Capítulo 6| Examen de economía

T A D E U S
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Con Nova como dijo mi padre no hemos podido vernos ni siquiera nos han permitido llamarnos y es que nos han puesto una maldición a ambos para que no podamos comunicarnos de ninguna forma. Lo se nuestros padres son algo drásticos, pero no nos podrán mantener alejados por mucho más tiempo. Sin importarme mucho las palabras de mi padre o su castigo ideo un plan para llevar a cabo mi cometido de irme de la universidad de Boston. Mis amigos dudan, pero de igual forma me ayudan y tratare que toda la culpa sea mía y que ellos no tengan nada que ver. De todas formas, mi plan seria algo sencillo, pero sumamente efectivo para con mi finalidad y si lo que hare no llegaba a tener tan graves consecuencias iba a hacer algo drástico.

Guardo la caja con el artefacto maldito dentro de mi mochila y tengo cuidado de que no se vaya a abrir por accidente. Encima de la caja guardo unas sustancias que más tarde usare para mi gran broma, junto con otras cosas por si mi primer plan fracasa. Salgo de mi habitación procurando no hacer mucho ruido para que mis padres no me descubran, bajo las escaleras y me encamino a la puerta ya saboreando el aire de fuera.

- Tadeus - la voz de mi dulce madre me detiene a unos metros de la puerta - ¿Te vas sin desayunar? - respiro con normalidad y me giro a verla con una sonrisa.

- Creo que me da tiempo para el desayuno - digo acercándome a ella para plantar un sonoro beso en su mejilla. Mi madre es una mujer que se le pasa el enojo luego de un rato y tiene una paciencia infinita, aunque ayer creo que llegue al limite. De todas formas ella hoy parece estar de muy buen humor.

No puedo decir lo mismo de mi padre, el sigue con cara de chupar limones y con un mal genio mas grande que Rusia. Al momento en que me siento en la mesa sus ojos aguamarina me miran fijo como si quisiera matarme y mi madre que se percata de eso rompe el hielo.

- Hijo estuvimos hablando con Electra y ella queria saber ¿si le puedes dar clases de matemáticas a Paulette? Al parecer le esta costando un poco la materia y le preocupa que tenga que ir a clases de verano - habla mi madre dándole un disimulado golpe con su pierna a mi padre que relajo su postura.

- Yo hablare con ella, no tengo problemas en darle clases a mi sobrina - contesto de manera animada. Electra fue adoptada por mi papá y mi madre la quiere como si en verdad fuera su hija. La pequeña Paulette llama abuela a mi progenitora que se le cae la baba con sus nietas.

- Paulette deberá venir a la casa recuerda que estas castigado Tadeus - habla mi padre tomando un sorbo de su café y mi madre se cubre la cara negando. Yo lo ignoro siempre es lo mismo cuando esta enojado por algo que hice o que le paso en el olimpo. Se vuelve cortante y algo frío para tratar con todos, con el tiempo te acostumbras a ese humor infumable.

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Hans vigila la puerta, Fred me ayuda abriendo el escritorio de la profesora y yo me encargo de sacar las respuestas del examen de economía mundial. Mis amigos no están convencidos de esto y como es lógico tienen miedo de que nos pillen y que ellos caigan conmigo sabiendo que yo los obligue a ayudarme.

- ¿Amigo estas seguro de esto? - pregunta Fred cuando el cajón del escritorio estuvo abierto. Robar los exámenes en cualquier centro educativo es una falta que amerita una expulsión y con esa mancha en tus antecedentes las probabilidades de encontrar un nuevo centro educativo igual de bueno se reducen a casi cero. Lo que estaba apunto de hacer era algo realmente grave y a pesar de mis metidas de pata jamás hice nada tan peligroso como esto. Ir a la fraternidad Delta es algo que quiero pero ¿en verdad arriesgare mi desempeño académico por ello?

Abro el cajón sacando las respuestas y me las guardo en la mochila, tanto Hans como Fred niegan. Yo los ignoro y vuelvo a cerrar el cajón para salir sin que nadie nos vea y quitar el trapo que pusimos tapando la cámara. Mis amigos caminan con algo de miedo y yo no estoy ajeno a ese sentimiento. Como dije antes nunca hice algo tan grabe como esto. En cuanto salimos de la universidad nos separamos y yo fui a la oficina de la rectora de la universidad.

Entre encontrando al secretario de la rectora anotando unas cosas en unos papeles y viendo algo en su computadora. Me siento a esperar en una de las tres sillas que se encuentran frente al viejo escritorio de madera del hombre. Cuando él levanta su mirada de los papeles me mira por debajo de sus cejas pobladas de canas al igual que su cabeza.

- ¿Qué necesitas muchacho? - su tono ronco delataba que es un viejo fumador.

- Tengo que hablar con la rectora sobre unos problemas que estoy teniendo con uno de los profesores - miento pero el secretario pareció convencido y levantándose de su silla va a la oficina de la rectora Callaghan.

Fueron minutos los que el hombre estuvo con la rectora y cuando salió volvió a su trabajo sin decirme nada. Iba a preguntarle algo cuando la puerta de la oficina de la rectora se abrió y una mujer elegante apareció.

- Pasa - haciéndose a un lado en la puerta ella me deja ingresar en su oficina. Es enorme y bastante moderna contrastando mucho con el espacio de trabajo de su secretario. - ¿En que lo puedo ayudar señor... - hizo una seña para que le diga mi nombre.

- Tadeus Thálassa - le contesto - Queria entregar algo que me dio uno de mis profesores y no me parece un material apropiado - abriendo mi mochila saco con cuidado la caja y la dejo frente a la rectora que la abre. De inmediato cae en el poder de la maldición y se pone el anillo que se ajusta a su dedo. Esta en una especie de trance por lo que saco el resto de cosas que prepare para la broma. - Vas a poner este producto en tu shampoo y mañana vendrás a hecha una furia con Tadeus Thálassa - le acerco el producto que la rectora guarda en su cartera y sale del trance.