Los Brazos de Morfeo.

Epílogo.

Noah:

El anillo reluce en su empaque, Sterling, mi novio desde hace ya tres años me mira con ilusión desde el suelo donde se arrodilló. Su cabello rizado está recogido, sus ojos pardos parecieran brillar y sus lentes están algo torcidos.

—Por supuesto que acepto —musito con lágrimas de felicidad en mis ojos y él se levanta para poner el anillo en mi dedo.

Me besa y los invitados aplauden, el primero en acercarse es Sacha para darme un fuerte abrazo que le devuelvo. Miro a mi padre sentado al otro lado de la sala con una sonrisa orgullosa en el rostro y levanta la copa en mi dirección. El novio de Sacha se acerca para saludarme tambien, por un momento me resulta familiar pero no sé decir el motivo.

—Mi nombre es Loki, un placer y felicidades —dice con una media sonrisa y le devuelvo el gesto, algo sorprendida por su nombre.

—Como el dios nórdico, que interesante —comento ofreciéndole una sonrisa.

—Por supuesto, Noah, él es todo un dios —bromea Sacha pasando su brazo por sus hombros.

Emeraude también se acerca para abrazarme con todas sus fuerzas, ella también está llorando de la emoción.

—¡Me encargaré de todo! —exclama tomando mis manos—. Será la boda del siglo.

—No me cabe duda —dice Sterling y ella también lo abraza a él.

—Muchas felicidades —dice el novio de Emm, hace poco me presentó a Tiberius.

Su cabello rubio está peinado hacia un lado, es fornido, alto y bastante amable. Por lo que ella está muy contenta.
La mirada que él me dirige está cargada de sentimiento y también le doy un abrazo.

—Muchas gracias, y a ver cuándo tú se lo propones a Emm —bromeo separándome de él y lo veo intercambiar una mirada con el novio de Sach, pero lo ignoro.

El siguiente en acercarse es Nale, uno de mis mejores amigos. Trae un traje y el cabello bien peinado, viene seguido por su amigo, Santiago. Un ángel de la muerte.

—Estoy muy contento por ti —dice Nale rodeándome con sus brazos—. Te mereces toda la felicidad, Noah.

Santiago también se une al abrazo y los tres reímos. Mi prima intercambia una mirada algo despectiva con Nale y se marcha con Tiberius, supongo que ver a su ex no es muy agradable, pero es mi amigo y lo quiero conmigo en un momento así.

Más invitados van y vienen felicitándonos por el compromiso, el tiempo pasa al igual que la gente y cuando finalmente estamos solos. Me despido de mis padres y vamos a mí habitación para tener más intimidad. Sterling me mira con todo el amor del mundo antes de acercarse y besarme. Estamos bastante exhaustos luego del día que tuvimos, las reuniones en el Cielo suelen ser muy extensas y debemos asistir sí o sí a todas ellas por pertenecer al Consejo Nefilim. Este es un buen momento para dormir juntos y relajarnos.

El colchón se hunde bajo mi peso y me acomodo contra él para que me abrace.

Pero hay algo que me emociona y confunde. Una vez que el sueño llega a mí, vuelvo a verlo, luego de tantos años teniendo el mismo sueño todas las noches, las preguntas siguen acumulándose.

¿Quién es este joven de rizos azabache y ojos violáceos? ¿Por qué me persigue en mis sueños? Son preguntas que siguen sin obtener respuesta.

Lo peor del sueño además de no saber su nombre, es que jamás puedo acercarme. Tan solo nos quedamos allí, viéndonos y sin poder movernos.

"¿Qué quieres de mi?" Quisiera poder preguntarle. O más bien, ¿Qué es esta emoción tan corrosiva que me invade cada vez que lo veo? Cómo si se me partiera el corazón por no obtener ninguna respuesta por su parte.

Mis ojos se cierran y el sueño comienza. Estamos en un bosque bastante oscuro, la luz de la luna lo ilumina, parado enfrente de mí con sus manos a ambos lados de su cuerpo y una mueca de tristeza considerable. Sus ojos están fijos en los míos y sus labios ligeramente fruncidos. Intento moverme, acercarme o siquiera hablar, pero no puedo.

Algo es diferente esta vez, él está llorando. Las lágrimas se deslizan por su piel pálida dejando un rastro de agonía en su rostro. Su boca se abre y es como si le costara muchísimo emitir palabra, yo sigo sin poder moverme. Se lleva una mano al pecho y su voz se escucha clara.

—Noah —dice.

Me despierto exaltada y sorprendida por el cambio. Jamás había hablado, jamás había sucedido algo así en mi sueño. Miro a mi lado, Sterling está plácidamente dormido y el reloj marca las cuatro de la mañana. Quito el brazo de mi prometido de mi cintura para poder ir al baño. Al verme en el espejo, noto que yo también tengo lágrimas en mis mejillas, las cuales son acompañadas de un dolor en el pecho, como si me hubiesen roto el corazón. Frunzo el ceño y trago duro recordando su voz diciendo mi nombre y entonces siento unas manos en mis hombros.

Me volteo, asustada pero alerta y no veo a nadie. ¿Cómo es posible? Sentí muy bien que me tocaban.

Noah. —La voz vuelve a oírse y mi corazón comienza a latir con fuerza, levanto mi mirada hacia el espejo una última vez antes de volver a la cama.

Cuando vuelvo a dormir, no soy capaz de soñar nada. Pero sigo oyendo el eco de aquella voz clamando mi nombre en la distancia como un fantasma del pasado.




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