Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 4| ¿Quién será mi victima?

T A D E U S🌊🌊🌊

T A D E U S

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En casa de mi hermana Electra es normal encontrar reliquias que si se rompen pueden desencadenar catástrofes que no son vistas desde la época dorada del olimpo. Mi hermana tiene muchos objetos malditos, pero tanto su hija Paulette como su marido Malcolm saben que no deben tocar esos objetos ni para limpiarlos, cualquier falso movimiento desencadenaría una catástrofe.

– ¿Qué te trae por mi casa hermanito? – pregunta mi hermana dejando sobre la mesa de la sala un plato con bocadillos junto a la jarra de limonada.

– Te extrañaba hermanita, hace mucho que no veo a Paulette y ya que pasaba cerca de tu casa quise pasar a saludar – comento con una sonrisa algo forzada pues mi excusa era algo floja, mi verdadera razón para ir a casa de mi hermana era obtener una de sus reliquias malditas.

– Si claro y yo tengo tres ojos – comenta de manera irónica mi hermana rodando los ojos – Dime a que has venido o le diré a papá que estuviste por aquí y que algo estas planeando torpe – dándome un suave golpe en la cabeza mi hermana me mira con los ojos entrecerrados y ruedo los ojos para decirle la verdad.

– Bien te diré la verdad, necesito que me prestes alguna de tus reliquias malditas para poder hacer que una persona siga mis ordenes ciegamente y luego no recuerde nada de lo que paso – mi hermana alzo una de sus cejas y me di cuenta de que mis palabras pudieron malinterpretarse – Es para una broma, quiero darle una lección a un idiota que se sobrepasó con una amiga de la universidad – miento pero ahora me esfuerzo por que ella no se percate de mi descarada mentira y por como sonríe supuse que me ayudara.

– Si papá o tu madre vienen a preguntarme si tuve algo que ver con tu broma lo negare todo y si me descubren diré que tú me robaste hermanito – habla la castaña levantándose del sofá para desaparecer por el pasillo hasta que se mete en una puerta. Cuando veo que se va a tardar me levanto para ir hacia su oficina donde sabía que tenía un álbum de fotos de la universidad y una especie de diario donde cuenta todo lo que vivió dentro de la fraternidad.

Revisando en los estantes de sus librerías saco libro por libro mientras los voy colocando, no recuerdo donde fue que guardo su diario la última vez que lo presumió en una cena familiar. Revisando estaba tan inmerso que no escuche que alguien había entrado en la oficina hasta que ya fue demasiado tarde.

– ¿Qué haces tío Tad? – la voz dulce de mi sobrina Paulette me sorprende y yo me pongo nervioso dejando los libros que tenía en la mano.

– Hola pequeña, solo estaba quitándole el polvo a los libros – comento apoyando mi codo en uno de los estantes para parecer mas relajado y que en realidad solo estaba diciendo una sucia mentira. Mi sobrina alza una de sus cejas y entrecierra un poco sus ojos azules, ante ese acto trago saliva ya comenzando a sudar frio. Por las barbas de Zeus estoy aterrado de una niña de trece años, pero si Electra se entera que estoy tocando sus cosas sin su permiso es capaz de dejarme sin hijos. Odia que le toquen sus cosas.

– Mamá es una obsesiva con el cuidado de sus bibliotecas los limpia cada semana sin falta tío ahora, ¿dime que buscas? – viéndome acorralado expulso el aire de mis pulmones y me alejo de la estantería para susurrarle de cerca mi plan.

– Estoy buscando el álbum de tu madre y el diario que escribió en la universidad – ella asiente y camina hasta el escritorio de mi hermana donde con un pasador de su cabello abre un candado que cerraba un cajón y saca lo que estaba buscando. Extiendo mi mano para tomarlos, pero Paulette se gira viéndome de costado con los libros apretados contra su pecho.

– Alto – susurra ella viéndome con unos ojos que me dicen que algo está tramando – Te daré lo que necesitas y distraeré a mamá si haces algo por mi – medito sus palabras por unos minutos y termino aceptando, que cosa tan mala puede querer una niña de trece años.

– ¿Qué debo hacer por ti? – pregunto al ver una enorme sonrisa adornando en su rostro y algo dentro de mi me dice que me arrepentiré de hacer este trato.

– Quiero que asustes a un chico por mí, no me importa como lo hagas solo quiero verlo llorando en un video – la petición de Paulette me descoloca un poco pues ella es una buena chica y que me este pidiendo eso me resulta extraño. – Si no aceptas no te daré los libros – responde volteando su rostro para no verme.

– Esta bien lo haré – extiendo mi mano para que me de lo que estaba buscando ella me lo da con una sonrisa volviendo a ser mi sobrina dulce que conozco. – ¿Quién será mi victima? – pregunto reteniendo los libros en mis manos pues aun estaba alerta por que en cualquier momento aparezca Electra y me pesque tocando sus cosas.

– Luego te diré tío ahora vete a la sala antes de que mamá regrese – obedeciendo a sus palabras vuelvo a la sala donde rápidamente meto los libros en mi mochila y me siento como si nada hubiera pasado. Pocos minutos después aparece Electra con una caja de madera marrón que me entrega con cuidado.

– Mucho cuidado con esta cosa Tadeus, en cuanto el usuario la toque su maldición se activará y hará todo lo que le pedidas hasta que le pidas que se quite el anillo. Se adapta a cualquier mano y solo el usuario maldito puede quitársela por lo que ten cuidado con tus palabras hermanito – mi hermana acaba de entregarme un objeto que es una bomba de tiempo en mis manos y solo me dice que tenga cuidado. Electra no sigue mucho las reglas, pero tiene sus limites y ahora se los esta saltando como si nada, me resulta extraña su actitud, pero de todos modos no digo nada. Me dio lo que estaba buscando.




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