Los ojos de la Luna [2.2]

Capítulo 1| Montando olas

B U N N I E

B U N N I E

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Un peso cayó sobre mis piernas despertándome de forma abrupta y al ver que se trataba de mi hermanita Madeline puse una almohada sobre mi cabeza para que me dejara dormir. Pero la pequeña es persistente y por más que yo intente ignorarla ella continúo saltando en mi cama alrededor de mí. No contenta con saltar en mi cama ella comenzó a gritar logrando que el poco buen humor que tenia se esfume.

- ¡Bunnie despierta, despierta! - salta Maddy encima mío sacándome la almohada de la cabeza.

- No grites Maddy ya me levanto - incorporándome en la cama con mucha pereza me refregué los ojos lanzando un bostezo. Odio levantarme tan temprano cuando me pase la madrugada observando a la luna.

- Vas a llegar tarde Bunnie - mi hermana cayó sobre mi cama apoyando su cabeza sobre sus manitas. Los ojos claros de mi hermana me observan cuando miro mi celular viendo que son las seis treinta. Tirándome de la cama fui corriendo al baño para darme una ducha rápida.

- ¿Maddy dónde estás? - el grito de Cintia en el pasillo llamo mi atención, pero no le conteste porque tenía cosas más importantes como esperar que el agua de la ducha se vuelva caliente.

- En la habitación de Bunnie mami - escucho que grita mi hermanita por encima del ruido de la ducha. Sin prestarle más atención me baño mientras pienso en la ropa que tengo en mi armario. Como el día fuera parecía ser agradable opte por ponerme una falda de jean con botones al frente, una blusa blanca de tirantes y un par de zapatos blancos.

Vistiéndome apresurada voy corriendo de un lado a otro buscando mi mochila y el peine que estoy segura que Maddy se lo llevo.

- ¿Madeline White estuviste tocando mis cosas de nuevo? - grito al encontrar mi mochila y voy directo a la habitación de mi hermanita. El rosa pastel me ataca al igual que la enorme cantidad de muñecas feas que están por toda la habitación. Maddy no podía ser más igual a su madre Cintia, se ve como una muñeca de porcelana, habla con voz dulce y su mirada es como la de un corderito recién nacido. Encuentro lo que busco encima de su mesita donde juega a la hora del té, peinándome mientras corro escaleras abajo me topo con mi padre.

- Más despacio princesa - reteniéndome con sus manos sobre mis hombros mi padre besa mi frente como saludo de buenos días. Mi padre es algo estricto, un hombre duro que aprendió con los golpes de la vida que ser padre de una semidiosa no es fácil. El aspecto de mi progenitor puede llegar a intimidar un poco, es alto con una musculatura marcada, cabello café y ojos de color gris. Es amoroso como padre, aunque siempre tuvimos un pequeño conflicto acerca de mi madre.

- Llego tarde papá nos vemos luego - dándole un abrazo corto salgo corriendo a la puerta de la entrada sin llegar a despedirme de Maddy o de mi madrastra. Ajustando la mochila en mi espalda voy directo a la esquina donde una linda chica vestida como hippie me está esperando.

- Buenos días florecita - saludo a la castaña cuando llego a su lado dándole un fuerte abrazo. Lila Rose es otra de mis mejores amigas hija de la diosa Deméter y una chica inteligente, dulce y que ama al planeta tanto como su madre.

- Buenos días Bunnie pensé que no vendrías estaba a punto de irme - entrelazando nuestros brazos comenzamos nuestro camino al liceo a paso apresurado seguimos unas calles más para llegar a la parada de autobuses.

Al llegar al liceo esperamos a las demás chicas que no tardan en aparecer, y junto a ellas debería aparecer Anker. A él no lo había visto desde ayer en la noche cuando me beso y yo me fui corriendo sin querer escuchar sus explicaciones. Tampoco quise recibir ninguna de sus llamadas ni contestar sus mensajes porque simplemente estaba confundida. Lo que paso en mi habitación ayer fue un simple error que no debería repetirse de nuevo.

La primera en llegar es Mar que corrió a abrazar a Lila apenas la vio. Hablaron un poco y entramos caminado juntas hasta que nos separamos por que nuestros casilleros estaban juntos. Nunca fui muy creativa por lo que a la hora de decorar mi taquilla hice algo sencillo. Cortando esferas de espuma hice el sistema solar en un fondo negro con pequeñas manchas azules, violetas y rosas. Pegue estrellas de brillantina y pinte planeta por planeta, en eso admito que me ayudo Anker si no fuera por él las esferas de espuma no se parecerían en nada a planetas.

- Hola Bunnie - mis libros se caen por el susto que me causo la voz de Melione en mi oreja. Escucho su risa mientras abre su taquilla a mi lado.

Al contrario de mi Melione tiene creatividad y su taquilla lo demostraba. Estaba cubierta de papeles de libros con capítulos que a Mel mas le gustaron - obviamente son una fotocopia - y las pego en su taquilla. Le pidió a una de sus compañeras de clase de arte que le pintara un árbol sin hojas y a una chica columpiándose debajo de ese árbol. La chica lo hizo con pintura negra y es una de mis taquillas favoritas, después de la de Zarahi ella la pinto de negro y pego el nombre de muchas marcas, en las de maquillaje pego un producto de la marca.

- ¿Qué clase tienes primero? - pregunta la princesa del inframundo retocando su maquillaje en su pequeño espejo dentro de la taquilla.

- Química ¿a ti que te toca? - cierro mi taquilla con cuidado y espero a que me respondo revisando las notificaciones de mi celular.

- También química, lo que les falta a ti y a mi sobrino - comenta de manera burlona Melione cerrando su taquilla de golpe. Deje el celular de lado y mire a la princesa con cierto enojo, siempre nos han molestado a Anker y a mi por nuestra amistad con chistes como este. Con lo que paso anoche no quiero ilusionar a Anker porque no quiero lastimarlo.




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