Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 22| Flechas de oro

B U N N I E🌙🌙🌙

B U N N I E
🌙🌙🌙

En la parada del autobús espero a que venga Lila para tomarnos el transporte juntas, con ella no tengo diferencias al contrario de Melione y aunque ayer haya hablado con Tadeus sé que las cosas no se solucionaran mágicamente. Conozco a mi amiga y es tan testadura como sus padres, no olvidara tan fácil el hecho de que le rompí el corazón a Anker. Jamás debí aceptar salir con él, debí suponer que mis sentimientos hacia Anker solo fueron una emoción del momento y no algo real. Estaba segura de que podría llegar a corresponderle, pero fui inmadura y apresurada, quise forzar algo que desde el fondo de mi corazón sabía que no funcionaria.

— Oye Bunnie vuelve a tierra amor – moviendo mi cabeza miro a la persona que esta montada en un jeep negro con los vidrios bajos y los lentes de sol puestos. Es Sam con su aire despreocupado de siempre, al acercarme a la ventanilla del copiloto noté que en sus asientos traseros tiene su arco y varias flechas de oro. Los mortales no pueden ver su arco o flechas tan solo los seres con sangre divina, pero sabiendo que Sam tiene sus herramientas de trabajo tiradas sin ningún orden en los asientos traseros me hace sentir miedo. Miedo de los pobres infelices que caerán bajo sus flechas, Sam tiene el don de unir a las parejas, la familia y las almas cuando se van al inframundo.

— Hola, Sam – la saludo con la mano aun sin entender que hace manejando un jeep o porque está pasando por aquí. Sam es algo impredecible, tiene el sentido del humor de su padre por lo que es demasiado inmadura mucas veces y comete errores uniendo a sus parejas mortales.

— Sube nena te llevaré al liceo y no te preocupes por Lila la llevara Melione – estirándose me abrió la puerta para que entrara y sin poder decir que no termine por subir dejando mi mochila entre mis piernas. Nunca había estado en un auto que manejara Sam, para mí fue toda una sorpresa verla manejando tan bien y hasta podía decir que me sentía más segura en su auto que en el de Mel. Siempre vamos como sardinas en latas cuando nos toca ir a una fiesta siempre tomaos atajos por donde sabemos que la policía no patrullara porque al momento del salir del auto es como el auto de los payasos.

— Gracias por venir por mí – me sentía desplazada, Mel de seguro fue por todas las demás y no quiso pasar por mí. Solo debo darle tiempo, que ella tenga su propia fase de odiarme y luego se tranquilice y podamos hablar. Me gustaría retroceder el tiempo y que nadie salga herido, pero es inevitable, Anker estaba enamorado de mí desde antes de que yo accediera a salir con él por lo que si pudiera volver el tiempo atrás lo lastimaría igual.

— No deberías sentirte mal, los sentimientos no son algo que se puedan controlar y trataste de hacer lo mejor para Anker – responde Sam contestándome algo completamente diferente a lo que yo le había dicho. — Puedo leer tu mente, te sientes mal por haber lastimado a Anker y eso me deja leer lo que piensas y tienes una mente poderosa Bunnie. Son pocas las veces que escucho pensamientos con tanta claridad como los tuyos, eres todo un libro abierto ¿y por qué no quieres que sepa lo que paso anoche con Tadeus? – sentí como mi cara comenzó a ponerse caliente, por Zeus ella indagó en mi mente como si lo estuviera diciendo todo en voz alta.

— No paso nada, pero si tu lo llegas a decir se volverá un malentendido y Melione lo malinterpretara. Me odiará pensando que no quiero estar con su sobrino porque me gusta Tadeus y no es así – le digo sacando mi brazo por la ventanilla jugando con el viento que pasaba entre mis dedos.

— Un mal entendido que dos amigos estén charlando en la playa ¿dime que me he perdido porque no puedo ver que podría malinterpretarse en esa escena? - parando en un semáforo Sam me voltea a ver colocando sus gafas de sol encima de su cabeza. Me mira con una ceja alzada dejándome ver sus ojos verdes intensos, si no estuviéramos en un auto me abría ido, pero ahora no podía escapar.

— Estando entre los brazos de Tadeus me sentí en calma, como si todos mis problemas se esfumaran y solo seamos el océano, Tadeus y yo – confieso agachando mi cabeza, llevando mis manos a los costados de mis piernas para pasar mis uñas por ellas. Estaba nerviosa no sé por qué hablar de Tadeus me ponía así de nerviosa y pensar lo que paso en la universidad hizo que mi rostro se vuelva fuego de nuevo.

— Amor las personas no son calmantes que tu puedas usar cada que te sientas abrumada, si está bien que te escuchen y contengan, pero debes aprender que por ti misma debes salir a flote. En un mar de problemas nadie te ayudara debes aprender a nadar contra la corriente o te ahogaras – volviendo a poner el coche en marcha Sam guarda silencio por unos minutos antes de comenzar a hablar – Tadeus es un gran chico Bunnie, pero su corazón lo está ocupando alguien más y sé que tu no sientes nada por él, pero si no te digo esto pronto comenzaran a surgir sentimientos que es mejor que no nazcan – giramos la calle que seguía y ya se podían ver varios autos y estudiantes frente al liceo. No quise decir nada por qué no tenía idea de que decir ante lo que la hija del dios de amor me estaba diciendo. Yo no podía enamorarme de Tadeus, es el tío de mi mejor amiga y primo de mí otra mejor amiga no puedo hacerles eso y mucho menos luego de romperle el corazón a mi mejor amigo.

— Gracias por el viaje Sam nos vemos en el almuerzo – bajando del jeep camino por el estacionamiento sintiendo miradas en mí porque era la primera vez que venía con Sam.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.