Looking for me

Capitulo uno

Las lágrimas no paraban de salir por mis ojos, aun no lograba entender como llegué a esta situación tan bizarra, tengo a mi mejor amigo entre mis brazos y solo me pregunto “¿Qué fue lo que hice?”. No quiero dejarlo en este bosque, tirado como si nada pasó, pero si sigo aquí, los cambia formas me podrían matar de la peor manera.

Pasé mi mano de manera brusca por mi cara, con la intención de borrar cualquier rastro que pueda indicar como estuve llorando hace tan solo unos minutos, me pongo de pie, le doy una última mirada a mi amigo, sin pensarlo dos veces salgo corriendo de ese lugar. A medida que avanzo, puedo observar como el frio bosque desaparece, dando lugar a la carretera, sin poder evitarlo, una pequeña sonrisa se forma en mi rostro.

- ¡White! – Logré escuchar cómo se gritaba mi apellido con todo el odio del mundo. –

Me detuve en medio de la carretera, no se miraban vehículos, así que todo estaría bien, miré mis manos, las cuales tenían sangre seca, de manera inexpresiva… mi rostro debía estar con golpes, ni hablar de mi pobre espalda.

Estaba por desmallarme, no podría aguantar más tiempo de manera consiente, como si de un ángel se tratase, miré que a lo lejos venía corriendo hacia mí, mi mejor amiga por así decirlo.

- Estás terrible – Dijo al momento que llego a mi lado – Te llevaré – Yo solo pude asentir con la cabeza, agradecía lo que estaba haciendo por mí. -  Estarás bien Liz… - Eso fue lo último que logré escuchar antes de perder el conocimiento.

Me sentía muy bien, como si no tuviera ninguna preocupación… A lo lejos lograba escuchar un sonido molesto, no era alguien hablándome, debería abrir los ojos. Poco a poco fui despertando, lo primero que estuvo en mi visión fue el techo blanco de, posiblemente, un hospital.

- ¿Quién mierda me despertó? – Fue lo primero que salió de mis labios –

- Liz – Luego de decir mi nombre, la chica que se hace llamar mi mejor amiga, me abrazó como si no pensaba volver a verme – Me preocupaste mucho

- Podrías decirme que pasó – Dije haciendo que se separara de mi pequeño cuerpo – ¿Cuánto tiempo pasó? – Pregunté mientras me levantaba de la camilla. –

- Han pasado unos quince días – La miré de manera sorprendida, ¿Tanto dormí? Que bien. – El medico dijo que podrías irte de aquí luego que despertaras...

- Estoy bien – Comencé a buscar ropa – Debo ir con el comandante…

Luego de escuchar eso, Kate se quedó en silencio. Encontré una camisa simple, con unos pantalones negros, los cuales sin dudar me puse. Miré a Kate, quien seguía en silencio.

- Gracias… - Le susurré cuando pasé junto a ella. – Te veré más tarde.

Estaba afuera de la oficina del comandante Noha, debatiendo si debería entrar o no. Dejando los miedos atrás, entré.

- Buenos días señor – Dije viendo cómo ni siquiera se dignó a mirarme – Vengo a dejar mi reporte

- Que sea rápido, no tengo tiempo. – Me miró de mala manera, él siempre fue un poco presumido, pero se supone que no debería serlo con su hermana –

- El chico Travis – Sin poder evitarlo, la imagen de mi mejor amigo sonriendo se vino a mi mente… tan lindo con su cabello rojizo y sus ojos azules – Murió a manos de un cambia forma de lobo

- Bien – Me miró de manera seria – Sé que era ¿Tú amigo? Espero esto no vaya a interferir con tu trabajo

No lo demostré, pero me sentía muy sorprendida… Travis fue un gran amigo suyo. Quería llorar ¿este es mi hermano?

- De hecho, vengo a renunciar – El alzó una ceja – Sé que esto es una guerra, pero, me rehúso a seguir luchando

- ¿Quieres irte con el enemigo? – No respondí, su expresión ahora es la de alguien molesto – Eres una mal agradecida, los humanos son los buenos.

Saqué de mi bolsillo aquella pulsera azul que todos los que íbamos en este bando debíamos llevar, la miré unos segundos y luego la dejé en su escritorio, ante la penetrante mirada del que alguna vez fue mi héroe.

- No soy humana… - Lo miré a los ojos – Tú si lo eres, puedes ser mi hermano, pero, no compartimos estos genes…

Luego de estar en la oficina de mi hermano, fui directamente a mi habitación, rezando para no encontrarme con ningún amigo.

Comencé a tomar todas las cosas que considero importantes, para guardarlas en mi mochila… Luego miré la cama que estaba al lado de la mía, “Kate…”  a ella debería dejarle una carta o algo así. Tomé un bolígrafo y una hoja de papel rosado, su color favorito.

Comencé a escribir:

 

“Querida Kate:

     Perdón por irme de esta manera, dejando solo un pedazo de papel, con mi letra tan fea (al menos tú dices que así es). Antes de escribir cualquier otra cosa… Gracias por siempre estar a mi lado, gracias por tu amistad tan hermosa.



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En el texto hay: magia, dolor, magia amor guerra y amistad

Editado: 02.01.2019

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