@ThomsBernard te ha enviado un mensaje “¡Buena suerte en tu segundo primer día, Raven! Espero que las cosas salgan exactamente como deben salir para ti, felicidades”.
Sonrío por su detalle. Es un gran amigo.
—Ha pasado un año, mami —le digo tranquilizando a mi madre y mejor amiga, quién parece estar más nerviosa que yo. Luego de haber llegado a casa llorando, no parar de hacerlo por semanas y no querer asistir a la universidad más tras ese viaje a la playa, mi madre terminó por enterarse de todo lo referente a Thomas. Obvio, no le iba a contar sobre Mitchell, porque no hay nada específicamente grande que contar, y no quiero añadirle leña a su extraña seguridad de que sí hay algo que contar.
—¿Y si te encuentras con el americano? Seguro eso…
—Madre, él no me hizo nada malo. Hablamos un par de veces este año. E incluso vine a ver su graduación de maestría junto a mis amigos. ¿Sí?
—¿Volver a la universidad no te pone nerviosa?
Me cago de los nervios.
—Para nada —sonrío.
He estado todo el año en el atelier de la madre de Ran, quién sorpresivamente se lleva muy bien con mi madre. Incluso decidieron hacer una campaña entre los diseños de la madre de mi hermana y las flores de mi madre. Irónicamente, hasta Raysa se unió siendo la administradora de todo eso.
Ran y Henry… pues siguen igual que antes. Warren se mudó a Bath.
Ashton y Emma…. ni idea. Ash se fue luego de que a mediados de este año se graduara de su maestría. No he mantenido conexión con ninguno de los chicos, a excepción del prometido de mi hermana y Tom unas tres veces, para saber cómo iba. Al parecer, decidió quedarse en Londres, consiguió trabajo y vive con un amigo que vino desde América también.
No me costó tanto decirle a mis padres que quería dejar la universidad y papá se emocionó mucho cuando le dije que por fin había decidido intentar algo, que era el diseño de moda. He ayudado a la madre de Ran con sus diseños y además, me ha permitido confeccionar algunos hechos a medida para clientes.
Y sobre…
—¿Por qué no fuiste anoche a la cena que tuvimos con los Radcliff?
Sí, él, ha sido difícil el evitarlo este año. De verdad.
—Estaba preparando ciertas cosas, lo siento.
Entro de la mano de mi madre al anfiteatro. Siento como mi cuerpo se descuaja inmediatamente me doy cuenta de que es la primera vez que piso este lugar después de la primera vez que vi a Thomas. Pero, cuando piso la entrada recuerdo que aquí conocí a Mitchell y tropezamos. No puedo evitar reír.
—¿Y eso?
—¿Qué?
—¿Y esa sonrisa?
—Vamos, mamá, ya es suficientemente penoso que mi madre me acompañe a mi primer día de universidad, no necesitamos irnos allá también.
No debí besarlo.
Es decir, que tiernos eran sus labios. Y yo estaba en plena crisis, pero no debó… porque luego de ahí no pude verlo a la cara nunca más… Moría de nervios solo de saber que estaba cerca.
Ha pasado un año, pero aún no estoy lista para enfrentar la manera en la que me mira fijamente como si él no se arrepintiera de nada.
Entramos y nos sentamos, mamá se ríe de qué es la única madre aquí. Eso no es lo que me preocupa, sino que el rubio podría estar aquí. El día de su graduación intentó acercarse a mí y lo evadí totalmente. No soy buena en eso. Soy muy obvia.
—¿Kinder? —me llaman y la verdad es que no me molesta ni un poco ya.
—Rosé —me levanto a saludarla —, hola.
—Me enteré que te inscribiste en diseño de modas, ¿No? —asiento —Bueno, solo porque ahora somos compañeras de arte haremos las paces, otra vez.
Asiento y ella se va con un grupo de amigas, se ve más confiada realmente. No sé ni de qué hablar con mi madre, sólo intento mantenerme calmada en estos momentos. Así que mamá sirve mucho para eso.
Soy afortunada, no todo el mundo tiene una madre que decida ser su roca en momentos como estos. Papá quería venir también, pero le dije que ya eso sería demasiado.
Me distraigo mirando a las personas que reconozco del año pasado, personas que de vista detecto… Hasta que inicia el discurso de bienvenida.
Este año sí lo ha hecho él.
—¡Ese es el hijo de la señora Radcliff! —grita mamá y le pido que haga silencio, porque llamó la atención. Pero ya es tarde… Mitchell me mira desde dónde está… Me enfoca.Dios mío.
Es como un deja vú.
—¿Me está mirando? —pregunta mi madre confundida —¡Te…! Te mira a ti…
—Sí, mamá.
—¿Por qué no te ves sorprendida?
—Ya me lo esperaba.
Y guiña un ojo de manera poco disimulada y muy telenovelesca.
+
¿Por qué estoy tan nerviosa? Un poco más y se me olvida caminar.
Divago entre mantener una conversación con Rosé y sus amigas y mis pensamientos. Prefiero mis pensamientos, tienen menos conectores y acentos.
—Sí, les digo que conozco al chico del discurso —dice animada la rubia ex novia de mi amiga. Las chicas se emocionan. Supongo que él tiene su club de fans este año también. No me sorprende —¡Mitchell! —grita Rosé y mi madre también lo llama cuando lo ve. Joder.
Intento irme, pero mi madre me sujeta de la camisa, para evitarlo y no deja de sonreír. Señora malvada. No me queda de otra que ver como se acerca, como me mira de arriba abajo y entonces sonríe victorioso.
—Hola a todas —se da la bienvenida —, Raven.
—Hola —saludo.
Las chicas intentan acercarse, pero siento su mirada sobre mí.
A decir verdad, esto es como quizás las cosas hubieran pasado el año pasado sin esa pequeña torcedura en el destino de la llamada de su madre.
—¿Cómo has estado, Raven?
—Bien, bien. He trabajado en un atelier —¿Por qué le conté eso?
—Eso me contó tu madre. Deben tenerte explotada porque cada vez que visito a mi madre y aprovecho para ir donde mi vecina favorita, tú nunca estás.
Me escondo.
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Editado: 27.09.2023