—Esto ha sido ridículamente sencillo… —Carlos bufó al escuchar la voz incrédula de Juan a través del pequeño aparato que llevaba en el oído.
Pulsó el interruptor que cerraba las puertas de acero y observó al hombre inconsciente en el piso: estaba vivo, aunque si no paraba la hemorragia quizá no lo estuviera por mucho tiempo.
Se acercó a él para vendarle de forma improvisada el hombro y le puso el suero que previamente llevaba preparado en la mochila; no le daría una salida tan fácil como la muerte, Alfredo tenía que pagar en vida.
—Deberías dedicarte a la enfermería cuando se cierre el negocio —volvió a hablar Juan con voz burlona— aunque a juzgar por la visión que tengo ahora mismo de tus… “posaderas” bien podrías trabajar de stripper o como damo de compañía…
—Cállate, idiota y dime si lo tienes—rechistó alejándose de Alfredo y examinando el rasguño que la bala de éste le había hecho en el brazo— bien sabes que no fue cosa fácil hacer que el maldito se atreviera a entrar al Purgatorio, mucho menos que confesara todo eso
—Y que lo digas, sin dudas tu amiguita Rachel es una tacita de oro…
La voz burlona de Juan provocó que el arrepentimiento le oprimiera el pecho.
—¿Cómo está ella…?— se atrevió a preguntar recordando lo que Alfredo le había dicho.
— ¿Te importa ahora?
Ese había sido el plan desde el principio, usarla para presionar a Alfredo, volcar en su contra su propio juego, destruirlo todo al precio que fuera, pero al final las cosas se le habían torcido en algún punto del camino, variando sus intereses junto con ello, tal como había temido…
El silencio se mantuvo por unos minutos en la línea hasta que Juan volvió a hablarle a través del pequeño audífono.
—Siento decepcionarte, amigo, pero El Joker solo tiene cámaras en el internado y en todos los Niveles del complejo Terra, así que ni idea de cómo estará “la princesa”, ya le mandé un mensaje de alerta a Mateo, tú solo concéntrate en salir de ahí de una sola pieza, tienes aproximadamente 30 minutos antes de que llegue la policía, los videos estarán por toda la red en 15…
Asintió sabiendo qué significaba eso y activó en el comando de la puerta el conteo regresivo.
Los servidores del Joker habían volado por los aires aquella vez hacía años, pero las cámaras tenían un sistema aparte que recopilaba la información en discos salvas en la oficina que Karel tenía en el Purgatorio, una a la que nadie más había podido entrar desde que fuera arrestado; y no solo eso, si no que cubrían más áreas de las que los demás sabían.
«Guarda el Secreto o hazlos partícipe de ellos»
Karel había recopilado secretos de todos sus socios para asegurarse cierta garantía, se lo había confiado a Carlos cuando pidió verlo un par de meses antes de eso, mejor aún, las cámaras seguían activas guardando pruebas sobre los socios antiguos y nuevos, excepto Alfredo, la rata que apretaba tras bambalina…
Igual Karel no había mandado los códigos hasta ese día, después de todo, los secretos que se guardaban allí los enterrarían a todos de por vida. A Carlos no le importaba eso, solo quería que las cosas acabaran bien para las personas que quería.
Se giró despacio hacia la pequeña cámara y habló sin miedos ni arrepentimientos.
—Hola a todos, mi nombre es Carlos Sánchez Correa, y estoy aquí para denunciar los actos de homicidio, prostitución, drogadicción y tráfico de personas que apañan gran parte de nuestros gobernadores y policías. Los videos que verán son verídicos, el Purgatorio existe y ocupa 4 niveles subterráneos bajo la famosa cafetería “El Edén” ubicada al suroeste de la capital, en el poblado “Dos Caminos”. Por años, cientos de adolescentes han sido manipulados para beneficio y satisfacción de unos pocos, el famoso preuniversitario al que mandas a tus hijos es la principal cantera; una vez le dimos información parecida a la policía, pero el oficial que ven detrás de mí, mató a su compañero: Jorge Villanueva y desapareció las pruebas, hoy el Purgatorio es más fuerte que nunca, no dejen que los implicados vuelvan a salir inmunes, es hora de exigir justicia… —terminó y apagó la cámara
Se acercó hasta los estantes buscando el pasaje secreto que le permitiría salir de allí antes de que llegara la policía. Entró al pasadizo justo antes de que la estantería volviera a su lugar y caminó intentando despejar su cabeza. En 25 minutos las puertas se abrirían de forma automática, justo a tiempo para la llegada de la policía. La verdad no creía que pudiera huir por mucho tiempo, pero en ese momento tenía otra prioridad: sacar a Clarissa.
—Carlos… —la voz titubeante de Juan lo puso en alerta —Clarissa no está en su habitación, ni en ninguna parte del complejo Terra... alguien debe saber de las cámaras y debe tener acceso a ellas, no me han impedido hacer nada pero está claro que cortaron los videos que pudieran darnos alguna pista de si ella salió por si misma o si…
—Hoy es la subasta, estaba encerrada, no pudo haber salido por ella misma —recapacitó intentando procesar lo que Juan le decía.
Corrió hacia allá mientras sentía que se le iba a reventar la cabeza. Se topó en efecto con una habitación vacía, sin guardias, sin ella…
—Hay algo más… —la voz lúgubre de Juan volvió a tensarlo de pies a cabeza— Mateo me acaba de informar que Rachel no quiso bajarse y…
—¡No!—logró gritar sin ser capaz de seguir procesando lo que le decía.
Giró sobre sí mismo con sentimientos divididos, otra vez ¿Rachel o Clarissa? Ambas… ambas tenían que estar bien, tenían que estar vivas
Una presencia en particular lo detuvo en seco y en solo segundos le apuntaba a la cabeza justo como el otro amenazaba la suya.
—Siempre fuiste tú, ¿o no, Vil…? —escupió con desprecio— Lo que no logro entender es ¿qué quieres? ¿Cuáles son tus motivos, Vil?
Villén bajó el arma mientras le brindaba una sonrisa vacía.
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Editado: 13.05.2022