Capítulo especial| Enmendando errores

B U N N I E
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Suspiro cuando veo a Tad hablando con su padre, Adonis, Colín y el esposo de Electra en el patio trasero de la casa de los Moon, la cena de acción de gracias tocó en la casa de la mayor de los Thálassa. Ylenia estaba obstinada con intentar abrir una de las latas con duraznos para el postre, Mar estaba sentada tomando un poco de agua porque sus tobillos la estaban matando. Su primer embarazo no estaba siendo el sueño adorado como ella lo esperaba, Electra le decía a su sobrina métodos para que los tobillos se le desinflamen y mi suegra Nerea intentaba ayudar sin éxitos a su hija mayor. Paulette terminó de darme los platos que acababa de enjuagar y yo continuaba secándolos para guardarlos, los chicos cocinaron y nosotras nos encargamos de poner y levantar la mesa. Me gustaba pasar tiempo con los Moon desde que era muy pequeña siempre me abrieron las puertas de su casa como si fuera mi hogar y se los estaré eternamente agradecida, si no fuera por ellos quizá nuestros caminos con Tad jamás se hubieran conectado.

—Bunnie —chasqueando los dedos frente a mí estaba Mar, sacudiendo mi cabeza la miré estaba parada frente a mí con ambas manos sobre su prominente vientre—. Siempre que te distraes es porque algo te preocupa ¿está todo bien entre Tad y tú? —interroga ella frotando su vientre con ambas manos sin dejar de verme a la cara, no me dejaría en paz hasta que le contara en lo que pensaba.

—Las cosas van bien entre ambos Mar, es solo que estaba pensando en que me siento cómoda en esta casa y me alegra haber pasado acción de gracias aquí. Desde que Cintia y Maddy saben la verdad se preocuparon mucho por los poderes de mi hermana y no los tuvo, pero igual las cosas quedaron algo tensas en la casa —alegó volteando mi mirada a mi esposo que estaba riendo junto a sus cuñados, en mi interior volvió la calma y volví a mirar a mi amiga que me miraba comprensiva.

—Entiendo tu preocupación, pero también entiendo a tu madrastra como madre —señala su vientre con ambos dedos índices y toma una de mis manos antes de seguir hablando—. También te entiendo a ti como hermana, sé que deseabas que Maddy fuera como tu, una semidiosa y poder enseñarle tu mundo. Pero ella es una mortal, anímate a conocerla desde su punto de vista mortal y a su mamá, fui testigo de las incontables veces que Cintia quiso actuar como una madre contigo y tú la rechazaste. Dales una oportunidad de entrar a tu vida, conocerte saber que no eres solamente la hija rebelde que odia a su madrastra, su hermana le parecía molesta y su papá solo era un autoritario general. Ya no montes tramas en esa linda cabeza que tienes Bunnie, confía en que todo saldrá bien. Ahora me ayudas a cortar un trozo de tu delicioso pastel de arándanos es que a Evan se le antoja comer una rebanada desde que te vimos llegar con eso —comenta la rubia mirando con deseo el pastel que estaba en la isla de la cocina, siguiendo las órdenes de la rubia cortó un trozo del pastel, pongo algo de helado de chocolate con chips de chocolate encima y se lo doy. Mar no tarda en comerse lo que tenía en el plato con mucho gusto y saboreando cada bocado que se lleva a la boca.

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La conversación que había tenido con Mar hace un par de días me dieron ánimos para visitar a mi familia junto con Tad, les avise que iríamos y que me encargaba de llevar el postre. Con una tarta de manzanas me presenté en mi casa, como sospechaba las cosas no iban tan bien como me imaginaba, Cintia seguía estando a una distancia de mí que me hicieron pensar en las cosas que me dijo Mar. Esa idea me estaba carcomiendo la cabeza y sin esperar a que comenzara el almuerzo me levanté del sillón para hablarle a mi madrastra.

—¿Cintia podemos hablar en la cocina? —pregunto una vez que veo a Tad hablar con mi papá, ambos están enfrascados en el partido que pasa en la televisión y mi hermana estaba en su habitación hablando por llamada con sus amigas por lo que estábamos solas. Mi madrastra asintiendo con la cabeza se dirigió a la cocina conmigo pisándole los talones, quería tener esta charla con ella antes de que todo esto termine acabando con la familia.

—Tú dirás Bunnie —habla mi madrastra invitándome a sentarme en una de las bancas de la isla, siguiéndola me siento en uno de estos bancos y ella comienza a calentar un poco de agua.

—Cintia sé que jamás he sido la mejor hijastra del mundo, fui grosera, muchas veces insolente y te trate mal en más de una ocasión hasta sin darme cuenta. Quería decirte que me arrepiento de todas esas cosas y quería comenzar una nueva relación de hijastra, madrastra antes era una niña inmadura que no aceptaba que su papá olvidará a su mamá. Ahora entiendo que todo este tiempo estuve actuando muy mal, quería pedirte perdón de corazón —comentó viendo como Cintia no se mueve de su sitio, espero a que el agua termina de calentar para servirlo en dos tazas y me entregó un té.

—Bunnie no sabes cuánto alivio traen tus palabras en mi corazón, por años pensé que no te agradara por ser la nueva esposa de tu papá y por haberme embarazado de Maddy. Recuerdo cuán celosa te pusiste cuando tu papá te dijo que tendrías una hermanita y me sentí muy culpable —murmura ella sentándose a mi lado revolviendo la taza de té que desprende vapor del agua caliente—. Te perdono por todo y a partir de aquí comenzaremos una nueva historia, podemos ser amigas Bunnie. A Maddy le encantará pasar más tiempo contigo, ella te adora eres su ídola y me encantara conocerte mejor y que tú me conozcas más. Nos sorprenderemos de cuánto tiempo nos hemos perdido de no haber sido amigas antes —respondió ella tomando mi mano dándole un suave apretón, me sonrió de una manera casi maternal. Desde que se supo toda la verdad hubo un mejor ambiente en la casa, es verdad y cuando supimos que Maddy era una mortal mejoró un poco más. Pero continuaba esa bruma o barrera que nos mantenía alejadas a mí y a Cintia, hasta ahora que pude rectificar mis errores del pasado.