Rebeca
Me dejo caer rendida ante el sofá, me sentía agotada mentalmente. Aún no sabia en qué momento había cambiado tanto mi pequeña si bien no llevábamos un relación tan íntima pero por lo menos me conocía y yo la conocía ella. Me duele ver como se esta destruyendo cada día más sin importar nada, y hora me pregunto ¿Si yo puedo ser feliz mientras ella sufre? Y las respuesta viene enseguida; No, seria imposible, la felicidad de mi hija esta antes que todo, incluso de mi.
El teléfono me saca de mis pensamientos y al ver la pantalla siento una alegría combinada con tristeza
—Hola, hermosa
—Hola, Cris —digo con la voz cansada
—¿Que pasa? ¿Volviste a discutir con Scarlett?
—Ya no se que hacer Chris, cada día siento que esta más lejos de mi
—Hermosa, intenta no discutir con ella. Puede pasar algo peor si siguen así
—¿Como lo hiciste tu? —sonrió y lo escucho suspirar
—Créeme que yo cometí el mismo error que tu, y el resultado desgarro mi alma pero quien sufrió más fue ella. Mi hermana aún no lo supera a pesar que diga lo contrario
Noto la tristeza que refleja su voz
—¿Donde esta ella ahora?
—En Grecia, terminó sus estudios de arte y ahora está trabajando en una galería y no sabes cuánto daría poder cambiar el pasado
—Lo siento mucho
—Gracias, ¿te veré mañana?
—No lo se, quiero pasar el día con Scarlett quiero saber si podemos recuperar por lo menos algo de lo que teníamos
—Entonces suerte
La mañana llegó tan rápido que pareciera que solo cerré los ojos y al abrirlos ya era de día. Exhausta me levanto para preparar el desayuno. Estoy tomando mi café cuando veo bajar a Scarlett
—¿Y ese milagro? —dijo mientras se servía jugo —, ¿No piensas ir a trabajar?
—Hoy no, quiero pasar un rato contigo —la miro —, ¿así que, quieres hacer hoy?
—Nada —me da la espalda —, tengo planes y no los cambiaré por ti
La miro salir de la cocina y apoyo mi cabeza en la barra. En estos momentos quisiera aporrear me contra ella.
Scarlett
Salgo con mi teléfono en mano lista para irme con Elena cuando escucho a mi madre hablarme
—Scarlett, por favor llega temprano
—Tratare
Salgo de aquella casa para ver el auto de Elena me sonríe y una vez que entro al auto arranca. Llevándome a una casa que nunca había visitado. Ella de estaciona antes de mirar me
—Hemos llegado —sonríe —, vamos a bajar
—Elena, espera —salgo deteniendo la —, ¿Donde estamos
—En mi casa preciosa
Volteó a ver al dueño de aquella voz veo a un hombre por lo meno de unos 45 años, tiene un traje y cuerpo medio lleno pero se notaba que hacía ejercicio o por lo menos en sus brazos
—Bienvenida, soy Josh Garcia —se presenta —, ¿Tu nombre preciosa?
Han sentido esa sensación de peligro, esa que se te acumula en la espina dorsal y te advierte que te alejes lo más pronto posible. Esa fue la sensación que sentí al momento de oír su voz. Aquellos ojos oscuros me miraban pero vea algo más, veía la maldad que emanaba su ser
—Lo siento tengo que irme —tomo mi bolso de la parte trasera del auto y veo a Elena —. Después hablamos
Escucho como me nombra Elena, pero no quería estará ni un minuto más cerca de aquel hombre; algo de él no me gustaba para nada. Salgo a la calle y rápidamente tomo un taxi, mientras me alejaba sentía que el temor aumentaba aunque debería ser lo contrario, pero no era así el miedo era aún más palpable en mi. Llego a mi casa y escuchó a Rebeca hablar por teléfono
—Si, te llamo más al rato —asiente —, adiós cuídate
Después de colgar me mira y la veo alzar una ceja
—¿Y ese milagro? —pregunta —, ¿Por qué tan temprano?
—Simplemente me aburrí —miento —, ¿Y tu, no vas a ver hoy a tu novio?
La verdad no me gustaba mucho hablar sobre su novio pero nesecitara cambiar de tema lo más rápido posible
—Hoy tome el día para pasarlo contigo
Tras decirme aquellas palabras solo puedo observarla con asombro, ¿Rebeca quiere pasar tiempo conmigo? Eso sí que era una novedad ya que jamás tenía tiempo para mi, siempre andaba trabajando sin importar nada más. ¿Y ahora quiere pasar su tiempo conmigo?¿A caso me he golpeado la cabeza cuando baje del taxi? Por qué solo así explicaría esta rara situación en la que me encuentro en este momento
—¿Tu quieres pasar tiempo conmigo? —pregunto asombrada
—Si, ¿Por qué te sorprende? Si te lo dije en la mañana
—Por que me cuesta creerlo ya que tu nunca tienes tiempo para mi —le hago saber —, siempre estás ocupada
—Eso no es cierto —medio sonríe —, siempre he estado para ti. Eres tu quien se ha alejado de mí
—Estas de broma, ¿vedad? —me ve como si estuviera diciendo algo incoherente —. Lo dices enserio, ¡¿Yo me aleje de ti?!
Mi madre me ve desconcertada, solo puedo soltar un jadeo de indignación. En verdad creía que yo era la que me estaba alejando, cuando ella es la que se ha olvidado de mi existencia y me ha dejado sola sin preocuparse si me pasa algo. Concentrada en solamente en su trabajo que jamás pensó que yo nesecitara ahora más que nunca de su apoyo y presencia, ¿A caso es yo la que se alejó? No lo creo
—No me grites Scarlett —me dije de modo autoritario
—Es, en verdad crees que he sido yo lo que se ha alejado —niego —, mi vida fue la que se arruinó. Soy la que más he sufrido por la muerte de mi padre y crees que he sido yo quien se alejó. ¡No Rebeca! Fuiste tú, te has concentrado tanto en trabajar que no te das cuenta que he necesitado ahora más que nunca de ti
—¡¿Que es lo que quieres Scarlett?! —me grita —. Ahora tengo que ser yo quien trae el dinero a esta casa, la que tiene que partirse el lomo trabajando para que a ti no te falte nada y que puedas seguir manteniendo la vida que llevabas antes, ¡¿Que a caso no lo ves?! Todo lo hago por ti