Los comienzos de Scarlett

Capitulo 4

Ya habían pasado dos semanas desde que dieron de alta a mi padre, pero mis padres actuaban extraños, algo andaba mal y tratan de ocultarlo, era viernes como todos los viernes nos tocaba deportes, el maestro nos había obligado a dar 10 vueltas a la cancha, y yo estaba sumida en mis pensamientos que no note que había chocado con alguien

—Lo siento —digo, para levantar la vista encontrándome con un dolor de cabeza

—¿A caso no te fijas por dónde caminas? —se cruzó de brazos

—Lo siento, Brittany

Brittany, hija de uno de los mejores arquitectos de los Ángeles y mi enemiga, aunque hasta la fecha aún no sé por qué le caigo mal, es una de las chicas más populares, se preguntarán ¿la típica chica rubia descerebrada? Pues no, ella es una morena pelinegra con un cuerpo espectacular, y es la mejor de la clase, su novio es un universitario.

No te vuelvas a cruzar en mi camino Esparza

Se alejo de mi, y yo me quedé congelada hasta que sentí un pequeño golpe en mi hombro, volteó para ver a mi amiga jadeando por haber corrido apenas dos vueltas

—¿Que te dijo la cerebrito?

Solo niego con una sonrisa ante su comentario

—Nada importante —camino hacia las gradas para sentarme —. Solo para decirme que no me cruce en su camino

—No se que se trae contra tí —me encogo de hombros mientras bebi de mi agua —, para mí que te tiene envidia

Casi me ahogó con el agua tras escuchar su comentario

—Amiga, creó que el sol ya te afectó —toco su frente y ella quita mi mano rápidamente —, ¿Envidia? De que si ella es mejor que yo

—Eres la única que no se da cuenta —dice tratando de regular su respiración mientras me quita la botella y se la lleva a los labios  —, es por qué le gustas a Oscar y es su amor platónico

Solo escucho mis risas acompasadas con las de ella

—Claro que no —digo sorprendida —. Oscar y yo solo somos amigo, no tenemos nada que ver el y yo, solo una bonita amistad

—Talvez de tu parte —niega —pero por parte de te aseguro que ganas no le falta

—Señorita Altamira, señorita Esparza —nos llama el profesor —, que hacen hay sentadas aún no han echo sus vueltas

—ya vamos —decimos al mismo tiempo para luego reírnos

Caminó con mi mochila colgada en mi hombro hasta mi casa, al entrar veo el auto de mi padre aparcado en la entrada rápidamente y los encuentro en la sala

—Hola papá —le doy un beso en la mejilla —, ¿Por qué llégaste temprano? —volteo a ver a mi madre —. ¿Que pasa por qué tanto misterio?

—Mi amor tenemos algo que contaré —dijo mi padre mientras dirigía su mirada entre mi mamá y en mi —. Scarlett yo...

Veía como mi padre con dificultad trataba de encontrar las palabras correctas para decirme lo que sea que le mortifique

—Papá —aprieto su mano —, puedes hablarme con toda confianza ya no soy una niña pequeña, puedo entender las cosas, no tienes por qué ocultar me nada

—Mi pequeña —suelta un suspiro —. Estamos en serios problemas, estos últimos meses adquirir una deuda con el banco por una fuerte cantidad de dinero, y ahora están pidiendo el pago total

—Eso se puede solucionar — dijo mi madre —, podemos hipotecar la casa y así podemos saldar la deuda

Solo veo como mi padre niega, para después decir:—No podemos, ya he hipotecado la casa para pagar una parte..

—!¿Qué?¡ —grita mi madre —, has hipotecado la casa y sin decirme

—Rebeca, mi amor déjame que te explique

—¿Explicarme qué Jesús? —se levanta del sofá —, que mientras yo pensando que éramos un matrimonio que podía contarse todo, sin ningún secreto, tu hacia eso a mis espaldas sin siquiera consultarme lo

—No quería preocúparte —nos miro —,  precuparlas pensé que podría resolverlo yo solo 

—Pensé que me tenía confianza —dijo mi madre con voz rota —, ¿Que paso con en las buenas y en las malas?

—Rebeca, por favor... —mi padre intento aceracarse pero mi madre esquivo su contacto mientras salía casi corriendo de ahí

—Papá, tranquilízate —lo tome por el brazo para que se sentará —. Recuerda que no puedes alterar te en tu estado

—Tengo que aclarar las con ella

—Lo harás —le afirmó —, pero ahora no es el momento deja que se tranquilice para que puedas hablar bien con ella

—Mi amor te juro...

—No tienes que jurar nada —lo interrumpo —, yo te creo, siempre lo haré

Otra semana más había pasado y las cosas en mi casa ya no eran igual mi madre seguía molesta con mi padre, pero eso le afectaba a el aunque quisiera demostrarme lo contrario y eso me llenaba de coraje, el maldito orgullo de mi madre le hacía daño pero eso no le importaba

—¡Hasta cuándo vas a seguro así? —le preguntó a mi madre mientras me cruzo de brazos

—¡No me hables así jovencita! —enojada mi madre me grita —, por si senté olvida soy tu madre

—Si lo recuerdo —pongo mis ojos en blanco —, pero no has contestado a mi pregunta...

—No tengo por qué contestarte —advirtio —, ese es una asunto entre tu padre y yo

—Ojala no te arrepientas por todo esto

Otra semana más, en dónde todo parecía normal, estoy guardando mis cosas sin prestar atención a mi alrededor

—Scarlett

—¿Eh? —Samanta me señala afuera del salón

Cuando puedo ver es el director que está llamándome, y los miedos se ponen alerta, ¿Por qué me llamaba? Ni había echo nada mal

—Señorita Esparza, nececito que me acompañe a la dirección

—¿Sucede algo? —lo veo directamente pero algo raro pasa —, ¿He echo algo malo?

—Solo acompañeme

Volteo a ver a Sam, para después seguir al director el camino siento una opresión en la boca del estómago, abre la puerta y lo primero que veo es la rojiza cabellera de mi madre, pero está ¿Llorando?

—Mamá —mi madre trata de limpiar sus lágrimas para después voltear a verme

—Scarlett —se sorbo la nariz —. No sé...

Ella aún no puede controlar su llanto y eso me empieza a preocupar, antes de que pueda hablar mi madre me dice:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.