Skadi:
Mi puerta se abre de golpe, dejando entrar a Loki, pero él trae algo entre sus brazos.
La Nefilim.
Frunzo el ceño y dejo el té helado que tenía en mis manos a un lado.
-Debemos irnos -espeta-. ¡Vamos, Skadi!
-Pero... El plan...
-Perséfone está para eso, vamos -dice entrando y acercándose a una pared-. Sostenla, debo abrir el portal.
Me levanto de la cama y sostengo a la Nefilim, sigue inconsciente y me sorprende lo poco que pesa. La piel de sus brazos desnudos es hierro fundido contra mi cuerpo frío. Tal vez tiene fiebre.
-¿Por qué ahora? -pregunto.
-Fue... Muy extraño. Un Dios griego apareció y le dio a Hades saliva de elfo...
-Veneno -exclamo.
-Sí, entré porque estaba escuchando toda la conversación, el guardián planeaba llevársela, ¿entiendes?, Ese Dios extraño lo apuñaló y bueno, Hades no podía pelear, al verme me dijo que me lleve a la Nefilim.
-¿Fue enviado por el Olimpo?
-No, dijo que no estaba del lado de nadie.
-Pero... ¿Cómo sabía el plan? -exclamo.
-¡No lo sé!, ¡Solo entra el portal! -chilla señalando el rectángulo de luz, del tamaño de una puerta, frente a nosotros.
-¡Loki! -exclama una voz desde la puerta y Tsukoyomi aparece con su katana y sus ojos brillantes.
-Dámela -dice el Dios del caos quitándome a Noah de mis brazos.
-Skadi, ¿qué haces? -musita el Dios japonés y yo suspiro.
Estiro mi mano y dejo al frío abrirse paso por mis dedos, el hielo se apodera de Tsukoyomi, congelándolo por completo.
Su hermano aparece detrás y también es alcanzado por el frío, cayendo al suelo como una escultura de hielo.
-Maldita sea -espeto jalando de mi cabello con frustración.
-Skadi, vamos por Jasper -dice Loki mirándome a los ojos, asiento y ambos pasamos por el portal.
Siento el vértigo de caer y cierro los ojos con fuerza, mientras somos transportados de nuevo al Olimpo.
Mi cuerpo se estrella contra el suelo y maldigo para mis adentros mientras el dolor traspasa mi cuerpo.
-¿Por qué nunca aterrizas de pié? -ríe Loki.
Abro los ojos, estamos en el gran salón de Zeus, el oro decorando cada rincón del lugar, su trono tras la mesa del consejo. Las telas bordadas en hilos dorados con letras en griego que no puedo comprender y una mesa repleta de comida a un lado de la habitación.
El piso de mármol está tan limpio, que soy capaz de ver mi rostro levemente en él.
-Identifíquese. -Me espeta un guardia de oro, apuntándome con su lanza.
Ruedo los ojos y todo la punta de su arma, la cual se congela al instante.
-Skadi y Loki, dioses nórdicos, traemos a la Nefilim con nosotros -digo caminando hacia la puerta-. ¿Dónde está Zeus?
-En sus aposentos, descansando. -informa otro guardia.
-Pues mueve ese trasero dorado y dile que venga, traemos a la Nefilim que tanto quería. Ahora que se presente. -masculla Loki.
Ellos asienten y se marchan.
-Así que Hades está camino a la muerte -digo sin mirarlo-. Supongo que Perséfone tiene que buscar información de otra forma...
-¿Te importa?
-Sí, me importa, porque la idiota tardará más en hacerlo.
-La sangre de Elfo es el antídoto -comenta.
-Los Elfos están en Asgard...
-Pero Frey está aquí -dice-, y si él está aquí, Rain también.
-No sabía que también tenían a Frey...
-Frey se ofreció solo, sabes que le gusta la guerra -masculla-. ¿Por qué?, ¿planeas salvar a Hades?
-Sin Hades, Perséfone tardará mucho en conseguir la información, es posible que tan sólo Morfeo y él lo sepan.
-¿Tanto te agrada? -ríe-, ¿hizo falta que se llevara bien con Jasper para tenerte a sus pies?, Lo tendré en cuenta.
-No se trata de eso, Loki -espeto mirándolo-. Hasta que no cumplamos completamente con la misión, tú no tendrás a tu preciosa Idun, y yo no tendré a mi hijo conmigo. Hades es el más manipulable de los que están ahí, y se nota que cada vez soportaba menos a su esposa. Si muere, ¿qué haremos?
-No lo sé, será difícil interceptar a Rain -suspira y sus ojos se desvían hacia la Nefilim en sus brazos-. Ésta mujer está ardiendo.
-Lo sé, cuando la sostuve también lo sentí, definitivamente tiene fiebre.
-Sí, bueno, a partir de ahora, ya no es nuestro problema -Se encoge de hombros y entonces, la gran puerta se abre.
Zeus entra en el lugar, con unos pantalones blancos y una cadena de oro envolviendo su torso, una sonrisa engreída se desliza por su rostro al vernos.
-Bien, han cumplido una parte de la misión, traer aquí a la Nefilim -Sonríe el Dios acercándose a Loki-. ¿Dio muchos problemas?
-Lleva inconsciente cinco días -informo-, hubo un... Problema con su poder y con Morfeo, luego de un ataque, ambos quedaron en ese estado.
-Interesante -asiente tocando un mechón del cabello oscuro de la joven-. Ésta criatura no deja de sorprenderme. Lástima que decida estar del lado de Morfeo, la habría convertido en mi concubina de saber que era tan poderosa.
-¿Dónde está mi hijo? -espeto cruzándome de brazos, sus ojos dorados se fijan en los míos y toma a Noah de los brazos de Loki.
-Has escondido un semidiós de Odín, de Asgard, ¿Crees que no tendrás un castigo por ello? -dice y lo miro mal.
-Tú no puedes hablar en nombre de Odín, Zeus, yo no estoy bajo tus órdenes, ¿me escuchas?, ¡Yo no soy tu esclava! -exclamo y siento las manos del Dios del caos sujetando mis brazos por atrás.
-Tu hijo es muy poderoso y eso no lo dejaremos pasar, casi congela todas las celdas del palacio. -dice-. Ese niño no solo ha demostrado tener control sobre el hielo, sino también sobre el fuego.
-¿Fuego? -Frunzo el ceño.
-Combina de alguna forma ambos elementos, convirtiendo todo en un verdadero caos, es muy fuerte. Y tiene mucho potencial como guerrero -explica mirándome a los ojos.