Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 39| Me gustas

B U N N I E🌙🌙🌙

B U N N I E
🌙🌙🌙

Intentando cubrir un poco mi vergüenza llevo mis manos a mis pechos cubriendo hasta donde mis manos me lo permiten mientras ambos chicos desvían la mirada hacia los costados. De todas las personas en la fiesta que pudieron verme en este lugar sola justo tuvieron que ser ellos dos. Aun con la remera mojada me la puse estaba fría, pero era eso a que ellos me vieran en brasier y no tengo intenciones de averiguar qué pasaría si hago eso.

— ¿Por qué me buscaban? – pregunto cruzada de brazos desviando mi mirada hacia otro lado no queriendo verlos a los ojos. Qué vergüenza con ambos, aunque Tadeus es la segunda vez que me ve no sigue siendo menos incómodo. Ahora entiendo por qué Melione envidiaba tanto mi vida "tranquila", antes de desarrollar mis poderes no pasaba por tantos momentos incómodos y estaba segura de que mis amigas pasaron por situaciones peores. La que dudaría que le pasaran cosas extrañas es Becca ella siempre mantiene todo en control ni siquiera sé cómo lo hace.

— Vi cuando te tiraron al agua pensé en ayudarte con la ropa mojada – la voz de Tadeus me hizo congelarme, levanté mi mirada con los ojos muy abiertos y no quería mal pensar la situación, pero mi cerebro no está en las mejores condiciones.

— ¿Quieres quitarme la ropa? – cuestionó ya con las mejillas al rojo vivo, Anker apretó los puños y Tadeus palideció como si acabara de ver a un fantasma.

— No quiero quitarte la ropa, es decir no es que no quiera, no, es decir... joder. Solo quiero secar tu ropa con mis poderes – contesta al fin Tadeus moviendo su mano y el agua que estaba en mi ropa se evaporó por sus poderes y me encontraba seca nuevamente.

— Mejor me iré, nos vemos mañana Bunnie – sin decir más nada Anker se fue dejándome con Tadeus que continuaba mirando el suelo algo avergonzado.

Yo continuaba estática en mi sitio, no sabía qué hacer o qué demonios decir, veía como mi mejor amigo se estaba yendo y frente a mí tenía a un chico que me estaba poniendo las hormonas a mil. Di un paso sin saber si iría detrás de Anker para intentar hablar con él o si me acercaría más a Tadeus. El castaño me miró y dio un paso hacia mí, podía sentir cada célula de mi cuerpo vibrar por la cercanía de Tad quise correr a sus brazos, pero algo me detuvo. Una maraña de pelos rubios pasó corriendo entre nosotros dos y luego de eso se escucharon arcadas. Sin pensarlo fui detrás de Mar que estaba vomitando en uno de los tachos de basura, a la pobrecita no le había caído muy bien la vista, un corazón roto no se repara con alcohol, pero Mar parecía no entender esa regla. La tome de su cabello y la deje expulsar todo, es desagradable, pero no podía dejar tirada a mi amiga y mucho menos en una fiesta tan grande. Tadeus no tardó en aparecer y pasando un brazo de Mar por sus hombros la cargo como la princesa que será en un futuro. Me fui con ellos viendo a mi prima bailando con Anteros y Becca, al parecer Tadeus estaba asegurándose de que su amiga estaba bien.

Termine yéndome de la fiesta con Mar durmiendo sobre mi regazo mientras temblaba en los asientos traseros, no me gustaba ver a mi amiga así, pero no podía echarle la bronca a Colín. Nadie manda en el corazón y si él había querido estar con Calíope es porque su corazón así lo quiso, por más que a Mar le duela debe aceptarlo. La casa de Melione no estaba tan lejos de la casa de la rubia por lo que en menos de lo que esperaba ya estábamos en la mansión de los Moon, baje del auto mientras veía como Tadeus cargaba a Mar que estaba desmayada. Lo ayudé con mi amiga llevándolo por la casa hasta que la acostó en su cama y salió para que yo le quitara la ropa y la dejara cubierta por sus sábanas. Le quite los tacones, su vestido, le puse su pijama y le quite como pude el maquillaje, bese su frente y me fui dejándola descansar Mar había estado bajo mucha presión últimamente.

Apoyada contra la puerta pude ver a Tadeus esperando en la puerta de su habitación, continuaba con la ropa de la fiesta y supongo que querrá acompañarme a mi casa. Ninguno dijo nada, pero poco a poco nos fuimos acercando, somos como imanes que se atraen y ese mismo magnetismo lo llevó a él a posar sus manos en mi cintura. Mis manos viajaron a sus hombros y nos miramos a los ojos, ninguno de los dos sabía que estaba pasando, pero el momento era perfecto. Siempre nos terminábamos encontrando por las noches y los tragos que traía encima me animaron a hacer lo que tanto había querido desde que rescatamos a Maddy. Hundiendo mis dedos entre su cabello lo atraje hacia mí, al tiempo que mis labios acunaban los suyos, sus manos se apretaban en mi cintura acercándome más hacia él. Nuestros cuerpos se acoplaban como si desde hace mucho se hubieran hecho para encajar como piezas perfectas. Nuestros alientos chocan contra nuestras bocas mientras buscamos recuperarnos del apasionado beso, nuestras miradas se buscan como siempre, veo en sus ojos el más precioso de los océanos y por primera vez siento que mi lugar en el universo está con Tadeus.

— Me gustas mucho Bunnie – ronroneo contra mis labios sin dejar de verme a los ojos, mi corazón estaba fallando y en mi cabeza había una vocecita que estaba chillando. Mis piernas temblaban como flan y su mirada me estaba causando tantos nervios que tenía miedo de que haya olvidado como se habla. Sus manos viajaron hasta mis mejillas donde las acarició con suavidad y beso despacio mis labios robando mi aliento. — Lo digo en serio – dejé de respirar, no sabía cómo debía latir mi corazón y mi cerebro se quedó en blanco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.