Hades:
Shade despierta lentamente y me mira con ojos asesinos.
— ¡¿Por qué me has hecho eso?! —exclama levantándose, terminamos en un desolado estacionamiento.
—Porque estás demente quizá. Quieres asesinar a Tánatos e Hipnos, ¿entiendes lo estúpido que es eso?, ¿qué quieres ganar? —espeto levantándola por el cuello de su túnica negra—, no es un juego todo esto, niña, se supone que debo asesinarte, si no lo hago, es porque tú me resucitaste, sino ya lo habría hecho.
—No sabes el miedo que te tengo —escupe mirándome fijamente—, yo te traje, yo puedo llevarte de vuelta.
—Para de hacerte la malvada y pon atención en lo que sucede, estamos en medio de una guerra, si quieres asesinar a esos dos luego me importa poco y nada, pero por ahora cálmate.
Se suelta de mí y se frota la nuca con enojo y dolor. Se pone su capucha y se cruza de brazos como si fuese una niña pequeña haciendo caprichos.
— ¿Y ahora?, ¿qué demonios se supone que hagamos? —espeta.
—Tu nuca está sangrando.
—Me pregunto quién tendrá la culpa de ello.
— ¿No tienes calor con eso puesto?
—El color negro camufla la sangre.
Ruedo los ojos y siento mi celular vibrar en mi bolsillo, se ve que nunca me lo quitaron del bolsillo.
Un mensaje de Sacha con una dirección y un "ven por nosotros y trae a los demás".
—Debo ir por los dioses, iremos a... Londres al parecer. ¿Vienes o prefieres hacer una rabieta y quedarte?
—No tengo ánimos de soportar a Georgina —dice—, vamos.
Abro un portal, primero iré por el pobre de Tsukoyomi. Tan solo debo visualizarlo para encontrarlo.
Atravesamos el portal y terminamos en una habitación de hotel a oscuras, enciendo el velador y veo al dios recostado en la cama, tiene los ojos abiertos y se ve que ha estado llorando.
Cierto.
Asesinaron a Susanowo.
—Hey, Tsukoyomi —digo tratando de sonar amable y me siento a su lado—, he venido por ti, debemos volver a reunirnos, debemos seguir con el plan, la guerra está muy cerca.
— ¿Qué caso tiene ya?, Zeus tiene todo, nosotros solo tenemos una Nefilim con un poder que apenas controla, un dios que ahora es mortal, a ti, Apolo es el ser más inútil que he visto. Freya solo se convierte en animales ni siquiera pelea de verdad, Skadi es una inestable y Lyell ni siquiera está con nosotros. Estamos perdidos.
—Tienen a los de la ONP —dice Shade—, les sorprendería lo fuertes que son.
—Y por eso pelearon contra Hiperión, ¿verdad? —Tsukoyomi suena tajante.
—Debíamos evacuar a la gente, nos encargamos de algunos gigantes pero Georgina y Armin nos ordenaron que nos fuéramos —explica—, somos el grupo Élite de la organización, no podemos sacrificarnos por nada.
Mejor ni me molesto en contestarle.
—Tsukoyomi, Noah no querrá que te dejemos aquí...
—No me vengas con Noah, Hades —espeta con brusquedad—, ella te tiene a ti, tiene al idiota de Morfeo, estará bien. La prioridad no es su seguridad.
—Para el plan sí lo es.
— ¡Oh, sí!, ¡el dichoso plan que solo los privilegiados conocen!, ¡genial!, Tal vez si fuesen menos misteriosos y dijeran lo que quieren hacer, los demás se unirían con más voluntad, ni siquiera sé dónde mierda quedaron los dioses de China o los Egipcios y no me interesa, seguramente se han pasado al otro bando, ¡porque ustedes son unos inútiles!
— ¿Quieres saber el plan, chino? —espeto tomándolo del brazo—, bien. Te lo voy a decir.
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Cuando atravesamos el portal, terminamos en una especie de cabaña rústica, abro la puerta frente a mí y me encuentro algo que no esperaba...
Apolo y Freya juntos.
En la misma cama.
Desnudos.
Bueno, con una sábana pero no importa.
—Vaya, vaya, tal vez debí tocar —comento con diversión.
—Tío... —masculla Apolo y se aclara la garganta—, creí que tardarían más.
—Me subestimas, sobrino —digo acercándome—, escucha, debemos reunirnos con los demás en Londres, Sacha me ha enviado un mensaje.
—Debemos buscar a Skadi —dice Freya levantándose como si nada, comienza a tomar sus prendas de ropa para poder vestirse—, es posible que haya terminado sola con Lyell.
—Entre mierdas se entienden —mascullo—, dudo que haya pasado algo malo entre ellos.
—No seas un idiota con ella —musita ella desviando la mirada.
—Ella fue una idiota conmigo —refuto cruzándome de brazos—, confié en ella.
—Zeus tenía a Jasper —exclama—, ella estaba entre la espada y la pared, Hades, volvió por ti, te dio el antídoto...
—Seguramente solo quería usarme. Estoy harto de que me usen. Perséfone, Skadi, Morfeo... Pero él es otra historia.
—Hades soy la diosa del amor, Skadi se enamorará de ti, te lo digo yo. Ella está a punto de caer en un enamoramiento por ti, no la trates como basura porque le romperás el corazón.
El mío ya se está rompiendo. Realmente... Realmente debería aprovechar esto, debería dejarme llevar porque luego no podré hacerlo. Nunca más podré hacerlo.
Es difícil pero alejo los malos pensamientos de mi mente y me centro en lo que debemos hacer, reunirnos con ellos.
Apolo termina de vestirse y yo abro el portal que nos llevará ante la diosa del invierno.
Un escalofrío me recorre cuando pienso en esos gélidos ojos celestes.
Atravesamos el portal y cuando abro los ojos, estamos en una carretera oscura.
—Apolo, has tu magia —digo porque casi no se puede ver nada.
Mi sobrino estira la mano y un orbe de luz aparece sobre nosotros, iluminándolo todo. Entonces veo a dos personas a unos metros...
Lyell sostiene a Skadi como si fuese una pluma, camina a paso seguro y firme. Ella tiene el cabello mojado y está inconsciente.
Otro escalofrío me recorre ante la escena.
—Ahí están —dice él—, creí que sería más problemático encontrarlos.