Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 17| La madre de los perdidos

B U N N I E
🌙🌙🌙

Camino a la salida del liceo despidiéndome de mis amigas, todas han estado actuando muy extraño desde la fiesta de los hermanos Wisdom, en especial Mar y Red no son las mismas de antes de ir a esa fiesta. Pero no puedo quejarme yo estuve actuando raro, esquive a Anker todo el día tenía miedo de hablar del beso que paso en la fiesta, no quería hablar con él me sentía confundida porque durante ese beso no estaba pensando en Anker. Por los rayos de Zeus estaba pensando en otra persona y ni siquiera quiero decirlo o volver a pensarlo, es decir no puedo tener estos pensamientos es un chico más grande que yo y además es alguien muy cercano a mis amigas. Maldigo a Afrodita y todo su séquito. ¿Por qué tenía que hacerme esto mucho más difícil de lo que ya estaba siendo?
 
— Bunnie – cerrando mis ojos me detengo reconociendo la voz de la persona que se estaba aproximando a mí de manera apresurada. — ¿Cómo has estado? – me pregunta Anker deteniéndose frente a mí, besa mi mejilla con un sonoro beso que me hace sonreír. Para provenir del inframundo Anker es un chico muy amable, dulce y alegre cuando lo llegas a conocer bien.
 
— Bien, estoy de regreso en casa de mi padre ¿tú como has estado y Nina? – pregunto un tanto incómoda no sabía como hablarle luego de lo que paso anoche entre nosotros. Ese beso me hizo cuestionarme muchas cosas y la primera de todas es que no estoy segura de que sienta algo tan fuerte por Anker como esperaba sentir.
 
— Ahora que te veo estoy mucho mejor moonligh, ahora iré por Nina ¿te gustaría acompañarme? – sus ojos oscuros me miraron con ilusión, como siempre lo han hecho logrando que mi corazón se encoja en mi pecho y con una sonrisa algo forzada asiento. Ir por Nina no era el problema, lo que si podía ser incómodo es que Anker saque el tema de la fiesta o de tener otra cita. Jamás debí aceptar salir con él nunca debí dejar que esto llegara a estos extremos.
 
Ambos comenzamos a caminar en silencio hacia el kinder que quedaba a unas cuatro cuadras del liceo, un trayecto que se nos hizo corto hablando de como estuvo mi visita a casa de mis padres y sobre la visita de sus abuelos a su casa hace un par de días. Hades y Perséfone imponen respeto y algo de miedo, pero cuando pasas un tiempo con ellos se te pasa la sensación de miedo, Hades dice que es lo que pasa al estar cerca de la muerte, en un principio le temes, pero cuando la aceptas el miedo desaparece. Yo nunca le tuve miedo a Hades supongo que verlo siendo tan cariñoso con Anker, Melione y Nina hizo que el miedo que debería tenerle desapareciera.
 
— Iré por Nina es mejor que nos separemos antes de que tu hermana nos vea juntos – su mano tomo mi nuca y me jalo al frente robándome un beso, no sentí nada, fue como si nunca me hubiera besado y eso me dolió por sus sentimientos. Ahora estaba segura de que no quería tener nada con Anker, no quería volverme su novia solo quiero seguir teniendo nuestra amistad, pero sabía que nada sería igual luego de que nosotros cruzamos la línea de la amistad.
 
— Hasta luego – me despido del pelinegro que se aleja en busca del salón de Nina y yo camino hacia el otro lado en busca del salón de Maddy. Casi nunca vengo por ella de eso se encarga Cintia mi madrastra, salvo en casos de emergencia donde ella me llama en cuanto salgo del liceo para que vaya por mi hermana. Por lo general ella me vuelve loca, pero no sé que haría sin mi hermanita, la casa se sentiría demasiado, vacía sin su presencia y ni contar que mi padre sería más insoportable.
 
Detengo mi andar cuando veo a Maddy en la puerta de su salón hablando con la chica que me dio la carta en la playa, mi corazón se acelera cuando veo a esa chica acariciar la mejilla de mi hermanita y corro hacia ellas. Me paro enfrente de mi hermana y la alejo de la adolescente que me mira con una sonrisa algo escalofriante. Madeline no entiende nada y toma mi mano apretándola porque estaba muy confundida con mi actitud.
 
— No sé quién seas, pero solo te diré que te alejes de mi familia o te arrepentirás – hablo en un tono bajo para que solo ella logre oírme y que mi hermana no se asuste más de lo que ya esta, tampoco necesito que le vaya a contar de esto a mi padre y él se enfade conmigo porque Maddy se vio involucrada con personas que no son de su mundo.
 
— Bunnie solo venía a hablar con tu hermanita, pero, ya que apareciste te dejo el mensaje a ti – del bolsillo delantero de su pantalón saca un sobre sellado con la misma letra que el primer sobre que ella me entrego. Tomándolo de mala gana me alejo arrastrando conmigo a Maddy que miraba hacia atrás intentando pronunciar palabras, pero no podía decir nada.
 
— ¿Quién era ella? ¿Por qué la conoces Bunnie? ¿Dónde está mi mamá? – nos detenemos en la entrada del kinder mientras otros padres salen con sus hijos. Agachándome a la altura de mi hermana la sujeto sin apretar demasiado sus brazos y hago que me mire a los ojos, está confundida y algo asustada.
 
— No te preocupes por quien es no la volverás a ver más, solo promete que no le dirás nada a tu madre o a papá – le digo acariciando su rostro y ella me sonríe asintiendo con la cabeza, me da un abrazo y yo le correspondo de la misma manera. Una mano sobre mi hombro me hace separarme de mi hermana y ver a la persona que estaba detrás de mí, con su ropa elegante, maquillaje prolijo y cabello bien peinado estaba mi madrastra.
 
