Los Brazos de Morfeo.

28.

Loki:

La migraña que sufro en éste momento es agotadora. Hace media hora que intento leer el libro entre mis dedos, pero simplemente, no puedo concentrarme.

Es uno de los tantos que guardo en mi maleta, tan solo buscaba distraerme buscando algún hechizo interesante en este Grimorio, pero el dolor de cabeza no me deja procesar ni dos palabras de lo que leen mis ojos.

Mis pensamientos se han perdido en los recuerdos de Idun, la diosa más importante para mi. La poseedora de las manzanas de oro, que dan juventud y vida eterna.

Y uno de los motivos por los que me metí en ésta basura.

Tienen a mi mejor amiga, a mi hermana, a mi todo y si le tocan un pelo... La cosa se pondrá fea.

Lo único que deseo, es llevarme a la Nefilim y terminar con todo esto, pero los demás dioses vigilan como alcones a la chica.

Skadi, por otro lado, está sumida en sus pensamientos y armando algún plan para conseguir la información sobre el plan de los dioses.

Estamos seguros de que hay piezas que no encajan, no tienen un ejército fijo, solo son unos veinte dioses contra dos grandes ejércitos, los gigantes, las valkirias, los Titanes y la ira de Zeus.

Si ir a pelear así no es suicidio, no sé qué es.

Perséfone es la mujer más insoportable que conocí en toda mi eterna vida. Es vanidosa, egoísta, mentirosa, es de todo menos algo bueno.

No sé qué vio Hades en ella, y porque le dio la espalda a Skadi tan rápidamente al verla de nuevo.

¿Cómo puede estar tan enamorado de ella?

La muy perra envió a Jasper al Olimpo, quién sabe lo que le harán allí. Al ser un semidiós es alguien muy poderoso, pero es un niño y dudo que sus poderes se hayan manifestado ya.

Espero que Zeus no lo utilice para alguna cosa rara.

Finalmente, dejo el libro sobre la cama y me dispongo a vestirme –puesto que estoy en bóxer por la vida–, me pongo unos jeans, me calzo mis botas y deslizo una camiseta azúl con rayas verdes en horizontal, manga larga, por supuesto. Hace mucho frío en éste lugar, la nieve ya ha empezado a bañar la vista de la ciudad.

Ya me harté de estar en ésta casa sin hacer nada, lo único que hacen todos aquí, es esperar un milagro. Esperar a que Morfeo despierte y que Noah también lo haga.

Otros planean asesinarlos a ambos antes de que sean un peligro para todos. Estaban completamente fuera de control el otro día, su ataque causó quinientas cincuenta muertes humanas, pero realmente eso me es irrelevante.

Lástima que los otros dioses no lo vean así.

Hades los manda a la mierda cada vez que dicen algo sobre que Morfeo es un grave problema. Aunque ellos nunca lo toman en serio, el asunto de su adicción a las drogas mundanas, solo causa burlas por parte de los demás.

Yo lo entiendo, si la única forma de lidiar con su vida, es drogarse, no es mi problema y no entiendo porqué los demás se lo toman tan a pecho. No es como si el Dios ande drogado todo el tiempo, que yo sepa, nunca lo vieron en ese estado.

Tomo mi chaqueta gris y salgo de la habitación, necesito distraerme. Mi padre y Zeus están cada vez más ansiosos y si seguimos tardando, enviarán a otra persona.

Por eso enviaron a Perséfone, Skadi se estaba desviando del objetivo.

Afuera, el pasillo está bastante oscuro, la casa de Susanowo y Tsukoyomi es realmente enorme, sigue habiendo lugares que nunca he visitado, y sí que tuve tiempo para hacerlo...

Hace meses que estoy aquí, robando información, estudiando a cada uno de ellos para saber su capacidad en batalla. Son fuertes, más los japoneses que los otros. Pero no podrán contra el gran ejército que se les viene encima. Dudo que sea la Nefilim la clave...

Es muy fuerte, su poder es impresionante; pero aún así, no es suficiente.

Camino por el lugar, con el objetivo de llegar a la cocina y cocinarme algo, cuando al doblar en el camino, veo al guardián escuchando una conversación de la sala de juntas. No dejo que me vea y lo observo, tiene su cabello castaño mojado, una toalla sobre sus hombros, los pies descalzos, unos pantalones negros y una camisa blanca a medio abotonar, dejando revelar las curvas que forman sus pectorales, con algunas gotas de agua aún descendiendo por ellos.

Sus ojos grises lucen furiosos, así que comienzo a prestarle atención a la conversación que ocurre ahí adentro.

—¿Qué nos garantiza que no volverán a perder el control cuando despierten? —Oigo la voz de Osiris, tan petulante como de costumbre—. No podemos lidiar con ello, la policía de éste país nos busca, y no tardarán en dar con nosotros, Susanowo y Tsukoyomi ni siquiera pueden salir de su propia casa debido a lo sucedido. Se perdieron muchas vidas.

—Lo que yo pueda o no hacer es irrelevante en esto, no necesitan que yo pueda salir de mi casa para cumplir lo que nos proponemos. —espeta la voz del Dios de la luna—. No asesinaremos a nadie, tengo fe en que la energía de Noah destruyó la oscuridad dentro de él.

—Pero la Nefilim también es un problema. —dice Cang, un Dios chino—. Se ha salido de control, ella fue el detonante para que la maldad acumulada en Morfeo estallara.

—Aprenderá a controlarlo —habla Susanowo.

—No nos puedes garantizar eso, Susanowo, además, tú principalmente querías dejarla de lado, luego de que te dio una paliza, ¿qué?, ¿de repente la aprecias? —dice Toth, el Dios egipcio.

Todos se oyen bastante enojados y asustados, me impresiona que piensen que no pueden tener la situación bajo control, somos como seis contra dos, debido a que los dioses griegos no pueden utilizar sus poderes aquí.

—Los dioses han hablado, Tsukoyomi, nos desharemos de ellos. Y si Hades quiere impedirlo, unos días de encierro no le vendrían mal para dejar su rebeldía de lado. —dice Osiris.

—Esto está mal —dice la voz suave de Freya—, no podemos dejar a Morfeo, ¡sin él todo esto nunca habría comenzado!, Él nos unió, él fue el creador del plan, son esos conocimientos que él tiene, jamás habríamos encontrado una forma de detener a Zeus para siempre.




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