El día siguiente al evento con mi cuaderno robado y el trozo de hoja difundido, empezó el verdadero infierno.
Mis padres ya desayunaban cuando bajé las escaleras para comenzar el día. Mamá me sirvió un jugo con tostadas y mermeladas pero ni siquiera los probé ya que en mi primer intento, revisé mi celular para encontrarme con algo...horrible.
—No. Definitivamente no iré—comento con indiscutible seguridad.
—También tengo cierta aversión por los bailes—comenta Jena—pero...quizás esta vez, puede que me lo plantee distinto.
—¿Lo dices en serio? ¡Esos bailes son el pase libre a la desgracia!
—¿Por qué lo dices, Jim? ¿Alguna mala experiencia en tu insti anterior?
—¡Sólo...míranos! Un baile es justo lo que nos catapulta al infortunio mismo.
—¿"Míranos"? ¡Hey! ¿Por qué me tomas?
No termino de captar si en verdad se ha molestado, está bromeando o con una broma encubre su molestia.
De pronto, llega el resto del equipo de Los Ángeles de Charlie quienes me salvan de lo que mis propias palabras tienen para hundirme como un yunque atado a mis tobillos.
—Vaya, vaya...—menciona Meredith quien observa primero el cartel y luego a nosotros—. Jena Bryce y Jeremiah ¿Blake?, también conocido como "El Chico Nuevo" se encuentran juntos en el pasillo. ¿Pensando en asistir al Baile de Bienvenida, quizás?
—Sólo estaba invitando a Jim a incluirse—acota Jen.
—¿Qué hay de ti, Britt?—miro a la rubia—. ¿Irás?
—Yo...
Las tres parecen tensarse de repente pero no es sino la pelirroja quien se encara de tomar al toro por las astas:
—Britt es algo así como... "tímida en exceso" y la comidilla de todos los varones en el instituto.
—No todos—comenta la chica en cuestión.
—Es verdad, no todos—se lo piensa Meredith.
—Bueno, no todos ya que espero no estés incluido en esas bandas ni estés pensando en hacerlo a futuro—explica Jen—. Como verás, ella es preciosa, los chicos se babean porque es su imposible pero lo cierto es que no desea acercarse a nadie que la pueda poner en peligro. ¿Se entiende?
—Ya le expliqué—Britt sale un poco de su margen—: Asperger.
—Siempre me pregunté por qué me lo dijiste apenas te conocí—creo conveniente traer mi inquietud.
Se genera un extraño silencio pero la rubia parece ser la única en no incomodarse.
—Prefiero dejarlo en claro a la primera con la gente que es agradable conmigo—explica.
Meredith coloca una mano en mi hombro.
—Tiene un ojo asombroso para calificar las intenciones de los demás y, créeme, si te buscamos para que te acerques a nosotras es porque no te creemos un patán como los demás y...puede, te hayamos visto algo solo. Pero estás en periodo de prueba, chico.
—No lo asustes—la rubia sonríe...y estrecha mi mano derecha. Su tacto suave y cálido me deja tan impactado que mi corazón parece querer salirse de mi pecho—. Vamos al almuerzo, mejor.
—Oh... Oh...—mi incomodidad se hace demasiado evidente pero no quiero perder a estas chicas de mi lado—. ¡Claro!
Meredith clava sus ojos negros azabaches sobre mí en un gesto indescifrable mientras Jena es quien se ocupa de incorporarse a mi otro costado pero no me toma la mano. Por algún motivo, la pelirroja me intimida un poco más.
—En los bailes de instituto hay tanto chicos guapos como chicas—dice Meredith en mi dirección—. Digo...podrías intentarlo.
Implícitamente, capto el mensaje pero no contesto.
—Será noche Cupido—Britt tira la novedad cual hace reaccionar a Jen como si se tratase de una bomba.
—¡¿CUPIDO?!—la pelirroja me explica—: A todo el mundo le da igual: una noche de ligue. Sin embargo para las frikis romanticonas como nosotras...
—Habla por ti, cariño—la interrumpe Meredith.
—Se hace la fría pero no le creas... En fin; es la temática del baile. Se les da a los chicos un número y a las chicas otra serie exacta. A lo largo de la noche deben informar a los demás sobre qué número tienen y así poder unirse con el otro que le haya tocado el mismo. ¿No es genial?
¡No! ¡No lo es!
—¿Y qué hay de ti, Britt? ¿Irás?—mis palabras son lo que sirve para que la rubia me suelte la mano y vuelva a sus cuadernos.
—Lo intentaré...—su inseguridad es palpable—. Intentaré ir y divertirme.
—Bravo, Britt—Meredith le guiña un ojo y las tres ríen a carcajadas pero esta vez, son cosas de chicas, secretos entre ellas, un punto de inflexión donde no encuentro lugar.
—Debería buscar vestido—acota la rubia.
—¡Uff! Dudo que eso pueda significar un problema para ti—me autorizo a dar mi opinión de un tema que poco entiendo—. Sólo... ¡mírate!
—Parece todavía no estar captando que todo el sexo opuesto se muere por ella—Jen puede impresionar en tanto demasiado generalista.