— Bunnie viniste por Maddy, que considerada – con una sonrisa maternal me estaba viendo Cintia.

T A D E U S
🌊🌊🌊

La universidad al día siguiente estaba repleta de personas que no hablaban de otra cosa que no sea de la iniciación de la casa Delta con sus novatos. Nova se veía muy mal todo el alcohol que se tomó anoche le estaba pasando factura hoy y con unas gafas oscuras ella caminaba que parecía una momia recién salida de su ataúd. Apenas si podíamos hablarle y ella no dejaba de quejarse de su dolor de cabeza, ya se tomó dos tazas de café bien cargado y creo que esta a punto de ir por el tercer taza.
 
— Por los dioses se me parte la cabeza – se queja la rubia más ajeando su frente mientras le da otro sorbo a su café – Fue una buena fiestas después de todo – quiero reírme, pero no quiero molestarla más de lo que ya se encuentra bastante cansada por lo que solo me limito a negar con la cabeza. La mayor parte de la fiesta Nova se la perdió por sentirme mal y la otra parte se la paso bailando y bebiendo no se enteró de nada.
 
— Fue buena no de las mejores, pero es pasable – respondo para molestarla y lo logro cuando ella me golpea el pecho empujándome lejos, se ríe, pero enseguida se detiene cuando la cabeza le duele.
 
— No me hagas reír me duele la cabeza y aún me quedan tres horas de clase – quitándose los lentes de sol Nova me mira con sus ojos claros como el cielo, me sorprende que a nadie le resulte extraño que ella cambie el color de sus ojos todos los días. Desde que era un niño me ha gustado el color de sus ojos, me sorprendía cada que la veía porque eran cambiaban el color de la última vez que la veía y eso me recordaba mucho a mi prima Aileen.
 
— Ahora que finalmente has entrado en la fraternidad ¿qué harás? – me detengo frente a su salón y ella hace lo mismo deteniéndome frente a mí viéndome con sus ojos claros.
 
— Se viene la guerra de bromas y yo espero ser la ganadora de este año, sería una leyenda siendo la nueva y ganar en el primer año – me responde ella sonriendo feliz. Según lo que me entere por mis primos mayores cuando se abrió la casa Delta el primer rey de las bromas fue Apolión quien se lo gano a Eros, pero que estuvieron muy reñidos.
 
— Bueno su alteza espero que gane su corona – besando su frente me alejo hacia mi salón que estaba del otro lado del campus, pero como soy un buen amigo decidí acompañar a  Nova a sabiendas de que llegaría tarde a mi clase.
 
Camino apresurado por los pasillos esquivando personas que venían en dirección contraria y viendo algunas caras conocidas que ya había visto en el campamento media sangre. En el mundo de los humanos los protocolos reales de los olímpicos no se cumplen al pie de la letra, para no llamar la atención, pero en lo personal me resulta ridículo que sigamos protocolos cuando ninguno ayuda al mundo a estar mejor como para merecer seguir reinando el mundo. Siguiendo con mis pasos apresurados entro a mi salón de clases justo a tiempo de que el profesor cierre la puerta y comience con las clases. En el poco tiempo que llevo en la universidad había aprendido que aquí a nadie le gusta que sean impuntuales y yo soy una persona que tiene por costumbre llegar tarde a todos lados supongo que es algo de familia porque mi madre también se atrasa siempre.
 
Sentándome en el fondo del salón me dispongo a prestar atención a la clase no es una de mis favoritas, pero debo atender si quiero aprobar el examen que se viene la próxima semana. Estuve gran parte de las dos horas de la clase concentrado tomando apuntes, pero al comienzo del tercer hora comencé a notar que alguien me estaba observando. Disimuladamente miré en todas las direcciones en busca de esos ojos que me están poniendo tan incómodo, del otro lado del salón un par de ojos oscuros me estaba sosteniendo la mirada. Un chico de no más de dieciocho años, delgado, con cabello castaño claro y pecas surcando sus mejillas y nariz. Nunca antes lo había visto y soy bueno recordando rostros, ese chico no era de este salón y el profesor ni siquiera se percató de su presencia.
 
Apartando mi vista de él continué prestándole atención a la clase, me costó un poco porque seguía sintiendo la mirada de ese chico en mí, no dejaba de verme y eso que lo mire mal en algunas ocasiones. No sé quién rayos sea, pero de seguro que debe tener problemas conmigo no ha dejado de vigilarme desde que me percate de su presencia y ahora que finalizo la clase puedo verlo acercarse a mí mientras me marcho. Salgo del salón caminando rápido perdiéndome entre la multitud de estudiantes para no cruzarme con Nova, poco a poco me voy alejando de las personas y camino por un pasillo apartado del ojo público y me escondo al doblar una esquina. Controlando mi respiración pongo mis cinco sentidos al máximo y escucho unos pasos venir en mi dirección.
 
Colocándome en posición espero hasta que escucho los pasos estar más cerca y cuando el muchacho del salón va a doblar yo lo tomo del cuello y golpeo su cuerpo contra la pared. El chico cierra los ojos por el dolor y lleva sus manos a su cuello intentando quitar mi mano de su cuello, apretando más el agarre en su garganta lo vuelvo a golpear contra la pared antes de preguntar.
 
— ¿Quién eres y porque me estás siguiendo? - pregunto colérico y aflojando un poco mi agarre de su cuello lo muevo para que hable y el chico sonríe a pesar de que lo tengo acorralado.
 
 — Soy solo un mensajero de parte de la madre de los perdidos, me pidieron que te siguiera para entregarte un mensaje – lo suelto y el muchacho cae al suelo de rodillas donde comienza a toser y se lleva las manos al cuello buscando aire.




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