Los Brazos de Morfeo.

76.

Nale:

—Armin, tranquilo, cálmate —Le digo sosteniéndolo por los hombros—. Explícame, ¿Qué sucede?

Sus ojos verdes me escanean y niega frenéticamente con la cabeza antes de enterrar su cabeza en mi pecho, lo rodeo con mis brazos.

—Dime, Armin, ¿Qué pasa con esa niña?

No lo había visto tan destrozado desde que su novia (y mi mejor amiga), murió.

«Elise...»

—Ella no es mi hija biológica —explica—, pero Elise y yo la habíamos encontrado en una de nuestras misiones y la adoptamos. Básicamente la criamos, y ahora... ¡Y ahora ese infeliz!

—Cálmate, ¿Sí? —musito pasando mi mano por su espalda—, Shade y Santiago buscarán una solución.

—No puedo creer que eso haya sucedido, primero Elise y ahora ella.

— ¿Y Georgina?

Trato de distraerlo.

—Ella se quedó en la base, alguien debía encargarse en mi ausencia, ahora quisiera que estuviera aquí —explica alejándose.

Estamos en la biblioteca, Sacha, Shade, Hades y Santiago se están encargando de sanar a la chica. No tenía idea de que había sucedido eso, de que Armin había adoptado a alguien.

Sabía que Elise había fallecido en la guerra pasada, cuando el cielo, el infierno y los Nefilims se enfrentaron.

Él apenas pudo recuperarse, aunque durante la guerra no estaban juntos, claro que le dolió y mucho. Georgina Fisherman es su futuro ahora, ambos saben lo que sienten, pero se reprimen a sí mismos.

Jasper es imparable, poderoso, sádico... Es un monstruo.

La puerta se abre y Noah entra, luce cansada, con ojeras oscuras y una forma de moverse algo lenta. Viste unos pantalones blancos y una remera que no parece ser suya.

Creo que es de Sacha, aunque posiblemente sea de Morfeo.

—Hey —saluda acercándose—. Armin, Shade puede traer a Tamara de vuelta, tal y como hizo con Hades.

El rostro de mi amigo se ilumina en una mueca de alivio.

—Quería hablarte sobre lo que me dijeron que sucedió, sobre tu poder... ¿Por qué es tan parecido al mío? —pregunta con algo de timidez.

—Bien, escucha —dice acercándose a ella—, lo que tú tienes es una parte del Espíritu Santo, ¿Correcto?, Creo que eso ya lo sabías —explica—. No es muy difícil de entender, yo tengo otra parte de ese poder, tal vez un poco más que tú.

Frunzo el ceño.

— ¡¿Cómo?!, ¡¿Cuándo sucedió eso?! —exclamo tomándolo por el hombro para que me mire.

—Cuando lo robé del cielo hace ocho años —masculla—. ¿No lo recuerdas?, Lo robé del palacio en el Cielo cuando tuve que rescatarlos... Es una larga historia, Noah. En fin, la cosa es que tengo parte del Espíritu Santo.

— ¿Cómo lo controlas? —pregunta maravillada.

—Bueno, es algo difícil porque soy un ángel caído, pero lo importante es que ese ente, ese poder quiere a alguien fuerte, responsable, debes demostrar fortaleza para que te obedezca.

Baja la mirada.

—Noah, no seas negativa —mascullo—, tú puedes hacerlo.

—Armin también puede —dice como si se le hubiese ocurrido algo—, tal vez deberías hablar con Morfeo, tal vez podrías ir en mi lugar...

—Hey, más le vale que te olvides de esa idea —espeto—, no puedes escapar de esto.

—Además mi poder ha sufrido muchos cambios, tenía el poder más puro que existe encerrado en mi cuerpo corrompido, ha cambiado, no es como el tuyo —indica Armin caminando hacia uno de los sillones para dejarse caer allí.

—Deberían dejarme terminar —protesta ella dándome un golpe en el hombro—. Si Armin me cuida las espaldas con lo que Morfeo quiere hacer, yo puedo ir y tener a Zeus para mí. No podré tener mucha acción si lo estoy ayudando.

Sonrío y le revuelvo el pelo.

—Perfecto —musito—, iré a ver cómo está haciendo las cosas Santiago.

—Te acompaño —dice Armin acercándose.

— ¿Santiago?, Lo vi irse de la casa hace cinco minutos, se veía... Enojado.

Suspiro con cansancio y  ruedo los ojos.

—Ese chico vive enojado. —espeto corriendo hacia la puerta.

«Se va a meter en un lío.»

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Lo he llamado por una hora, hasta que se me acabó el crédito en el celular, y tenía bastante.

He preguntado en la mansión por si alguien sabía a dónde podría ir.

Sacha no sabe nada...

«Santiago, cuando te encuentre voy a colgarte de un poste.»

Se fue enojado, la última vez que pasó, casi destroza éste bosque.

—Nale —Me llama Sach caminando hacia mí—, ¿No te ha atendido?

—No.

— ¿Quieres que haga un hechizo de localización? —ofrece y asiento—. Sígueme.

Entro en la casa nuevamente, es un lío de agentes que van de un lado al otro. Finalmente Shade pudo traer de regreso el alma de Tamara, pero está bastante exhausta, así que ha estado en cama. Jasper ha estado encerrado en su habitación desde que ella abrió los ojos y se niega a salir.

No es problema mío, así que no quise meterme.

— ¿Qué pasó para que se vaya así? —pregunto cuando llegamos a la biblioteca, por suerte no hay nadie.

—Recibió una llamada, no sé de quién y se fue hecho una furia, quise detenerlo, pero sacó su guadaña y lo último que quería era tener que arreglar los destrozos —Rueda los ojos—. Pero lo encontraremos.

—Ese idiota... Es tan inoportuno. Es como si no pudiera evitar querer llamar la atención cada dos minutos.

Estoy enojado, quiero golpearlo. Quiero hacerlo entrar en razón de una vez.

—Yo no lo vería tan así —dice el guardián sacando un libro pequeño de una estantería—, quiere llamar tu atención. Deberían hablar sobre eso.

— ¿Hablar?, ¡Con él no se puede hablar!, Está enamorado de mí, ¿Qué se supone que haga?

— ¿Y no te gusta?, ¿Ni un poco? —pregunta mientras pasa las páginas del libro azul en la mesa.

— ¡Sacha, no soy gay!

—No necesariamente tienes que serlo para que Santiago te atraiga, se le dice bisexualidad, Nale. Ustedes, los ángeles se supone que lo son.




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