Locura, amor y ¿peleas?

Capítulo cuarenta y dos. ❤️

Rosaura.

Me miro al espejo, todavía no puedo creer que después de tantos años no me puede aceptar, aceptar que la maldita de Susana provocara ese accidente, que por poco ni lo cuento.

—Si no hubiera sido por tu ambición, nada de esto nos hubiera pasado. —Digo viéndola desde el espejo de la habitación de Massimo, que ha cambiado bástente.

—Tenías que hacerte cargo de tu hijo. —Me dice ella.

—Un hijo que no quería tener, que tú me obligaste a quedarme con él, todo para hacer el sueño de Jack realidad. — Digo, quitándome del espejo para llegar a la cama. —Todo por ser una mujer seca, y luego me viniste con estupideces de quitarle el marido a tu hermana, hasta que lo hice y ni así quedaste tranquila.

—Sabes que se lo merecía. —Dice el maldito espanto que me persigue, ni muerta me deja tranquila.

—Se lo merecía porque por ella, mi matrimonio se estaba viniendo abajo, por las malditas comparaciones, que ella sí podía quedar embarazada y yo no. — Dice jalándose el cabello, lo que me parece patético.

—Sí, lo que digas, ahora yo sigo viva y con un hijo guapísimo, y una hija un poco tonta, igual que yo, te imaginas, ya me hizo abuela. —Me rio de mi locura, no puedo creer que pierda el tiempo con esta mujer.

Me quedo en silencio por unos minutos, hasta que noto que tengo compañía.

Habla Massimo me reconoce, al parecer si presto atención cuando viví con él, aunque nunca me toco por más borracho que estuviera.

Mi hijo lo detiene, y es ahí donde aprovecho a revelar un pequeño y gran secreto, todos se quedan pasmados, y la veo ahí esta Ana, mi hija, la que salvo Julieta, parece que hizo un buen trabajo.

—He pensado y estoy cansada de huir y de estos malditos secretos que he gustados por más de dos décadas, y hoy, por ser mi última noche, decidí deshacerme de ellos para llevar el equipaje liviano.

Todos me quedan viendo como una loca que soy.

—Sé que eres la autora de todo el mal que nos ha pasado. —Acusa Massimo como siempre.

—Te callas, porque los he invitado para contarles una historia.—Digo callando al mequetrefes de Massimo. —Ahora tomen asiento, que voy a comenzar.

.

.

Emiliano.

.

Todos nos volteamos a ver, y buscamos un lugar donde sentarnos.

—Ya que ahora todos están cómodos, voy a empezar, dice la mujer que dice ser mi madre. —Rosaura tenía dos amigas. —Dice refiriéndose a ella en tercera personas. — Y un día tomamos la decisión de emprender un viaje, fue un viaje muy difícil, pero que ustedes, dos niñas, los saben muy bien. —Dice y le sonríe con dulzura. —Hace una pausa para vernos.

—Se ven muy bien juntos, por esa razón decidí hablar, para que no les pase lo mismo que a Massimo y Julieta, al menos eso te lo debo, bueno dejemos el drama, cuando llegaron a este país, buscaron miles de posibilidades, pero la primera en ser bendecida fue Susana, ya que llego a trabajar a un mansión, puesto que ella masticaba el idioma, y las otras dos ni hola podían decir.

»Pero ella se ganó el cielo con el hombre que se enamoró de ella, Julieta y Rosaura no tuvieron la misma suerte y terminaron bailando para ganarse el pan de cada día y enviarle a sus familias, así pasaron dos largos años. —Suspira como si estuviera viviendo todo lo que esta contando, veo como Aurora aprieta los puños.

»Hasta que Rosaura quiso escalar y ganar más dinero, su segundo error, a los seis meses, descubrió que estaba embarazada,no quiso contárselo a Julieta, porque ella iba a decir: te lo dije, entonces busco ayuda con Susana, aunque Rosaura no quería tener al niño por sus condiciones de vida, Susana la convenció de que lo hiciera, y que ella se iba a hacer cargo del niño como si fuera suyo. —Una lágrima traicionera se desliza por mi mejilla, Aurora lo nota y toma mi mano.

—Estoy aquí. —Me dice, yo solo aprieto su mano.

»Así que se salió de trabajar por ese motivo para poder llevar mi embarazo a término y entrégale el niño a Susana, cuando supo que era un varón se volvió loca de felicidad y supe que era la mejor decisión que pudo haber tomado, luego volvió al mismo trabajo, pero haciéndole falta un pedazo de ella, pero ya no se podía echar para atrás, años más tarde volvió a quedar embarazada, pero esta vez se lo contó a Julieta, pues no quería que pasara lo mismo que con Emiliano. —Y si tenía dudas, ahora ya no cabía una pizca de esta.

—¿Una hija? —Pregunta Aurora.

—Niña silencio que no he terminado la historia, las preguntas después de terminar las contestaré, bueno como les decía, volvió a quedar embarazada, solo que esta vez fue muy diferente, quería quedarse con la niña, pero cuando dio a luz, el padre decidió acabar con mi vida, por eso le dije a Julieta que ella tenía que hacerse cargo de ella, que no tenía que ponerla en peligro, mi pequeña Ana, era tan parecida a los dos,pero mi amor por ella decidió que tampoco podía tenerla conmigo. Fue así como pocos años después conoció a Massimo, que le ofreció cielo, mar y tierra, era un buen hombre para una buena mujer.

Voltea a ver a Aurora. —Te pareces tanto a ella, solo que con los ojos, cabello y ese hoyuelo es de tu padre. —Nadie se atreve a hablar, porque estamos impactados, Ana no aguanta si empieza a llorar a mares, Aurora no soporta y se uno con ella.

—Lo que no contaban era que su hermana Susana, al ya tener problemas con su matrimonio, se metería en la relación de ellos dos, llenándole la cabeza a Rosaura de estupideces, y exigiéndole dinero para el hijo, una vez que logro separarlos y que Rosaura se casara con Massimo, por una perdida de un hijo del esposo, que la embarazo a la fuerza, las sumas cada día eran peor, y Rosaura solo miraba la decadencia de ellos cada día más.

»Hasta que llego el día del accidente, ella llevaba el auto, porque lo quería para ella, pero yo sabía que se habían vuelto viciosos con los juegos de azar y ella quiso intimidarme y lo único que logro fue llevar el auto al acantilado y hacer que me quedaran estas cicatrices horribles.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.