Los Secretos del Joker

Capítulo 44

—Sería exponerte demasiado... —la advertencia de Hugo, su guardaespaldas y mejor amigo, le hizo recordar lo que ya sabía.

Sin embargo...

—Lo haré, la necesito —respondió escueto sintiendo cómo se le comprimía el pecho ante la eminencia de lo que había anhelado por tanto tiempo.

Apenas la vio lo supo, era ella a quien había estado buscando...

Aunque nunca esperó encontrarla en las condiciones en las que lo hizo ni los problemas que esto traería consigo.

Ser caballeroso, delicado, seduciéndola poco a poco hasta comprar el corazón de la chica que se llevaría consigo había sido el plan desde el principio, uno que se fue por el caño desde el momento justo en el que había visto las fotos junto con toda la historia que la envolvía, pero aún así no se amedrentó, viajó hasta allí para conocerla y a pesar de todo lo que encontró, no se arrepentía.

Clarissa no era frágil, a pesar de estar todo rota por dentro, sus escombros estaban rodeados por gruesas murallas.  

Necesitaba tener de base algo más fuerte que la relación amo-esclava si quería atravesar sus barreras, lo único que se le ocurría, era empezar ganándose al menos su agradecimiento.

—Esto es una locura, Dante —se atrevió a hablar otra vez Hugo— no creo que sea necesario llegar tan lejos, esa chica... sabes que tendrás que involucrarte más de lo que...

—Puedo hacerlo —lo cortó temblando por dentro.

Sería más difícil, más costosos, debía dar más de él y correr riesgos que no había planificado, pero podía manejarlo, lo estaba haciendo.

¿De verdad podría? Empezaba a dudarlo, la verdad siempre lo había hecho.

En una guerra donde compartías el mismo talón de Aquiles que tu enemigo ¿que probabilidades tendrías de ganar o de caer también en tu propio juego?

***

 

—¡¡Villanueva!! ¡¡Tiene 5 segundos para salir de aquí!! —Rachel saltó en el asiento al escuchar el grito alto y claro de su jefe superior inmediato.

Lo vio caminar hacia ella con pasos enérgicos y el rostro fiero, mientras esquivaba a las asustadizas voces que no sabían bien cómo abordar a un Teniente de su carácter.

El hombre cano arrugó el rostro y ralentizó los pasos al observar los ojos enrojecidos de su suboficial.

—Señor… —Rachel carraspeó antes de atreverse a hablar haciendo el gesto de saludo

—¿Qué pasa, muchacha? —las palabras que antes salían duras, esta vez salieron suaves casi asustadas, Rachel no pudo evitar pensar en su padre —¿Por qué estás aquí? Esto es una locura, no voy a permitir…

Se le cortaron las palabras al sentir los brazos femeninos envolviéndolo repentinamente.

—Por favor, teniente, déjeme aprovechar esta oportunidad… me será evaluado como ejercicio final, todo saldrá bien, puedo hacerlo.

—No, Rachel… Esto una violación del Protocolo en muchos sentidos, ¿Sólo dos patrullas para proteger la transportación de una mercancía como esa? ¿Qué clase de disparate es ese? y tú ¿por qué poner a un transitorio al frente de una operación como esta?

—Confía en mí, por favor —volvió a rogarle ella.

—Teniente Brongel, no debería estar aquí si no se le ha llamado —Rachel afianzó su agarre al reconocer la voz de Alfredo —sub-oficial Villanueva, reincorpórese.

—Esto no tiene nada que ver con ustedes, ella es mi subalterna y yo determino que no puede hacerlo.

—Para este caso se ha creado un equipo especial junto con la policía de la república, uno al que usted no pertenece, no así ella— refutó Alfredo— mientras pertenezca a este equipo, Villanueva está relegada de sus servicios.

—Las patrullas… ni piense qué…

—Todo el proceso se ha llevado con absoluto sigilo, es un gasto innecesario de recursos proveerle mayor protección a una carga fantasma, el éxito de la operación además de la integridad de su sub-oficial está totalmente garantizada, eso sin contar que esto es una oportunidad única para ella… Si tiene alguna queja procésela con su capitán, ahora retírese, está entorpeciendo con una operación que es seguridad de estado, si algo pasara, sería usted uno de los principales sospechosos.

A Rachel se le apretó el corazón al ver como el teniente arrugaba el rostro antes de voltear hacia ella con impotencia y darse la vuelta por completo para salir a paso raudo. El corazón le latió con fuerza en el pecho, detrás del hombre inflexible y recio, había alguien que se preocupaba por ella, alguien a quien no podía permitir que intentara salvarla si no quería que se cometiera la misma tragedia de hace años.

—Rachel… —se le enfrió el alma al sentir como los dedos de Alfredo se aferraban a su brazo— por favor, cuídate.

Ni se molestó en asentir o virar el rostro para verlo, sentía tanto odio y asco hacia él que sabría no podría limitarse a mirarlo a los ojos. Zafó con un simple movimiento el agarre y caminó hacia donde antes la estaban preparando.

 

Alfredo observó con ojos turbios cómo Rachel se montaba en el camión luego de que lo hiciera el camionero. Suspiró expulsando el aire lentamente en un vago intento por calmar toda la ansiedad que golpeaba su cuerpo

No hay de qué preocuparse —se dijo a si mismo mientras veía salir la caravana— todo saldrá según lo planeado, ella no está en verdadero peligro no lleva más que un señuelo…

El sonido de una notificación interrumpió sus pensamientos.

“El segundo camión no ha salido —las manos empezaron a temblarle con solo leer esto— Carlos logró abrir de algún modo la oficina de Karel y está ahora mismo en el Purgatorio”

—Rachel… —exteriorizó alarmado, ¿qué podría significar que Carlos no se ciñera al plan trazado? Peor aun ¿Por qué justo ese día había abierto las puertas de una oficina que ellos habían intentado forzar por tantos años?

La desesperación lo hizo sacudirse de pies a cabeza, no podía pensar en nada más que en encontrar a Carlos, aunque para ello tuviera que entrar él mismo al Purgatorio



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En el texto hay: misterio, dolor, amor adolescente.

Editado: 13.05.2022

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