Día 32

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Vaya, si los dos piensan igual, entonces esto terminará bien cuando lo hablen.

8:04 a. m. ✓✓

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Lo pensaste toda la noche, eh.

8:06 a. m.

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Es que, es tan... no sé cómo explicarlo. Creo que no cumplen ni el mes juntos.

8:09 a. m. ✓✓

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Son cosas que pasan. El ser humano se caracteriza por tener sentimientos cambiantes. Una vez que satisfacen ese deseo que tienen, surgen las bases para determinar qué era lo que realmente sienten.

8:13 a. m.

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El amor se construye, y la realidad es que ese sentimiento desaparece con los meses, la emoción de conocer, la pasión, para revivirlo deben constantemente enamorarse todos los días.

8:20 a. m. ✓✓

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Eso sólo aplica sí realmente identifican ese sentimiento. Y no se confunda con mera lujuria.

8:24 a. m.

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Es increíble cómo todo se redujo a eso.

8:28 a. m. ✓✓

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Según cómo explicaron sus sentimientos. Parece que es así. Pero tampoco se les condena por ello, es normal.

8:31 a. m.

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Mmm... estoy segura que me gustas. Y que ese sentimiento entra en las ramas del amor.

8:41 a. m. ✓✓

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¿Por qué no me lo dices a la cara? Me gustaría que me lo dijeras.

8:43 a. m.

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Noooooo, me muero de la vergüenza. (Sí te lo diré, pero a mi ritmo).

8:47 a. m. ✓✓

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Jajaja, lo sé. Vamos a nuestro ritmo.

8:50 a. m.

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Y ya que estamos en el tema. Si en el futuro nuestros sentimientos cambian, no actuemos raros, por favor. Vamos a decirlo sin dar muchas vueltas.

8:54 a. m. ✓✓

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Tenemos suerte de que nosotros seamos del tipo que habla sin rodeos.

9:00 a. m.

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Continuemos así. Que la comunicación sea la base de nuestra relación :D

9:02 a. m. ✓✓

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Esa es la clave para una relación duradera.

9:04 a. m.

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Apago la pantalla del teléfono con una sonrisa. Le iba a contestar cuando llegara a casa porque hoy ya no tenía más materias.

Mis mañanas eran más entretenidas desde que comencé a hablar con Nath, era divertido encontrar huecos entre clases para mandar un mensaje. Por supuesto, éramos prudentes y responsables en nuestras actividades.

—Vamos Rebe —dijo una compañera de clases. Nos iríamos en grupo porque teníamos la misma ruta.

Asiento hacia ella y troto en su dirección, acercándome a las otras cuatro personas que esperaban por nosotras.

—¿Qué te hizo tardar tanto Aguilera? —pregunta un pelirrojo teñido, que se mudó a principio de año, se adaptó rápido a nuestro grupo.

—Se consiguió novio —responde por mí Alexandra, la chica que me llamó.

—¡¿Qué~?! —contesta atónito, parece incrédulo de un hecho así.

Pero todos miramos al pelirrojo con el ceño fruncido.

Fabian, un castaño y segundo chico del grupo, se ríe del otro.

—¿Dónde tienes metida la cabeza, Gustavo? Eso es cuento viejo.

—¡¿Por qué nadie me dijo?! —replica de forma indignada con las manos en su cintura.

Veo a Yulexis arquear una ceja y coloca una mano en su cintura.

—Porque es la vida privada de Rebeca. Y no lo vamos a estar hablando delante de todos.

—Sólo entre nosotros, y no estabas cuando lo hacíamos —agrega Kevin.

—Y porque no hace falta decirlo, de vez en cuando la viene a buscar y se nota la atmósfera de novios acaramelados —añade Alexandra.