Capitulo 9

Christian  

El sonido del cuchillo al ser rebotado contra la tabla de picar era lo único que se escuchaba mientras terminaba de cortar las zanahorias para mi comida, había aprendido a cocinar cuando tuve que hacerme cargo de ni hermana una vez que quedamos sin nuestros padre. Era un momento difícil para nosotros pero poco a poco logramos sobrellevarlo o eso creía yo hasta que ocurrió lo que ocurrió con Ana, fue hay donde me di cuenta, estaba concentrado en darle todo lo material para que no le faltara nada; pero me olvidé de ponerle la debida atención. Fue un golpe muy duro cuando me enteré todos lo que le ocurrió a mi hermana había sufrido y no me di cuenta  

Estoy terminado de cortar cuando el sonido del teléfono me saca de mis pensamientos haciendo que me sobresalte llevando el cuchillo hasta mi dedo  

—Mierda —susurró al ver la sangre salir de mi dedo  

Abro el grifo para ver cómo el agua cae mientras se torna rojiza. El teléfono vuelve a sonar y corro a contestar  

—Bueno —hablo sin ver quién es  

—Hola hermanito, ¿Cómo estas  

Escucho la dulce voz de mi hermana y una sonrisa sale de mis labios  

—Hola hermosa, bien ¿tu como estas? —tomo un trapo para cubrir la herida —, ¿Cuándo vuelves? 

—He estado bien —escucho su voz dudosa —, no se cuando podré ir a verte espero ir pronto  

—¿Sigues yendo a terapia? —pregunto mientras dejo el trapo  

—Si, creo que tendré que ir de por vida —escucho una risa amarga —, pero estoy bien no te preocupes. Mejor cuéntame ¿Qué novedad hay por los Ángeles?  

—Te quiero —le digo para que no se deprima  

—Lo se —escucho su voz ahora con un tono alegre —. Yo también te quiero  

—Sobre las novedades, te tengo una muy buena —sonrió —, me he enamorado  

—¿Enserio? ¿De quién? 

—Se llama Rebeca, tiene una hija de 17 años  

—¿Estas saliendo con una mujer casada? Dime la verdad , por que si es así te voy a… 

—No Ana, es viuda y estoy enamorado de ella —sonrió —, y creo que ella también siente lo mismo. Solo hay un problema  

—¿Cuál es?  

—Su hija, a su hija no le caigo bien y piensa que estaba con su madre cuando su padre aún vivía  

—¡Acaso esta loca! —escuchó como grita mi hermana —, tu serías incapaz además creo que ella no entiende que eres un buen hombre, trabajador además de un excelente cocinero  

Solo escucho las risas, de mi hermana al decir la ultima acción, ella sabia que la cocina no era lo mío pero sabía defenderme  

—¡Oye! Soy buen cocinero  

—Si, claro —me dice con sorna —, oye chef, ¿No tienes nada en la estufa? Por qué no quiero enterarme que quemas la casa  

—Yo no… ¡La comida!  

Grito al recordar que deje la estufa prendida con mi comida. Corro hasta la estufa y veo como sale humo al destapar la olla, si evitarlo empiezo a toser mientras apago la estufa. Suelto un suspiro y empiezo a contar mientras tomo el teléfono  

—Te lo dije —escucho atraves del teléfono su risa —. Imagínate si no te hubiera dicho 

 —Todo ha sido tu culpa, si no hubieras llamado… 

—Oye no, no me culpes es tu culpa por ser tan despistado pero mejor cuéntame ¿Por qué no te quiere la hija de tu amada?  

—Ya te dije cree que estuve con su madre cuando su padre estaba vivo además tiene un problema con el alcohol y —suelto un suspiro —, creo que… 

—Esta siguiendo mis pasos —suelto un suspiro al escuchar la tristeza en su voz  

— Ana yo… 

—Tranquilo Chris estoy bien, tenemos que ayudarla antes de que termine… lastimada  

—Lo se, y no se como valla a tomar la noticia de que quieto que su madre se casé conmigo

  —No se la verdad… ¡Te vas a casar! ¿Cuando pensabas decirme?  

—Es algo que aún no decido, se que la amo pero no si ella me ama igual o si quiere casarse después de que su esposo murió  

—Yo creo que ella te ama 

—¿Cómo lo sabes si ni siquiera la conoces?  

—Simple, ella ya no es una jovencita sabe bien lo que quiere y si no te quisiera hace mucho que te lo hubiera dicho o se habría alejado de ti  

—¿Enserio eres mi hermanita? —digo con una sonrisa —, ¿O la cambiaron en el internado? 

—No lo se, tendrás que averiguarlo. Bien te dejo ya empieza mi turno en la galería me dices luego lo que decidiste  

—Si, cuídate te quiero  
—Yo igual, adiós  

Con eso se escuchó colgó suelto un suspiro para luego ver mi comida echa un desastre  

—Tendré que pedir comida —digo en un suspiro mientras marcaba el número  

La mañana llego más rápido de lo normal, me doy un baño mientras mil dudas aparecen en mi mente. ¿Qué haré? Se que me amo a Rebeca como nunca había amado a nadie pero ¿ella me amara igual?. Pensé que el baño me rebajaría pero no  fue así, tomé mi portafolio para salir por las calles de Los Ángeles, cuando me doy cuenta estoy enfrente de una joyería con una sonrisa entro observando las sortijas de matrimonio  

—¿Le pudo mostrar alguno en especial? —pregunta la señorita  

—Si, quiero ver aquel anillo —señaló el que tiene en la vitrina, era sencillo pero hermoso con un hermoso diamante en el centro  

Ella lo saca y me lo muestra  

—Este es uno de los que tenemos más pedidos, ya que es sencillo y elegante. Tiene incrustado un solitario redondo, con pequeños diamantes incrustados, es de 10kilates bañando en oro blanco  

—¿Cuánto cuesta? —pregunto con una sonrisa sin dejar de mirar el anillo  

—Lo tenemos en 118.93 dólares  

—Me lo llevo —le hago saber con una sonrisa  

—¿Su pagó va a ser en efectivo o por tarjeta?  

—Por tarjeta —digo entregando le la tarjeta  

—Bien, en un momento se lo entrego  

Suelto una sonrisa, había sido un impulso pero espero que sea para bien y Rebeca me acepte. Salgo de la tienda con una gran sonrisa esperando que mis planes se hagan  

Mis queridos lectores aquí les traigo otro capítulo de esta historia esperando que sea de su agrado. Les comunico que Ana (la hermana de Christian) tendrá su propia historia será la tercera entrega de esta saga pero para eso aún falta. Gracias por continuar acompañándome en esta historia besos y abrazos a distancia