Los Brazos de Morfeo.

90.

Morfeo:

-Padre, te he dicho que he estado soñando contigo, ¿recuerdas? -dice Theia y asiento-. Sé de tu plan.

Alzo las cejas, con sorpresa. Bien, ahora sí que no sé qué decirle.

-Yo... Es algo necesario, Theia y me he esforzado tanto por concretarlo, perdí muchas cosas por ello...

-No voy a decirte que cambies de opinión. -Pone su mano en mi hombro-. Sino que arregles lo que hiciste, el daño que le hiciste a aquella persona.

- ¿Hablas de Noah?

-Por supuesto que hablo de Noah -exclama dándome un golpecito en el hombro-. Debes hacer que te perdone.

- ¿Qué caso tiene? Me odia, no me perdonará jamás.

-Tal vez si le explicas los verdaderos motivos por los que hiciste todo esto, ella te perdone -masculla-. Tal vez podrías pensar en otra alternativa, siempre hay otra forma. Tal vez podrías descartar aquel plan. Tienen muchos guerreros de su lado y a Tánatos e Hipnos. Tienen oportunidad contra Zeus.

En verdad quisiera arreglarlo todo con ella. Al menos, pedirle disculpas por todo el sufrimiento que le causé, más allá de que me perdone o no, luego de la guerra no podré hacerlo. Y si lo que dice Hades es certero, este intento de alejarla es inútil porque ella de todas formas va a olvidarme.

-Ya no sé qué hacer -suelto tapándome el rostro con mis manos.

-Ve por ella. No cometas ese error. -Me tira del brazo para levantarme y luego me empuja hacia la puerta-. Muévete.

-Gracias. -Sonrío de lado y abro la puerta para ir a buscarla.

Noah.
Todo este enorme problema, todas esas lágrimas que ella derramó por mí deberían quemarme como el fuego del infierno. La abandoné más veces y en más sentidos de los que quisiera admitir y me arrepiento tanto. Me convencí de que me dolía más a mí que a ella, que si la amaba de esa forma, no podría concretar el plan, pero eso ya no importa.

Lo haré de todos modos, ésta vez no por mí, sino por ella. Para salvarla de una vez por todas.

==========

Golpeo la puerta por sexta vez y no hay respuesta. Tal vez esté en otro lado, pero di muchas vueltas, casi recorrí toda la base para encontrar ésta maldita habitación y no la vi por ningún lado.

-Noah -digo golpeando otra vez-, ¿estás ahí? Necesito hablar contigo, es importante.

Silencio. Me apoyo contra la puerta y suspiro.

-Si rompes mi puerta, rompere tu brazo -espeta ella acercándose por el pasillo-. ¿Qué es lo que quieres?

Sus ojos azules, su cabello está más corto, ¿y puntas rojas? Esta mujer acabará conmigo.

-Noah necesito hablar contigo sobre algo importante -digo tratando de poner mi mano en su hombro, pero ella la golpea antes.

-Habla sin tocarme.

Soy un asco.

- ¿Podemos hacerlo en un lugar más privado? Lo que debo contarte es un secreto.

Me mira de arriba abajo y abre la puerta de su habitación con la tarjeta de acceso. La sigo dentro, es simple, como en la que desperté, paredes blancas, una cama de una plaza en un costado, un armario y una mesa de noche modesta.

-Escucha... -Comienzo sentándome en la cama, junto a ella, pero me empuja con el pie para que me levante.

-De pie.

- ¿Es esto necesario?

- ¿Debo ser hospitalaria con alguien que me echó a patadas de mi propia casa? -refuta y suelto aire.

Esta situación es demasiado tensa.

-Me sentaré en el suelo entonces -mascullo sentándome-. Es hora de que te diga algo que debí haberte dicho hace mucho tiempo...

- ¿Qué más vendiste de mí? ¿Mi alma? ¿Mi cuerpo? ¿Alguna cosa más aparte del Espíritu Santo? -Creo que nunca la había visto así.

No luce enfadada, sino indiferente. Fría. Ella no era así, otra consecuencia de mis actos.

-No se trata de eso -digo finalmente-. Mantenemos el plan entre Hades, Apolo, Vincent, Freya y yo en secreto. En el caso de Freya, lo hacíamos -musito con pesar-. No podíamos dejar que alguno tratara de interferir, es delicado. Un mínimo fallo y todos estaríamos perdidos.

Hago una pausa, es difícil contarle esto, el miedo de que ella se meta sigue presente. Pero de no hacerlo, la perderé por siempre.

-Existe un lugar, le llamamos Faith. Muchas veces dije que es un nombre raro, pero... -río levemente-, les da pereza darle uno mejor.

Se cruza de brazos. Bien, estoy divagando demasiado.

-Ten algo de paciencia, estoy a punto de darte información muy importante -exclamo-. ¿Tienes idea de por qué nosotros existimos? Es por la fe, Noah. La fe que los humanos invirtieron en nosotros, en ustedes los ángeles, Nefilims y demás. Toda esa magia, toda esa fuerza espiritual nos creó. Estamos ligados a la Tierra por un lazo muy fuerte, algunos más que otros -digo-. Si el lazo se cortara, sería como si nunca hubiésemos existido.

- ¿Me dices que todo esto se trata de creer en cuentos de hadas? ¿Santa Claus y el conejo de pascua? -espeta y levanto mis manos para que espere.

-Cada religión existente está conectada a un lazo. También tu mundo, Noah. Solo la muerte lo conoce. Lo supe gracias a los sueños de Hipnos y Tánatos -explico-. Cuando era más joven, entré allí utilizando una puerta en el mundo onírico y lo confirmé. Dependemos de los humanos para existir, Zeus solo sabe esa parte de la historia y es por eso que quiere más atención, más poder. El tributo humano nos daba más fuerza.

Me levanto, esto es demasiado difícil como para seguir sentado.

-El plan era sencillo, ¿bien? Ir a la guerra, con lo que teníamos, yo entraría a Faith y cortaría el lazo con el poder del Espíritu Santo, uno tan puro que sería suficiente. Todo lo que mi mundo haya hecho, desaparecería. Los demás dioses no serían influenciados por Zeus, las ciudades no serían víctima de nuestros problemas... Tu familia no moriría y tú jamás serías abusada por esos guardias -explico y frunce el ceño-. Noah, todo terminaría. Pero si le dijeramos a los nórdicos, incluso a más de los nuestros, su egoísmo lo evitaría. ¿Crees que Skadi no querría salvar a Hades? ¿Que Maine no querría salvar a Artemisa?




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