Aurora. 💕
Que Emiliano se llevara bien con mi familia me llena el corazón.
No sé cómo hizo Emiliano, pero arreglo todo para regresar a Estado Unidos.
—Todo va a estar bien. — dice tomando mi mano. —Solo que iremos directo a arreglarnos, hoy por la noche nuestra compromiso será oficinal.
Y así fue, todo pase tan rápido que ya estábamos en el salón esperando por Emiliano, estoy ansiosa, se supone que nadie de su familia sabe lo del compromiso, por eso Emiliano va a traer a su tío.
Cuando Emiliano llega, se detienen el andar.
Veo a Emiliano pelear con su tío, y no dudo en ir donde están para ver lo que pasa.
—No, no y no tío. —Dice Emiliano. —No le voy a pedir eso a Aurora.
—¿Pedirme qué? —Preguntó, Emiliano coloca sus manos en la cadera.
—Ni se te ocurra. —Le advierte a su tío.
—Necesito hacerte una prueba de ADN. —Dice sin tapujo. — Conmigo, necesito saber si eres mi hija.
Yo abro los ojos, sin poder creer lo que me esta diciendo, pero al ver que la cosa es en serio. No dudo en negarlo.
—Yo, yo tengo un padre. —Digo sin poder creer lo que estoy escuchando.
—Tu madre se llama Julieta. —Me interrumpe él.
—Sí, señor, pero no quiere decir algo. —Respondo. —Incluso mi madre esta aquí puede hablar con ella, para que se aclare todo. —Ofrezco, sin saber si mi madre esta lucida.
—Tráela, por favor. — Pide él casi en súplica.
Dejo a mi hermano con Emiliano, para ir en busca de mi madre, tengo miedo a lo que vaya a suceder, pero no tengo otra opción. Llego a la habitación provisional.
—Mami. —Digo, ella levanta el rostro del libro que está leyendo.
—¿Qué pasa hija? —Dice ella en momento de lucidez, el cual me alegra.
—Necesito que controles tus nervios. —Ella frunce el ceño. —¿Por qué? —Me pregunta cerrando el libro.
—Necesito que respires y controles todos tus sentimientos. — Tomo sus manos para trasmitir mis fuerzas a ella.
—Aja. —Dice ella, como sospechando las cosas.
—Hay un señor abajo, que es el tío de mi prometido Emiliano, y dice que te conoce. —Trato de explicar.
—¿A mí? — Asiento en respuesta.
—Puedes, por favor. —Suplico, aunque sé que no depende de ella.
—Esta bien. —Dice incorporándose, para ir donde se encuentran todos.
Se coloca los zapatos y salimos, tomo su mano porque tengo miedo, mucho miedo. Cuando llegamos al salón donde los dos hombres nos esperan, el tío de Emiliano está de espalda hacia nosotros.
—Aquí esta mi madre. —Digo y eso hace voltear al tío de Emiliano y me arrepentí en el mismo instante que permití que mi madre lo viera.
—¿Qué haces aquí Massimo? —Dice mi mamá, pero lo que me sorprende son las acciones de él. Porque sin pensarlo toma la cara de mi madre, como si no pudiera creer que es ella.
—No sabes como te busque, pero ya no estabas, fui a tu país y nada, como si la tierra te hubiera tragado.
—Pero si nos vimos. —Reclama mi mamá. —En aquel club.
Y ahora la duda me carcome, si soy la hija de él, Emiliano es mi primo. —No. —Digo sin pensarlo. —Me niego, él no puede ser mi padre. —Declaro más para mí que para ellos.
—Hija. —Me dice ella.
—Por favor, por favor. —Digo arrodillándome y abrazado sus piernas.
—Yo lo siento. —Y con eso caigo en el suelo sentada.
—Aurora. —Dice Emiliano levantándome. —Mi tío, no es familia de sangre, él. —Mira a mi supuesto padre. —era el esposo de mi tía, yo soy hijo de Susana López.
—¿Susana López? —Pregunta Luz entrando por la puerta, la misma pregunta me hago yo.
Editado: 29.11.2025