40.

Skadi:

Aún sigo en shock por lo que sucedió, fue todo demasiado rápido. No puedo creer que Hades haya muerto, es decir, le había salvado la vida diez minutos atrás.

Nunca creí que moriría a manos de Morfeo, quien estaba fuera de control.
Cuando cayó en la cuenta de lo que hizo, quería matarse, y no lo culpo.

Luego de lo sucedido, los demás dioses planean encerrarlo, puesto que no pueden matarlo, están furiosos por lo sucedido, molestos con Tsukoyomi y Susanowo por apañar los hechos y apoyar al Dios del sueño.

Realmente ellos están en peligro, si Cang, Toth u Osiris quieren sacarlos del medio, será tan fácil como mover un dedo. Cang tiene dragones y un ejército, Toth y Osiris también los tienen.

Tsukoyomi y Susanowo tienen sus poderes y algunas criaturas de su mundo a su favor, Izanami, la Diosa superior a ellos, está del lado de Zeus y ha acaparado todo el ejército disponible para él.

No puedo parar de pensar en Jasper y Loki. Zeus quiere mandar a mi hijo justo a la boca del lobo. No sé qué le ocurrió o el porqué de sus capacidades, pero sé que su padre es humano. Puedo jurarlo, me habría dado cuenta si hubiese sido otra cosa, pero Lyell era lo más humano que puede existir; frágil, confiado, amable y no tenía problemas en perdonarme por cada vez que lo lastimé.

Es verdad lo que dicen, perdonar es humano. Nosotros no perdonamos, castigamos.

No somos más que basura.

—Toma, Skadi —dice el Dios de la Luna extendiéndome una taza con café caliente—, aún estás... Más pálida de lo normal, ¿te sientes bien?

—Dentro de lo que se puede estar... Te juro que nunca pensé que ésto pasaría, Hades... —Pero lágrimas gélidas comienzan a descender por mis mejillas.

Quisiera preguntarme el porqué de mi llanto, pero Hades merece cada lágrima, él me ayudó, trató bien a Jasper, y yo lo traicione de la peor manera, traté de salvar su vida sin saber que eso desencadenaría su final. 

Ni siquiera soy capaz de salvar a una persona. ¿Cómo voy a poder salvarme a mí misma de todos mis problemas?

—Apolo ha logrado darle un té con somníferos a Perséfone, necesitaba descansar...

—Esa zorra no merece el descanso —espeto—, y yo tampoco.

—Soy consciente de que nos traicionaste, cariño, me congelaste. Pero volviste, volviste y salvaste a Hades, eso demuestra tu arrepentimiento​ —musita tomando mi mano entre las suyas demasiado cálidas para mi gusto.

—¿Por qué tienes que ser tan comprensivo, Tsukoyomi?, Debes gritarme, insultarme, golpearme, quizá. ¡Casi acabo con tu vida y la de tu hermano! —estallo—, No puedo hacer nada bien y la gente que aprecio está pagando el precio. Para empezar, si aquella noche no... No hubiera salido para intentar contactar al padre de Jasper, Frigga no me habría visto con mi hijo y no habría quedado envuelta en toda ésta basura —explico—. Me hicieron asesinar a los Nefilims que habían quedado por el mundo, y... Y no me importó hacerlo porque no los conocía y la seguridad de Jasper está primero, siempre. No me dolió en lo absoluto ver cómo daban su último suspiro, intentaba darles una muerte lo más rápida posible, pero cuando debía ir con Tyr a encargarme del tema, me obligaba a torturarlos. No podía dudar sobre el tema, debía hacerlo y que parezca que lo disfrutaba.

—Los sacrificios que hacemos por los que amamos, son los que no tienen precio, Skadi. Todo lo que hiciste y más allá de que yo esté de acuerdo o no, lo hiciste por tu niño, y lo entiendo —asiente.

—A eso me refiero, ¿por qué debes ser tú el que entiende a todos siempre? —exclamo mientras las lágrimas se acumulan en mi mentón—, ¿acaso tú no tienes problemas, Tsukoyomi?, ¿acaso nunca cometiste un error del que te arrepientas?

—Errores cometí muchos, dicen que errar es humano, pero se equivocan. Uno de los últimos y más lastimeros errores, fue no poder preguntarle a Noah porqué lloraba de esa forma —dice desviando la mirada hacia sus manos sobre su regazo—, cuando la encontré tan destrozada, algo en mí se rompió, porque no sabía qué decir o cómo actuar al respecto, nunca había estado cerca de un humano de esa forma. Se veía tan frágil, tan indefensa que me sacaba de balance verla, y ni siquiera pude conseguir que me dijera el motivo, tal vez para desahogarse, aunque no te voy a mentir, tenía curiosidad sobre qué podría ser tan doloroso.

—La última vez que ví a Noah, destrozó a un minotauro, en el Olimpo, pero Zeus hizo que Thor la golpeara para que perdiera el conocimiento, se ve que se le saldría de las manos, sino no habría actuado de esa forma —digo y le doy un sorbo al café.

Las bebidas calientes, realmente me lastiman, es como beber Whiskey por primera vez, quema mi garganta y tengo ganas de deber agua para deshacerme de aquél horrible sabor, pero necesito algo fuerte, que me lastime, que me haga sentir porque a éste paso siento que dejaré de hacerlo.

—Sí, ella es realmente fuerte, jamás había visto una energía tan... Pura. Si Zeus la tuviera, no tendríamos posibilidad de sobrevivir a la guerra.

—¿Y esos humanos que llegaron?, ¿dónde están? —pregunto para cambiar de tema.

Luego de que Hades fue besado por Hipnos, Perséfone entró en crisis y quiso atacarme, le había fallado a su padre y eso significaba encierro, exilio.

¿Tenía ganas de hacerla pedazos?, Sí.
Pero no lo hice, porque sabía que el castigo impuesto por Zeus sería mucho peor.

Me atacó, pero cuando iba a devolver el golpe, unas personas encapuchadas aparecieron y nos tomaron por los brazos. Se movían tan rápido, que no sabías si siquiera habían estado allí o había sido una ilusión.

Era cuestión de tiempo para que los humanos quisieran saber lo que sucedía, su naturaleza tan curiosa es verdaderamente insoportable​.

—Resulta que son miembros de una organización que se encarga de los asuntos paranormales que ocurran en el mundo —explica él—, nos localizaron para ponerse al tanto de lo que sucede y tratar de ayudarnos. Sus habilidades son verdaderamente impresionantes, una de ellas es capaz de escribir cosas que se hacen realidad, otra puede camuflarse como si fuera un camaleón y su líder es un híbrido, mitad Ángel y mitad demonio.