Los Secretos del Joker

Capítulo 16

Caminaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera notó el carro que lo había seguido toda la madrugada, ni a la figura que, oculta entre las sombras, entró tras él al cementerio.

«Demasiado», todo lo que había pasado era simplemente demasiado… —en las últimas horas se había desbaratado a tal grado su mundo que el instinto de supervivencia bloqueaba en su cabeza cualquier otra intento de pensamiento que no fuera ella.

Para cuando sus pies salieron del cementerio ya casi rayaba el alba; y poco a poco se despertaba su conciencia...

¿A dónde iba? ¿Qué estaba haciendo? No tenía derecho a...

Sus ojos divisaron la casa detrás del cementerio y todos los reproches sucumbieron ante la necesidad humana de buscar refugio; de esconderse en el lugar que el trozo de alma que en él persistía identificaba como seguro.

Caminó hasta llegar a su ventana

Frenó de golpe al captar su mano extendida. Le dolió más que nunca no tener el derecho a abrir la ventana y entrar a abrazarla mientras dormía

«Me vas a odiar, Rachel» —le había prometido; y se odió aún más por saber que lo había cumplido.

—Quizá es una idiotez, pero aunque la lógica me dice que estás durmiendo, algo dentro de mí me exige que hable; y por primera vez quiero hacerlo, necesito hacerlo; aunque no deba, aunque se suponga que tenga que guardar el secreto; aunque supuestamente si callo, logro justo lo que te mantendrá a salvo: mantenerte lejos... pero soy tan egoísta que no puedo aceptar la idea de dejarte ir sin hacer al menos algo tan tonto como esto... Así que aquí estoy, complaciendo a mi alma, o intentando engañarla, porque creo que sólo le estoy hablando a tu ventana...

Su cuerpo empezó a temblar de tal modo ante el aluvión de palabras que inundaron su cabeza que se vio forzado a inclinarse hasta apoyar los brazos y frente contra la ventana.

—Esta noche... yo... Dios... es tan difícil hablar de esto... —masculló— no quería hacerte..., de verdad, te lo juro...

¿De verdad no quería? ¿O el problema era que lo había querido demasiado? —le reprochó su conciencia

—Y prefería arrancarme las manos antes de tocarla a ella; pero tenía que hacerlo... es algo así como un entrenamiento... —siguió hablando sin prestar verdadera atención a lo que decía, solo soltaba a trozos las verdades que primero le venían— La profesora de física es una "daemon". Está en la escuela con el objetivo de vender la tentación de lo prohibido... atraer a posibles chicos ángeles, comprar silencios y entrenar a catadores principiantes...

Simples títeres sin voluntad ni emociones, diseñados para arrancar la voluntad de otros, eso es lo que eran.

— ¿Sabes por qué nunca he tenido novia? Porque sólo me imaginaba contigo y porque al mismo tiempo no puedo, no se me está permitido... No me lo permitía ni yo, ni ellos...

Se rió de sí mismo, que equivocado había estado al creer que él había tenido poder de decisión en algo tan insignificante como eso.

—Pero eso cambiará apenas termine mi entrenamiento, se me asignará una "posible novia" para "joderle la vida..." Yo no tengo vida, Rachel, y demostrar que te quiero es lo mismo que joder la tuya; porque si descubren que eres importante para mí... Estarás automáticamente maldita, coño, maldita…

Tuvo que apretar los dientes para no gritar allí mismo, pero lo que sí no pudo evitar fueron los sollozos que salieron de él al reconocer que había perdido.

—Luego del caos que formé en el Árbol, mi padre decidió que ya era tiempo de que me entrenara como "catador de ángeles"; esta noche era mi primera lección. Me daba tanto asco tocar y besar otro cuerpo que no fuera el tuyo, que drogarme buscando engañar a mi mente con la esperanza de que se creyera que eras tú la que estaba allí conmigo, fue la única solución cobarde que encontré; como siempre: cerrar los ojos y avanzar mirando para otro lado... Aun así, no pude hacerlo, no pude mirarla en ningún momento y menos posar mis manos o mi boca sobre ella, no importaba lo que hiciera. Se suponía que yo tenía que aprender a incitar y a tentar, pero ni aun con las drogas y el afrodisíaco podía hacerlo.

»Cuando prendí la luz y apareciste en el aula creí que me había vuelto totalmente loco, lo suficiente como para imaginarte allí, conmigo; porque era imposible que estuvieras allí verdaderamente. Era más fácil creer que había caído inconsciente y que eras un sueño, a enfrentar las razones por las que podrías estar ese día y a esa hora en el internado... Sentí tanta rabia y odio hacia todo, hacia mí, hacia tu imagen por tener el poder de destruirme, hacia la "daemon" que supuestamente me seducía intentando engañarme utilizando la imagen de tu cuerpo…, que quise castigarla, castigarnos. Me abandoné a mis más bajos instintos...«

¿Era así de verdad? —pensó mirando sus temblorosas manos— no, había algo más, y ya no tenía caso seguirlo negando.

—No me justificaré con la droga porque ella solo liberó la parte de mí que más escondo, esa que me gritó más fuerte que nunca su presencia cuando sentí tus lágrimas en mi boca confirmándome que no eras una ilusión, que estabas allí, y que el monstruo que soy te estaba haciendo daño...

...

«Monstruo» —repitió Rachel convocando su memoria



#5630 en Thriller
#3190 en Misterio
#22468 en Novela romántica
#3735 en Chick lit

En el texto hay: misterio, dolor, amor adolescente.

Editado: 13.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.