Morfeo:
—Así no iban a ser las cosas —espeta Thor acorralándome contra la pared.
—A mi no me interesa, ¿Una semana?, ¿Cómo se supone que sea serio con una semana solamente?, Dame un mes, Thor y ella correrá a tus brazos luego de odiarme.
—Parece que no la conocieras —Sonríe con burla—, ella no es ese tipo de mujer.
—Lo sé perfectamente. Pero un corazón roto se aferra a lo que más cerca esté.
«Vamos, maldita sea, quiero estar con ella todo lo que pueda... »
—Haz lo que quieras —Se encoge de hombros.
— ¿Siquiera la quieres en verdad? —exclamo—, porque si voy a dejarla para que vaya con alguien que no la quiera...
—Lo que yo sienta por Noah no es tu problema —espeta—, un mes, luego deja de joderle la vida.
—Un mes y se acabará todo —asiento apartándolo de mí y salgo de la biblioteca.
Un mes.
Un mes despertando junto a ella.
Un mes besando sus labios.
Un mes abrazándola.
Un mes... Viviré cada día como si fuese el último.
—Morfeo —Me llama Apolo mientras camino por el pasillo para llegar a mi habitación—, Cang, Osiris y Tot están aquí, dicen que están dispuestos a negociar.
— ¿Negociar?
—Debemos debatir de una vez, Morfeo... La guerra está cerca y debemos establecer en concreto qué es lo que ofrecemos y quién será el que dirija todo esto.
—Yo los he reclutado a todos, creo que es obvio quienes van a dirigir esto.
—Pero es distinto... Tu problema con los demonios nos ha perjudicado —explica—, lo que debatiremos es qué beneficios tienen al estar con nosotros y quién quedará al mando, ahora mismo. Vamos.
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—Nosotros ponemos un tercio de nuestro ejército, son cincuenta mil hombres cuya ventaja no solo es la inmortalidad, sino también la resistencia ante los ataques —dice Cang.
Todos estamos frente a una gran mesa, debatiendo qué hacer.
—Pongo nueve esfinges —dice Tot—, y Osiris treinta mil hombres.
—Pongo mi parte del ejército y la de mi hermano fallecido, sus siete dragones y mis cinco dragones Luna, además de... El Kitsune original.
El dios chino abre los ojos con sorpresa.
— ¿Fue liberado? —pregunta y Tsukoyomi asiente.
—Bien, dado que soy un dios que puede ser considerado de la guerra, creo que soy uno de los mejores candidatos para liderar esto —dice Cang.
— ¿Con qué descaro vienes tú a querer mandar? —exclamo con diversión—, Que yo sepa, tú y los egipcios planeaban irse con Zeus.
—Nosotros tan solo consideramos la mejor oferta. Zeus es mucho más fuerte, tiene mucho más ejército, ¿Tú qué puedes darnos, Morfeo?, Sin nosotros, no eres casi nada —dice Tot.
— ¿Qué no es nada? —ríe Hades—, tengo las almas de miles de guerreros legendarios en la palma de mi mano, Tsukoyomi ya dijo lo que ofrecía, tenemos un letal ángel de la muerte, una personificación de la muerte, unos... Cincuenta agentes con impresionantes poderes, tenemos a un demonio parte dios, tenemos a la Nefilim, tenemos los dioses nórdicos, tenemos a Pandora y su caja, ¿Quieres decir de vuelta que sin ustedes no somos nada?
— ¿Quieres que te nombre lo que Zeus tiene en su poder? —dice Cang—, sin nosotros no durarán diez minutos. Es más, con nosotros durarían media hora. Zeus es imparable.
—Conocen el plan —espeto—, saben cómo es la cosa y lo que sucederá, lo saben. No me vengan con eso, todos los aquí presentes no son más que peones en este juego, Noah y yo seremos las piezas importantes.
— ¿Tú? —ríe Osiris—, ¿Tú y esa sucia Nefilim?, Vamos, Morfeo, mis ojos lo ven todo y sé a la perfección lo que sucedió en Japón, tanto como sé lo fácil que es doblegar a esa mujer, lo frágil que es mentalmente no podrá compensar lo fuerte que es físicamente, es tan fácil de romper como un escarbadientes —masculla y aprieto los puños—. Morfeo, no me hagas reír, fuiste sumamente imprudente todo este tiempo, eres pasional y eso en una guerra no sirve. No solo llegaste a jugar con drogas humanas como Hades, sino también fuiste poseído por demonios y por favor, ya ni siquiera eres un dios, me parece hipócrita que trates de estar al mando cuando ni siquiera puedes controlarte a ti mismo lo suficiente como para no asesinar a uno de los tuyos.
—Dos en realidad —acota Tot—, asesinó a Hefesto.
—Hefesto era un traidor —exclama Apolo.
—Susanowo fue asesinado por ese niño mitad dios y mitad demonio que tanto presumes —espeta Cang—, ¿No te parece tonto tenerlo de tu lado luego de eso?
—Morfeo tú no ofreces nada como para liderar todo esto —dice Tot.
—Ofrezco cien mil hombres, seis gigantes, ocho lobos y doscientos elfos —dice Thor y todos lo miramos en silencio.
Realmente no creí que él nos ayudaría.
— ¿Thor?, ¿Qué haces aquí, niño? —dice Osiris—, deberías volver con papá y dejar de jugar al soldadito.
—Y tú tal vez deberías dejar de intentar tomar el mando, Osiris —responde Martillito con serenidad—, ésta rebelión no fue una invención tuya.
—Morfeo no es capaz de liderar absolutamente nada, ¿Es que acaso no han visto todo lo que sucedió?, ¿Todo lo que se perdió?, Asesinó a Hades, asesinó a miles de personas en Japón —exclama Cang levantándose.
—Sí, lo hice —Golpeo la mesa con mi puño y todos se sobresaltan—. Pero por si no lo saben, yo sé dónde entrar, yo sé dónde cortar yo fui el infeliz que se arrastró ante todos ustedes para convencerlos de acabar con todo esto. Fui poseído por demonios, estaba total y completamente fuera de mis cabales, y no fue culpa mía. El problema fue solucionado. ¿Dejé de ser un dios?, Tampoco soy un humano, sigo siendo inmortal, mis poderes no iban a ser utilizados en batalla de todas formas —digo mirando a todos los presentes—. Se atreven a insultar a la Nefilim que es la clave para todo esto, que es la única con un poder tan puro como para acabar un demonio, como para acabar un dios. ¿Jasper asesinó uno?, Sí, pero deben comprender que fue manipulado por Zeus por un tiempo, que fue obligado a crecer para una guerra que no es problema para un niño de cinco años.