Los Brazos de Morfeo.

18.

Noah:

Un estallido de energía se desprende de mi, haciendo la mansión temblar y expulsando a los dioses contra la pared, junto con los muebles. Me siento imparable, totalmente incontrolable.

Camino hacia Susanowo y lo levanto del cuello como si no pesara nada.

Quiero matarlo, quiero que sufra por hacerle daño a los dioses, quiero que entienda lo peligrosa que puedo llegar a ser. Mi agarre es tan fuerte que puedo sentir sus huesos cediendo, con un poco más de fuerza, podría acabarlo.

Una corriente eléctrica se desliza por mis dedos, hacia los dioses que intentan intervenir, inmovilizándolos.

—¡Noah, detente! —grita Sacha desde la puerta, mis ojos se fijan en los suyos, pero no aflojo mi agarre en el Dios ni un poco.

—Impresionante —Logra decir Susanowo mirándome a los ojos—, e-esto quería ver.

Lo arrojo con todas mis fuerzas contra la pared, causando que la atraviese hasta la otra habitación.

—Noah... —Sacha se acerca—. Debes calmarte, ¿sí?

—Aléjate —Le espeto y camino hacia el agujero que dejó el Dios al estrellarse contra la pared.

Entro en la otra habitación y no pierdo tiempo en tomar a Susanowo por el cuello de su jersey para levantarlo.

—Ayudarás a Morfeo, ¿me has oído?, Lo ayudarás, porque voy a matarte si no lo haces —escupo sin quitar mis ojos de los suyos.

Él asiente lentamente y lo suelto, sus manos tiemblan mientras intenta levantarse del suelo y distingo las heridas que le causé.

Me tiene miedo.

Un Dios me tiene miedo.

—Necesito que me lleves con él... —murmura caminando hacia la puerta y yo lo sigo.

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—Éstas son marcas de oscuridad —explica Tsukoyomi, el Dios de la luna mientras examina a Morfeo.

Lo han traído a la habitación de Susanowo para que puedan examinarlo e intentar explicar que es lo que le sucede.

La energía aún sigue presente, liberando un leve cosquilleo en mi piel cada vez que me muevo. Hades y Sacha están a mi lado, ninguno ha dicho una palabra al respecto del increíble poder que salió de mi hace unos minutos y estoy feliz por eso.

No sé como hacer que se duerma nuevamente, y comienzo a preocuparme.

Freya sigue inconsciente y Apolo se ha quedado a su lado, junto con Skadi.

—Definitivamente lo son... —dice Susanowo tocando el pecho del Dios del sueño, quien respira muy fuerte, el sudor cae por su frente y tiene los puños apretados.

—¿Por qué pasa eso? —pregunto.

—Morfeo está encargado de absorber las pesadillas de la gente, pero no comparte ese peso solo —explica Hades—, el Dios del sueño tiene una forma animal, llamado Fobetor y una inanimada, llamada Fantaso, el peso oscuro de las pesadillas no cae solo sobre la espalda de Morfeo, ya que solo no podría soportarlo. Se divide entre los tres.

—Alguien ha acabado con uno de los Oniros entonces —deduce Tsukoyomi—. Al faltar uno, todo se cae a pedazos, puesto que si asesinan a la forma animal, un objeto no podría soportar su parte y se rompería...

—Eso significa que toda la carga está sobre Morfeo —dice Sacha—, morirá a éste paso, su alma no puede con tanto.

—¿Morirá? —Simplemente no puedo creerlo.

Parpadeo varias veces, mientras la preocupación desplaza la ira y el poder desaparece, la energía se desvanece de mi ser y mis piernas ceden ante la falta de la fuerza. 
Trago duro, mientras tomo la mano que Sacha me ofrece para levantarme.

—¿No hay nada que hacer? —pregunto, Tsukoyomi me mira, con sus ojos dorados y se quita su cabello plateado de la frente, a pesar de su tono, él luce como alguien de veinte.

—Esto tiene que ser obra de Zeus —dice Susanowo—, tiene que ser eso, ¿quién más es lo suficientemente fuerte como para destruir a Fobetor?

—Ese hijo de puta —exclama Hades golpeando tan fuerte la pared, que se agrieta—. No podemos dejar que Morfeo muera, maldita sea...

—Las marcas de oscuridad no se irán —dice el Dios de la tormenta—, no... Se puede hacer nada.

—¿Y si lo purifican? —sugiere Sach—, es oscuridad lo que hay dentro de él, oí que los japoneses son muy buenos haciendo esas cosas.

—La purificación no es un juego de niños y no sabemos si saldrá convida, o si será el mismo de antes —espeta Tsukoyomi—, es complicado y necesitamos almas puras que lo lleven a cabo.

—La nefilim podría... —sugiere Susanowo y me lo quedo mirando.

—Noah no es un alma pura —dice Sacha.

—Pero su energía sí —Se encoge de hombros el Dios de la luna—. En ese caso podría usarse, pero se necesitan tres personas más.

—Yo podría conseguirlas —dice Susanowo—. Está hecho.

Un foco de esperanza se enciende dentro de mi y una leve sonrisa de alivio se forma en mis labios.

—Deberían pensarlo, de todas formas —musita Tsukoyomi—, porque no sabemos si funcionará o si él volverá a ser el mismo luego de esto, enfrentarse a los demonios de uno no es algo fácil, nadie vuelve a ser como antes.

—Lo pensaremos y les avisaremos para el viernes, ¿les parece? —dice Hades y me giro para mirarlo.

«¿Por qué no aceptó directamente?»

Susanowo se aclara la garganta y nos mira.

—Pueden quedarse aquí el tiempo que quieran, volveré con los demás dioses para explicar lo que pasará a partir de ahora. Tenemos asuntos bastante urgentes que resolver.

—¿Pasó algo? —Arqueo una ceja con curiosidad.

—Hay tormentas eléctricas causando incendios en los bosques del planeta, son mucho más fuertes de lo normal y no es obra mía —contesta—. Zeus intenta asustarnos, esto es apenas el comienzo, sospechamos que enviará a los Titanes por nosotros.

Hades se pasa la mano por el pelo, con sumo nerviosismo.

—Ni siquiera cinco de nosotros podría contra uno de ellos —dice—, si los envía...

—No te eches atrás tan rápido —musita Tsukoyomi con voz suave—. Estamos listos desde hace meses para un ataque así, por ahora te sugiero que te preocupes por los tuyos. Luego de que decidan que hacer con Morfeo le echaremos un vistazo al oráculo de Susanowo y veremos qué pasos escogeremos.




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