Tánatos:
Acorralo a Hipnos contra la pared y lo miro directo a esos ojos parecidos a los míos. Baja la mirada, avergonzada.
— ¿Qué has dicho? —pregunto con voz algo tensa.
—Así se ha decidido, para que podamos entrar en la guerra, deberemos ir uno en cada bando —dice y golpeo la pared a un costado de su cabeza, no se inmuta—. ¿Crees que yo quiero hacer esto?
—No pueden hacernos esto... No pelearé contra ti, Hipnos —digo—. No pienso hacerlo.
—Tienes que hacerlo —dice tocando mi mejilla—, Morfeo te necesita.
—Nos necesita a los dos —mascullo—. Ambos queremos protegerlo.
—Sí, pero la vieja bruja de su madre no lo permitirá, recuerda que debimos ser neutrales en todo esto, pero no lo fuimos.
—Pudieron matarlo, ¿por qué íbamos a ser neutrales ante eso? Maldita sea... —exclamo alejándome—. Yo no quiero lastimarte.
—Yo tampoco quiero, hermano. Pero nos encerrarán de lo contrario, sabes que Cronos tiene el poder para eso —musita—, lo sabes bien. No hay otra opción.
—Ve tú con Morfeo, yo... Yo iré del lado de Zeus.
—Tú eres el más fuerte de ambos, porque nadie te ve venir, Tánatos. Si queremos la victoria de nuestro amigo, lo mejor será que vayas con él —dice sentándose en mi cama—. Yo estaré bien.
—Tú lo amas.
—Sí, pero su corazón es de otra persona y lo acepto —dice con una sonrisa de lado.
—Ellos han pasado por momentos difíciles...
—Y ahora que le he robado los sentimientos a Morfeo, será aún peor —explica—. Él me pidió que lo hiciera, pero no se los quité, los bloqueé. Un sentimiento muy fuerte podrá desbloquearlos y volverá a ser el de antes.
—Pero falta muy poco para la guerra, no hay tiempo para eso —murmuro sentándome en la cama a su lado.
—Pero Noah está con él. —Sonríe—. No tardará mucho, sus emociones son demasiado fuertes.
La puerta se abre y nos quedamos callados.
—Hola, Hipnos —dice Theia entrando en la habitación, cruzamos miradas y ella baja la suya mientras se acerca.
Hipnos la abraza con entusiasmo y toma su mano para acariciarla y sentarse en la cama nuevamente.
—Siempre voy a admirar esta piel tan suave que tienes, querida —musita y Theia sonríe—. Hace tiempo no nos vemos, ¿eh? Siento que te veo más hermosa.
Ella se sonroja y yo suspiro vencido. Las palabras de Hipnos atormentan mi cabeza. No quiero pelear contra mi hermano, no sé qué podría suceder, nuestros poderes son tan parecidos que sería una catástrofe.
Ellos lo saben y por eso nos hacen enfrentarnos, creen que no pelearemos de ese modo.
Se equivocan, los haré pedazos.
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Noah:
Le doy una mordida a mi manzana, mientras escucho el plan de Georgina. A mi lado se encuentra Sacha, que mordisquea sus uñas con impaciencia.
El ambiente se siente tenso, los dirigentes de la ONP que son, al menos, ocho, me miran con desaprobación. La escena ridícula que se dio fuera del edificio con Morfeo me perjudicó claramente. Que piensen lo que quieran, no saben toda la historia.
—Tamara permanecerá a unos kilómetros del campo de batalla —explica Gina mirándolos a todos—, ella se encargará de sanarlos a la distancia, cada cinco segundos liberará su magia sanadora a través de unos conductos que Artemisa proporcionará, los mismos estarán entre las raíces de la tierra y solo servirá en nosotros. Quincy hará lo mismo, pero a corta distancia, durante la batalla.
— ¿Corta distancia? —masculla el argentino, jefe de una base en ese país.
Ese tipo no me cae bien.
—Sí, Quincy es lo suficientemente rápido como para la tarea, es hábil y posee una destreza increíble —espeta Allen cruzándose de brazos—. Puede quedarse tranquilo, Gonzáles, sabemos lo que hacemos.
—No hay necesidad de estar a la defensiva, señor Webster —repone Poppy—. Es normal necesitar una explicación de cada paso que ustedes planean dar.
— ¿Yo estoy a la defensiva? —espeta Allen y Armin golpea su copa de vino con una lapicera para llamar la atención.
—No estamos aquí para hablar de estupideces. Tenemos la vida de nuestros agentes cubierta con lo de Tamara. Lo siguiente a discutir es lo aéreo —dice—. Yo cubriré esa parte, junto con algunos viejos amigos y Cang irá conmigo, con los dragones que proporcionan los dioses.
—Cang es mejor en batalla terrestre —dice Tsukoyomi y todos lo miran—, es más conveniente si yo voy contigo, estoy muy familiarizado con esos dragones.
Armin asiente y Cang chasquea la lengua, pero no dice nada.
—Tomando el área terrestre, nos dividiremos en grupos que irán delante de los agentes de la ONP. Aunque algunos, los más prodigiosos, serán incluidos en los grupos —explica él tomando un papel entre sus manos—. El primer grupo estará conformado por Noah, Maine, Sacha y Santiago —indica y lo miro—. Maine, tu trabajo es cubrir a Noah por si las cosas se ponen densas. Sacha, te encargas del ataque mágico, pero mantente tras Noah. Y Santiago... —dice y el rubio levanta la cabeza—, trata de hacerlos trizas.
Santiago sonríe de lado y asiente.
—La función de estos grupos es atacar a los enemigos grandes. El grupo número uno, donde está Noah, se encargará de los dioses que aparezcan, junto con otros tres grupos más —explica Armin—. La idea es despejar el camino para los demás guerreros. Una vez que los dioses sean reducidos, las bestias tratarán de atacarnos también, pero podremos con ello.
—Se necesita mucho poder para vencer un Titán —dice Morfeo cruzándose de brazos.
—Sí, es por eso que Rei, Zed y Amón se encargarán de eso —informa Georgina—. Además...
—Es una tontería. —La interrumpe Apolo, entrando en la sala—. Los dioses de allá arriba nos harán pedazos. Cronos va a involucrarse, lo que significa que habrá unos cuantos desórdenes temporales que nos afectarán terriblemente. Con ese plan que tienen, tenemos la muerte asegurada.