Los Brazos de Morfeo.

61.

Noah:

Devoro la porción de pastel de chocolate con euforia, hace tanto no comía algo así...

Hefesto y su llamativa máscara me miran mientras lo hago. Pandora es más delicada, solo está tomando té.

— ¿Seguro que no quieren? —ofrezco—, Sacha es el dios de la cocina, es... Delicioso.

—No tengo mucho apetito —dice el dios del fuego—, pero Pandora sí lo quiere.

Ella lo mira con algo de nerviosismo.

— ¿Quieres? —pregunto.

—Señor —Le habla a él—, ¿es esto rotundamente necesario?

—Sí lo digo lo es —espeta él.

—No tienes que comerlo si no quieres —Le digo mirándola a sus ojos ambarinos—, tranquila...

—No pasa nada, creo que ahora sí quiero un poco —dice sonriendo con falsedad y corta una rebanada.

Se lo lleva a la boca con algo de repulsión, primero no puedo creer que el chocolate no le guste y segundo sigo sin entender la relación que tienen estos dos.

Hefesto la controla como a una muñeca.

—Me dijeron que eres una Nefilim, parte humana, parte ángel —dice él—, me sorprende tu poder, aunque es algo ajeno a tu especie.

—Fue una herencia, de mi padre —digo bebiendo algo de leche con chocolate—, es el poder de mi Dios.

—Entiendo, es fascinante. Bastante, diría yo, algún día quisiera una buena demostración de tu poder —dice.

—Hefesto, viejo amigo —dice Hades sentándose a mi lado—, hace tiempo no te veía.

—Hades, mi querido tío —Lo saluda extendiendo una mano enguantada que el dios del Inframundo acepta—, ¿cómo has estado?

—Como el infierno, pero así estoy siempre —Se encoge de hombros soltando la mano del dios y colocando su brazo en el respaldo de mi silla—, veo que se estaban conociendo.

—Es una mujer muy interesante.

—Sí que lo es —Asiente él y lo miro de reojo—, necesito arreglar unos temas con ella a solas, ¿vamos, Noah?

Lo miro de lleno, confundida, pero finalmente lo sigo hacia fuera de la cocina, caminamos en silencio hasta llegar a las escaleras.

— ¿Sucede algo? —pregunto.

—No te acerques mucho a Hefesto —dice—, es algo... Extraño. ¿Acaso no viste lo que hace con Pandora?

—Claro que lo vi, quisiera intervenir pero...

—No lo hagas, Pandora fue su creación, él la ha hecho su profunda sumisa y ella le tiene lealtad pura, hace lo que le diga, no tendrá problema en atacarte si él se lo ordena —explica—. Pero más que nada quisiera hablarte de otro tema.

Ya la veo venir...

—Noah, todos aquí quieren celebrar tu cumpleaños, yo por otro lado, estoy dispuesto a tratar de convencerlos de que no lo hagan si eso es algo que te molesta —dice—, me parece un capricho absurdo por su parte.

—Sé que intentan hacerme feliz por un momento —mascullo—, pero... No puedo permitirme celebrar esto, Hades yo he muerto hace tiempo, durante el primer año, durante el primer abuso, ahí murió Noah Ward, ya ni siquiera tengo claro quién soy. Solo quiero acabar con Zeus de una vez ve por todas y luego... Había pensado en hablar con Tánatos.

— ¿Tánatos? —exclama ofendido—, Noah, ¿buscas suicidarte cuando todo acabe?

—Dicho así suena más dramático de lo que es... Pero no me queda nada, Hades, lo que me mantiene aquí es esa necesidad de venganza, pero, ¿acaso no harías lo mismo en mi lugar?

—Bien... Si pudiese morir —dice pensativo—, tal vez, pero tú no estás sola, niña, tienes a Sacha, a Nale, a Morfeo, a Freya, nos tienes a todos, no estás sola contra el mundo, no estás sola contra el enfermo de mi hermano.

—Allá arriba estuve sola contra el enfermo de tu hermano —espeto—, y sobreviví gracias a que me ayudaron, no por mis propios medios.

—Lo entiendo, sí, pero... Supongo que no quieres que se lo diga a nadie.

—No. Harían un escándalo —Suspiro—. Es difícil vivir conmigo misma cuando ya ni siquiera me conozco, cuando siento este cuerpo ajeno a mí.

Desvío la mirada.

—No te digo esto para que me consueles, sino para que entiendas mis razones para no celebrar mis malditos veinte años.

—Lo sé —Asiente y me rodea con sus brazos—, tenías cara de "necesito un abrazo."

—Está bien, gracias —rio levemente.

Lo pienso unos minutos, mientras mi mente me arroja recuerdos sobre todo lo que sucedió en los últimos cuatro años y suspiro silenciosamente, pienso en Sacha y que su lealtad hacia mi familia nunca murió, que siguió buscándome.

Sufrió junto a mí desde siempre y yo rechazo sus intentos de animarme. No es muy justo...

—No les digas nada sobre el cumpleaños —digo finalmente—, tal vez darle un gusto a Sacha no esté de más.

—Bien, entonces me vendría bien una lista de tus gustos, no soy el único que no sabe qué obsequiarte —Se encoge de hombros.

—No es necesario que me den algo —rio—, esto solo es por Sach, si quieren denme comida y seré feliz.

— ¿Te he dicho alguna vez que mis pizzas son las mejores? —Sonríe de lado y muerde su arito—, pues prepárate para engordar.

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Morfeo:

Madre, eres una inoportuna.

Si fuese dios del sueño podría darle a Noah algo mejor que... Oh, cierto, aún no tengo absolutamente nada.

— ¿Qué tal un CD de alguna banda que le guste? —sugiere Freya jugueteando con los dedos de Apolo.

— ¿Quién escucharía música en una situación así? —exclama él—, ¿y si le damos uno de esos enormes bolsos que usan las mujeres?

— ¿Es en serio? —exclama Nale—, ¿te quejas del CD y quieres darle un maldito bolso que no usará? —Suena divertido—. Realmente es difícil.

—Lo es... —mascullo sentándome en el sofá junto a Hades—, es un desastre.

—Ella no quiere nada, según me dijo —dice mi amigo—, me dijo "denme comida y seré feliz."

—Tampoco podemos hacerle una habitación repleta de comida —exclama Sacha—, iba a hacerlo sin que me lo pidiera, pero eso no cuenta como regalo.




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