queda callada.

—¿Qué pasará con Luz? — pregunta ella, cosa que no tiene nada que ver.

—Nada, luz solo es hija de mi tío, no tiene vela en este entierro, te lo digo a ti, porque te considero mi hermana, pero…

—Está bien, está bien, ya entendí, pero tienes que presentármela antes a mí, porque si no es así no te lo voy a perdonar.

Me abraza y yo le doy un beso en al frente, termino por empacar y salgo de mi habitación dejándola con llave, una vez bajo las escaleras y veo a Mía.

—Gracias a Dios no te has ido. — dice ella llegando a mí. —Le preparé algo a Aurora, se lo llevas, mañana pasaré a visitarla.

Me extiende una lonchera, y yo la recibí con mucho agradecimiento.

—Gracias, mañana le diré que te espere.

Le digo como sigue todo y una vez término le dejo un recado a mi tío, salgo de la mansión y regresó al hospital.

De camino me detengo a comprar algo de fruta, para poder ver como pasar los días ahí, sin necesidad de salir tanto.

Llego y me encuentro a Aurora sola, eso me hace fruncir el ceño.

—¿Y tu hermana? —, pregunto si dejar de ver por la habitación, espero que esté en el baño, no pudo dejarla sala.

—Se fue hace poco, tenía que regresar por su estado.

Yo no digo nada solo asiento, le entrego lo que Mía le preparo, cuando iba a preguntar si ocupaba ir al baño.

Una enfermera entra, a revisarla.

—¿Necesitas ir al baño de nuevo? — Le pregunta y Aurora niega.

Pronto sabré si me ha mentido por incumbir a su hermana. Cuando la enfermera termina lo que tiene que hacer nos deja solo.

—Sí ocupas ir, me lo puede decir.

—¡Emiliano! — La vergüenza en su rostro se hace evidente, pero eso es normal. —La enfermera me puede ayudar.

—Pero yo estoy aquí también, no es nada de otro mundo.

—No puedes hablar en serio.

Me acerco, para besar su boca, la extrañaba tanto. —Nena, puedo hacer todo eso, y lo haría con mucho gusto. — declaró.




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