Fue después de clases cuando difundieron la primera foto.
"Molestemos a Jimmy": recién empezaba, o mejor dicho #JimmyFool como decidieron darle el hashtag para su difusión más correcta.
La última clase de ese día fue diferente a las demás: caminaba por los pasillos, todos miraban sus teléfonos y cuchicheaban. Empecé a hacerme notar, no por una buena razón. En ese momento empezó la bomba que seguiría en cadena a las demás.
Hasta que en mi llegada a la puerta del instituto me crucé con un compañero de clases quien me confrontó en seco:
—¡¿Qué demonios sucede contigo?!
Y me dio un empujón por el pecho obligándome a retroceder.
También un papel cayó... Con un dibujo. Un dibujo que yo hice. El mismo que andaban pasándose todos por fotos de whatsapp.
El dibujo que me condenaría sin remedio.
—¡Hey, mirón! ¡¿Te parece bien andar espiando a la gente?!
Las palabras elevan mi corazón a la garganta, producto de punzantes corazonadas. Hasta que me doy la vuelta y así me encuentro con una chica unos quince centímetros más baja que yo pero secundada por otras dos a sus espaldas.
Es la pelirroja que me encontré antes en el patio delantero. La que me pilló observándoles y ahora puedo constatar que la rubia era Britt quien yace a sus espaldas junto a la otra chica morena.
—Hola—saludo a la ya conocida intentando evadir el conflicto con la pelirroja de rulos y regordeta que me confronta—. Me alegra volver a vernos.
—¡Hey! —La chica morena con labios de trucha chasquea los dedos—. ¡Jena Bryce te está hablando!
Parpadeo.
—¿Bryce?—pregunto—. ¿Tu apellido es un nombre de...varón?
Esto roba una pequeña sonrisa a Britt quien parece poco a poco romper su burbuja de incomodidad y padecer.
—Lo siento—digo a la pelirroja—. Pero hace un momento no te estaba observando a ti. Ni a ti—señalo a la otra y descanso mi mirada en la de Britt cuyos ojos se cruzan con los míos.
—¡Un momento! —Jena parece sorprendida—. ¿Se conocen ustedes dos?
—Algo así—murmuro.
La chica morena y Jena Bryce cruzan una mirada de complicidad. Acto seguido retroceden y obligan a Britt a ir con ellas.
—Nos disculpas un momento—dice la pelirroja como en los viejos tiempos en que disculparse no era sarcasmo.
Parecen debatir entre sí, Britt aporta muy poco, sólo un corta explicación que me imagino del estilo "y tú de dónde conoces a este friki", "estaba espiando a nuestro compañero y salió corriendo, me lo crucé por ahí ya que además está ciego y no ve un pimiento".
—Bien—deciden por fin al regresar—. Mi nombre es Meredith—señala Labios de Trucha—, y ellas mis amigas quienes ya se presentaron en diferentes momentos para ti: Brittany Montoya y Jena Bryce. Quizás algún día podamos ser sólo Dith, Britt y Jen pero primero deberíamos conocerte nosotras a ti.
¿Qué? ¿O sea que tengo mi grupo friki?
—¿Qué gustarían saber?—me encojo de hombros.
—Más de ti, Jim.
¿Jim?
—Mi nombre es Jeremiah Blake, llegué hace poco a la ciudad, a este nuevo instituto. Me gradúo este año si es que el destino y el Barbas quieren.
—¿Te cambias de escuela el año que has de graduarte?—pregunta Meredith sorprendida.
—Eres tan raro como nosotras—los ojos de Jena parecen echar chispas.
—¿Por qué? —La voz de Britt irrumpe aunque sólo soy yo quien se ve sorprendido—.¿Por qué te cambiaste de tu antiguo instituto?
Se genera cierta tensión pero la respuesta es algo que esperan con avidez.
—No me cambié por gusto—explico—. Me expulsaron.
Se genera un clima extraño hasta que un suceso externo nos devuelve a la realidad: se trata de un grupo de animadoras que se pasean con sus chaquetas, sus faldas cortas y coletas en alto meciéndose de un lado a otro.
—¡Hey, mira!—dice una de ellas de cabello negro y tez blanca—. ¡Los Ángeles de Charlie han vuelto...acompañadas!
Sus amigas sueltan carcajadas cargadas de un tono burlón hasta que se van mientras Britt, Meredith y Jena las fulminan con la mirada.
Esto no puede significar nada bueno.
Una vez que se han ido, la pelirroja cruza un brazo sobre mis hombros que la obliga a quedar de puntillas.
—¿Y si te enseñamos el instituto? De paso nos cuentas ese pasado oscuro que tuviste, chico malo.
—Yo soy de los buenos—digo aunque mi cabeza opina lo contrario.
No eres de los buenos, Jimmy. Jamás lo fuiste.
Eres el principal culpable de tu expulsión, no quites responsabilidad en eso.