La esperanza es lo último que se pierde. Lo escuché tantas veces que llegó un momento donde me pareció absurdo, pensaba que las personas se escondían detrás de esta frase para tratar de buscar una felicidad. Por muchos años mi padre me demostraba que era importante tener fe, pero cuando me enfrente a un mundo lleno de dolor, de injusticias, quería entender por qué seguía confiando de 5 personas que nunca han aparecido y que al parecer no les importaban en lo más mínimo nuestras vidas.
Pero ella estaba ahí, enfrente de mí, deteniendo a aquellos que estaban dispuestos a asesinarnos, nos estaba ayudando, estaba perplejo, no sabía, ya que creer. Nos sabía exactamente si están o no de nuestro lado. Pero no era mentira, y por un momento empecé a sentir pena por mí mismo. Había caído en la desesperación.
Observe como varios soldados del ejército de Bastian acercarse a tratar de detenerla, uno de ellos empuño un arma y le apunto, estaba distraída y no percataba que su vida estaba en peligro. Dude por un segundo ayudarla, pero en el fondo sentí que debía hacerlo, después de todo, le debemos la vida. El soldado estaba a unos metros de mí, pero la tierra se movía muy bruscamente que se me era imposible mantenerme de pie sin caer. Todo ocurrió en cámara lenta, disparo.
Pero las balas simplemente rebotaron. La estaba protegiendo un escudo. Logre ponerme de pie y avance hasta el soldado y logre derribarlo sin mucho esfuerzo. Observe de nuevo hacia donde se encontraba ella, pero ya no estaba sola. Un chico, más o menos de mi edad, estaba junto a ella y al parecer era él quien estaba proyectando el escudo, pues sus manos se encontraban con una especie de luz azul electrizante. Era tan impresionante, las historias que alguna vez había escuchado sobre los salvadores de la ciudad de la luz eran reales.
Poco a poco fueron cayendo, todo era caos. Vi a Phoenix tratar de soltarse de dos hombres y me dirigí a ayudarlo, pero el hombre que estaba dirigiendo al ejército me intercepto en el camino evitando que avanzara. Se lo estaban llevando, no querían hacerle daño a Phoenix, se lo querían llevar.
Pero si la chica de ojos verdes y el chico del escudo no eran suficientes para que todos aquellos presentes quedaran aún más impactados,incluyendome, una luz cegadora se extendió por todo el lugar. Después de eso apareció un hombre rubio que se acercaba a pasos apresurados a donde se encontraba Phoenix a ayudarlo. Aproveche la distracción y logre hacerle pelea al de la máscara. Lo derribé y escuche como ordenaba una retirada. Se fueron alejando, pero lo que parecía una retirada, resulto ser uno más de sus trucos sucios, pues armaron escuadrón y levantaron sus armas listas a disparar.
Ellos tres, los tres extraños que nos habían salvado la vida, se pararon enfrente de nosotros y el mismo escudo que protegió a la chica, estaba enfrente de todos nosotros, evitando que alguna bala llegara y nos lastimara. Vi el miedo en los ojos de aquellos que nos estaban atacando, como si supieran que ese podría ser su fin. Pensé que iban a acabar con ellos, uno a uno, a hacerlos sufrir, pero lo que paso fue que los dejaron ir, se montaron a los pocos coches que sobrevivieron y se marcharon.
Estábamos perplejos, nadie hizo nada, solo nos dedicamos a observarlos. El único que hizo algo fue Phoenix que se acercó a ellos. Nunca imagine estar en este lugar, estar tan cerca de los soldados de Bastian, ni mucho menos presenciar a quienes, hace unas horas, eran solo un mito. Phoenix llegó a donde se encontraban ellos y como si se conocieran de años y fueran unos amigos que hace años no se veían, se fundieron en un abrazo.
- No saben lo feliz que me hace que estén de vuelta. Están bien y eso me llena el corazón - dijo Phoenix. Su voz estaba ahogada, como si quisiera contener las lágrimas.
Se acercó a la chica y la volvió a abrazar. Ella ya se encontraba con algunas gotas en sus ojos - Gracias, siempre supe que de todos, eras la más valiente. Gracias a ti estamos vivos y los encontramos - Ella solo se dedicó a estar entre sus brazos. Parecían un padre con su pequeña hija.
- También nos alegra que estés bien, todos nosotros te extrañábamos - Le dijo que chico castaño, poniéndole una mano en su hombro.
Phoenix soltó a la chica y su rostro se volvió confuso - ¿Dónde están Iris y Zack? - les pregunto. Era cierto, nadie se había percatado que solo estaban tres de ellos y al parecer sí eran cinco como contaba la historia.
- Zack está cuidando a Iris, ella aún no ha despertado. No sabemos por qué. Escuchamos el escándalo y vimos lo que estaba ocurriendo dejando a Zack con Iris por si ocurría algo. Decidimos intervenir, pero no sabíamos exactamente quienes eran todos, no veíamos ningún rostro familiar y teníamos miedo de atacar a los equivocados, pero Ben te logro visualizar y entendimos la señales que nos mandaste - le respondió el hombre rubio.
Después de que se dieran cuenta de que no estaban solos y se percataron que habían más personas a su alrededor, Phoenix nos observó - Muchachos, me da alegría presentarles a las personas de las que solo han escuchado historias, ellos son Ben, Cristina y Aron - y sus ojos recayeron sobre mí, y eran hermosos, verdes como el árbol que ella había hecho crecer.
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