Hace 8 años...
Scarlett
El sol brillaba atraves de mi ventana, el sonido de las aves anunciaba un lindo y agradable clima, las hojas de los árboles se movían al compás de la brisa, junto con la melodía de aquellas criaturas que dios había creado, una sonrisa se instalo en mis labios al sentir el calor de los rayos del sol sobre mi piel, abrí lentamente mis ojos para luego mirar la hora en el reloj, odiaba ir a la escuela, pero era algo que no podía discutir con mis padres, lentamente me aparte de aquel lugar para sentarme en mi tocador, contemple mi reflejo sobre el espejo para luego tomar el cepillo y pasarlo sobre mi cabello.
En eso la puerta se abrió, dejando ver la silueta de mi madre, cada mañana venía a despertarme ya que me costaba levantarme los lunes, con una ceja alzada pregunto:
—¿Y ese milagro que te levantaste temprano? —cruzo sus brazos mientras una sonrisa se le dibujo en su rostro —. Si tengo que venir con un megáfono para poder despertarte
«Típico de mi mamá» dije para mí misma, mi madre y yo... no llevamos una relación tan íntima que digamos, al menos no como la tiene mi mejor amiga Samanta y su madre ellas tienen como un pacto dónde prometen contarse todo y tenerse confianza, cosa que jamás se me ocurriría a mi, contarle todo a mi mamá, o ¿A caso ustedes podrían contarle que no entraron a clases por irse con su novio?, Por lo menos yo no podría antes que yo dijera algo estaría muerta, pero en fin volvamos al tema, mi madre es muy estricta y yo no soy la típica chica que siempre se porta bien, y una cerebrito en la escuela.
Siempre tengo que escuchar, Scarlett esto, Scarlett aquello, por qué no puedes ser un poquito como ella, si sigues así no se dónde vayas a parará, en fin unas cuantas cosas más que prefiero no mencionar.
—Buenos días madre, amanecí bien gracias por preguntar —dije sarcásticamente, mientras volvía a ver mi reflejo
—Si, de eso ya me di cuenta —dijo borrando su sonrisa —, espero que en 5 minutos ya estés abajo por qué sino no llegarás a tiempo a la escuela
Puse mis ojos en blanco después de que se fuera, me mire en el espejo una ves más, cuando note que todo me gustaba tome mi mochila para después bajar a desayunar, solo al poner un pie en la escalera pude oler el delicioso olor del café recién echo, mientras iba bajando pude visualizar a mi padre sentado frente a la mesa con el periódico en su mano mientras llevaba su taza de café a sus labios
—Jesus, ¿Es necesario leer en la mesa? —pregunto mi madre al poner su desayuno en la mesa
—Tranquila cariño... —doblo aquel periódico dejándolo aun lado —, solo me estoy informando
—Puedes hacerlo después —dijo sentándose a su lado —, estamos desayunado
—Buenos días papi —me acerqué a él para darle un fuerte beso en la mejilla
Mi padre Jesús Esparza, el es mi mejor amigo y mi salvador cuando se tarta de evitar que mi madre me regañe, siempre desde que era pequeña a estado conmigo, en los buenos y los malos momentos, y siempre a velado por nosotras, mejor padre no me pudo haber tocado, trabaja en una empresa de contador y los fines de semana siempre es dedicado a nosotros, para el somos lo más importante de su vida.
—Buenos días princesa —acaricia mi cabello —. ¿Cómo amaneciste hoy?
—Bien, presiento que este será un buen año —me senté a un lado de él para luego servirme un poco de jugo de naranja
—Ya casi sales de la preparatoria —me dice con una sonrisa —¿Ya decidiste lo que vas a estudiar?
—Mmm, la verdad no —confesé mientras llevaba otro trozo de fruta a mi boca
—Pues ya va siendo hora que pienses en algo —exclamo mi madre mientras colocaba yogurt sobre su fruta —, pronto se acabará las clases y no has decidido que hacer con tu vida
—Aun tengo tiempo, mamá —dije poniendo los ojos en blanco —; No es como si el mundo se fuera a acabar solo por qué no eligió ahora que estudiar
Mi madre suelta bruscamente el cubierto en la mesa mientras me mira con furia
—¡No me hables en ese tono jovencita! —vocifera mi madre —, Soy tu madre por si se te olvida y me debes respeto
—Por favor, vamos a desayunar en paz —dice mi padre tratando de evitar la discusión
No digo nada y me levanto de la mesa para tomar mi mochila y colocarla en mi hombro, le doy un beso a mi padre para luego salir del comedor
—¡Acaso no tienes madre! —escucho los gritos de mi progenitora —, ¡Scarlett, te estoy hablando!
Simplemente salgo de la casa sin ponerle atención, la ventaja que tengo es que puedo llegar a la prepa caminando, colocó mis audífonos y pongo play a la música, sin importar nada, entro y caminó hacia a mi casillero para guardar mis libros y mi mochila, en eso siento como alguien le tapa los ojos
—¿Adivina quién soy? —dicen cerca de mi oído
—Eres Samanta, la mejor amiga que alguien puede tener —digo con una sonrisa mientras me doy la media vuelta para verla
—¿Y bien? —se cruza de brazos —, me contarás ¿Por qué Scarlett está tan temprano en la escuela un lunes?
_¡Ay!, Ni me lo recuerdes —volteo a cerrar mi casillero para después encaminarme a mis clases —. Eh, peleado otra vez con mi madre
Durante el trayecto hacia el aula le voy contando a Samanta todo sobre por qué discutí con mi madre, cuando estábamos dando la vuelta para cruzar el pasillo choque con alguien