Londres tiene sus propias estrellas

Capítulo 18 | Raven

Siento como me sacuden. Hace frío… 

—Raven… 

¿Ese es Thomas? Porque esa sí es su voz.

No puedo evitar sonreír, porque su voz comienza a decir mi nombre más y más.

—¡Raven!  —esa ya no es su voz.

Joder, Emma. Ni en mis sueños puedo tener las cosas como deben ser.

Al final siento que me mueven y zarandean mucho. Abro los ojos…

—¿Emma? —siento la luz hacerme doler los ojos. Pero… al mismo tiempo me siento mareada por el movimiento. Noto que a mi lado está Thomas… ¿Qué demonios?  Y al otro lado está Emma. Al copiloto está Ashton y al conductor está Warren… Espera… ¿Copiloto? ¿Piloto? ¿Estoy en un auto? —¿Qué mierda?

Me levanto un poco y al mirar puedo ver árboles a nuestro alrededor. El auto se mueve a un parqueo, diviso una casa de madera un poco alejada. Santo Dios…

—Duermes pesado, dama.

¿Henry también?

Si están Warren, Ashton, Emma, Thomas y Henry, ¿Dónde está Mitchell? El rubio no está ni cerca de ser una persona que me agrade. De hecho, cuando lo miro a la cara, me sale una imagen de “Persona no grata” inmediatamente, pero… ¿Por qué no vino? ¿Y dónde demonios estamos?

—¿Qué? ¿Qué pasa? —intento decir desperezándome.

Me vueltas la cabeza. ¿Cómo debo procesar todo esto?

—Estamos frente a la cabaña de la familia de Warren, en la camioneta de los chicos —informa Thomas.

No logro entender —Espera… ¿Cómo?

—Te dormiste luego de bailar tanto, regreso a casa, así que todos decidimos cambiar la ruta y venir —dice Ashton—. Vendríamos mañana, pero pensamos “¿Por qué no aprovechar y venir de madrugada y así pasamos más tiempo en la cabaña?”

—A mí nadie me preguntó —digo cubriendo mi boca porque no me he cepillado los dientes, ¿Cómo lo haría si ando recién despertada en el auto de Sabrá Dios quién en sabrá Dios dónde, sabrá Dios cómo y sabrá Dios hasta cuando? 

—Yo dije que esperáramos a que despertaras, y nos fuéramos al amanecer, pero Emma nos convenció de traerte dormida.

—Literalmente me secuestraste —susurro —. Es algo así como la primera vez que salimos juntos de fiesta.

—No, yo jamás… —sube sus manos.

—Cómplice —acusa Ash.

—Culpable —pone su cabeza en mi hombro—. Pero cuando veas la cabaña, el río, las flores y demás me agradecerás. 

—Literalmente te cargaron hasta el carro y ni sentiste nada. Podría secuestrarte en cualquier momento —dice Em.

—¿Me cargó Thomas? —pregunto sorprendida.

—Mitchell lo hizo, Thomas estaba encargándose de cerrar el club porque era el encargado. Mitch fue quien te cargó hasta el auto —dice Ash —. Porque te dormiste en un sillón del club.

Gruño.

—¿Y tú dejaste que eso pasara, Emma? 

—La que subió y te empacó la ropa fui yo. Haz el favor. La única razón por la cual no andarás desnuda aquí es porque te empaqué tus outfits, sé agradecida.

—¿Y dónde demonios está el niñito en cuestión?

A simple vista, sé que no en el auto.

—Tomaste su lugar, entonces él vino en su motocicleta —dice Warren divertido.

¿Todo el camino? A estas horas, con el frío, el sueño, en una motocicleta… ¿Y Mitchell aceptó? Honestamente yo no habría aceptado si fuera por él.

—¿Dónde estamos, en fin? —ignoro.

—Bath.

—Termolandia —dice Thomas.

—Que no se sienta que es estadounidense —bromea Warren.

—Me hacen Bullying.

Haría algo, pero me estoy explotando de risa junto a los demás.

—¿Quién dice Termolandia? —pregunta Emma horrorizada.

Me miro el cuerpo. Tengo el mismo vestido de anoche. ¿Dónde están mis tacones?

—¿Estás enojada, Raven?

—Me secuestraste, ando en Bath cuando se supone que hoy era mi día de spa y skincare.

—Estamos en Bath, cariño, iremos a un baño termal. Te compro skincare.  Debe haber algún centro comercial. Solucionado todo.

Si tengo el vestido, ¿El maquillaje? ¡Demonios! Seguro parezco un mapache drogado. Me miro en el espejo retrovisor… no tengo nada.

—Te quité el maquillaje —dice Ashton.

Awww… que tierno. Le sonrío en agradecimiento. Se siente como si todos me cuidaron cuando estaba inconsciente… al mismo tiempo de que me trajeron sin mi consentimiento sacándome de la ciudad.

—¿Por qué estás tan callado, Henry?

—No es una persona madrugadora —dice Warren.

—Lo siento, dama, mi mente aún no se ha conectado a mi cuerpo.

—Por cierto, el skincare… ¿Lo podemos hacer juntos? —prosigo en la conversación con Thomas.

Es una de las más grandes y fuertes fantasías que tengo para cumplir con una pareja.

—Ir al baño termal sí, si quieres.

—Skincare —aclaro.

Sube sus cejas y no responde.

Al dejar de moverse el auto entiendo que Warren está parqueado ya. Con los ojos un poco cerrados me bajo del auto, agarrada de manos de Thomas; quien me ayuda a salir. Miro a nuestro alrededor, está lleno de árboles por todos lados y una pequeña cabaña está como a diez metros. Es de dos plantas y está totalmente hecha de madera. 

—¿Dónde está la civilización?

—Todo el pueblo está a hacia allá —señala Warren —. Mi familia siempre suele rentar esto a turistas y demás. 

—Creí que eras afroamericano…

Warren me mira algo divertido y confundido.

—Que venías de becado y eso. Que tu familia no estaba aquí, que no tenías… —aclaro rápido —Sé que sonó tremendamente racista, pero no malinterpreten. No significa que porque seas de allá no puedas…

—Tengo ascendencia africana, pero nací aquí —responde entre risas.

Thomas me mira burlándose al igual que los demás.

—Supérenlo.

 Me abrazo el cuerpo por el frío y camino por el sendero de piedras a zancadas hasta la casa. Me río también por ese momento.

—Espera. Raven —Thomas viene corriendo.

—Tengo sueño, me desperté en la mitad de Bath cuando creí que estaría en mi habitación con aire acondicionado, con agua caliente y demás, ando descalza, no me he quitado el vestido y el brasier me está matando, tengo sueño, ah eso ya lo dije, como sea, lo repito y solo quiero dormir y poder descansar. Me acabo de despertar, joder. No me molestes.




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