Los Secretos del Joker

Capítulo 17

— ¿Son novios? ¿Acaso están usando mi casa para tener "sexo", jovencitos?

—¡¡¡No!!!

Rosa reprimió una sonrisa al ver como negaban a coro los dos chicos.

Se alegraba de hacerlos reaccionar; a pesar de encontrárselos abrazados, habían estado muy distantes el uno del otro desde que los había despertado, peor aún, parecían estar perdidos dentro de ellos mismos...

— No a qué... —preguntó manteniendo su careta de abuela autoritaria

— No a todo... —masculló Rachel sin mirar en ningún momento a Carlos.

—Hmm —no los iba a dejar escapar tan fácil— ¿saben esta historia de “la abejita que polinizó a la florecita”? pues verán, no es buen tiempo para que hayan capullitos así que...

—¡¡¡Abuela!!!

Esta vez Rosa no pudo evitar una carcajada. Rachel la acribillaba con los ojos y Carlos ni siquiera levantaba la cabeza, sus orejas rojas eran una clara señal de lo avergonzado que estaba; al menos allí, siempre había sido un chico tan amable y transparente...

— No dejen que el mundo les gane, chicos... —habló con voz cargada— muchas veces el mundo es un lugar horrible, volviéndonos horribles a nosotros mismos. Todos en algún momento hemos dañado a quienes amamos...; pero es el odio y la falta de perdón lo que de verdad hace daño... A veces estamos tan acostumbrados a ver lo malo del mundo, que perdemos la capacidad para ver lo hermoso; como por ejemplo, los amigos... y no porque ese amigo sea alguien que no nos haga daño, sino porque es alguien que no nos falla cuando más lo necesitamos... Valoren eso, y expriman al máximo los momentos de respiro...

El silencio se instaló en la cocina por un momento.

No sabía qué les había pasado o qué había pasado; pero aun así tenía miedo, miedo ante eso que se le escapaba a ella y a la vez parecía destruirlos.

Por eso quería que entre ellos todo estuviera bien a pesar de todo; porque todas las otras veces que se habían roto sus mundos, justo como la noche anterior, se habían refugiado el uno en el otro, y no quería ni imaginar cómo podrían salir las cosas si no tenían al menos eso...

Su anciano corazón la llevaba a querer proteger la parte más frágil de su nieta  a pesar del peligro. 

Una vez los habían alejado, y justo ella no había sido capaz de sostener a su nieta cuando murió Rebeca.

Ella había perdido una hija, sí, pero su pequeña comadreja había visto agonizar a su madre a la temprana edad de 10 años; no había sido capaz de verlo en ese momento y se culpaba por ello... 

Si no fuera por el chico de semblante triste que tenía justo al frente, no sabía qué  hubiera sido de su pequeña, y por lo tanto, de su extraña familia; por eso alentaba la relación de los chicos, porque de una forma retorcida, había entendido que sólo eran capaces de salvarse si permanecían juntos. Los errores del pasado eran irreparables, sólo quedaba el futuro, uno que les pertenecía sólo a ellos, no para esconderse, si no para enfrentar lo que los ponía en peligro.

—¿Puedo quedarme aquí hasta mañana? —preguntó finalmente Carlos dejando ver la vulnerabilidad en sus ojos verde musgo.

—Claro, comadreja —extendió sus venosas manos por encima de la mesa hasta atrapar las de Carlos entre ellas —de seguro sabes que Jorge estará en la ciudad este fin de semana, así que su pequeño secreto estará, como siempre, a salvo conmigo.

No le pasó desapercibido el gesto tenso de su nieta

—¡Pero nada de besuqueos ni abejas intentando polinizar flores en mi casa!

—¡¡Abuela!!

—Jum, abuela, abuela... —salió resoplando Rosa, de la cocina —ya veremos, ya veremos...

...

Silencio, otra vez el incómodo silencio, pero ¿qué hacer? La abuela había dicho muchas cosas, sin embargo, nada de eso cambiaba cómo se sentía.

Además, ¿qué era eso de Carlos de querer quedarse hasta el domingo?

Si no quería dirigirle la palabra si quiera para intentar aclarar todas las cosas extrañas que le había soltado la noche anterior ¿Cómo podrían soportarse por otras 24 horas?

—Me gustas mucho, Rachel —lo escuchó hablar— desde hace mucho tiempo, no tiene caso ocultarlo más, no después de...

Las palabras flotaron entre ellos anonadándola por un momento. Sintió sus mejillas calentarse y no pudo evitar el impulso de pararse para poner aún más distancia entre ellos.

Siempre que se habían besado había existido un factor extra que podría considerarse la verdadera razón del beso; al menos para él, Carlos siempre había estado drogado o vulnerable por algo más y siempre al final la había rechazado... Así que, que él le dijera eso totalmente consciente, sin que hubiera alguna situación extrema de la que quisiera escapar, simplemente era más de lo que ella podía asimilar.

—Me basta con saber que estás en un lugar para que mis ojos se vuelvan locos buscándote. Te veo, Rachel, todo el tiempo, incluso cuando no quiero hacerlo; sobre todo allí, donde parezco más distante...

Rachel levantó la cabeza y se topó con esos ojos verde musgo que la miraban de una forma tan intensa que involuntariamente se le aceleró el pulso, no pudo mantenerle la mirada.

—Odio que cualquier otro que no sea yo te hable o siquiera te toque —continuó hablando Carlos con un tono de voz cada vez más cargado y susurrante— me duele saber que ellos pueden y yo no, coño, yo no... Yo no aunque me muera todo el tiempo por hacerlo, aunque todo el maldito tiempo quiera correr a besarte.

Rachel tenía que estar viviendo una realidad alternativa, sí, era eso, debía haber aterrizado en un mundo paralelo o algo de eso, uno donde pasaban cosas sobrenaturales, porque de otro modo ¿Cómo era que Carlos estaba allí, parado a escasos centímetros de ella cuando hace nada hubiera jurado que lo había dejado sentado a la mesa?

—Justo ahora tengo tantas ganas de tocarte... —le susurró inclinando su rostro sobre el de ella hasta quedar casi a la altura de sus ojos, increíblemente cerca de su boca pero sin rozarla si quiera— quiero extender mis manos y acariciar tus mejillas, tu cuello; introducir mis manos por debajo de tu blusa, descubrir primero con ellos el camino de tu piel hasta llegar a tus senos y acunarlos hasta sentirlos desbordarse entre mis dedos, me pregunto cómo se sentirá la piel sensible y endurecida de tus pezones...



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En el texto hay: misterio, dolor, amor adolescente.

Editado: 13.05.2022

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