CAPÍTULO 17
Estábamos preparados para ir a enfrentar a los Black Holes y rescatar a nuestros amigos; tenía miedo, pero miedo de perder a Kaus y Alpherg sin haber hecho nada, sin haberlo intentado... En mi corazón se introdujo el deseo de proteger a mis estrellas aún si eso me costara la vida, era un deseo que iba más allá de la razón y más adelante les contaré de dónde surgió aquello.
Ninguno de nosotros esperamos que Alpherg apareciera de repente trayendo a Kaus a cuestas, casi desmayado. Corrimos en su dirección cuando logramos reconocerlos y dos de los chicos le ayudaron con Kaus, trayéndolo hasta la Tienda Mágica.
—¿Qué pasó? ¿Cómo es que lograron escapar? —Inquirió Dabih.
—Bueno, no sabría decirles, yo... Nosotros despertamos en un terreno baldío y no había nadie más allí —contestó Alpherg—. Lo último que recuerdo antes de eso es que me llevaron hasta el Hades y efectivamente, allí está Ton. Luego me obligaron a tomar el suero del durmiente. Creo que a Kaus también se lo dieron.
—Sí, pero no antes de ver a Ton adsorber la luz de Spica —añadió Kaus, ladeando la cabeza y con la vista hacia el suelo—, fue tan horrible verlo sufrir hasta desaparecer. Este Ton no es el mismo que conocimos, ahora tiene mucho poder, tanto como para absorber nuestra luz en cuestión de horas.
—¿Y no escucharon qué planean? —Zuben tenía los brazos cruzados sobre su abdomen.
—Yo no oí nada —replicó enseguida, Alph.
Miramos a Kaus, que se estaba incorporando y dijo:
—Lo único que sé es que quiere a Maia y no va a descansar hasta conseguirlo.
Con la repentina llegada de los chicos no obtuvimos mucha información de los planes de nuestro enemigo, sin embargo, nos dejaba en claro que Ton parecía ser invencible para nosotros, en especial para mí y yo era su objetivo.
Se decidió que se mantendrían vigilantes a mi lado y que la única forma de estar a salvo sería descubrir a quién amaba realmente en esta vida y completar la fusión antes de que los Black Holes se salieran con la suya.
Pasaron unos días en los cuales estuve obligada a asistir al colegio, como si nada grave estuviera pasando; los chicos parecían ser mis guardaespaldas, ¡no me dejaban sola ni un segundo! Bueno, solo cuando tenía que ir al baño, en fin... Para suerte de todos nada raro pasó durante esos días. Creo que gracias a Skat, algunos de mis agresores potenciales tenían miedo de meterse conmigo, bueno, creo que tenían miedo de ser expuestos ante los demás y por eso evitaban a toda costa acercarse a mí, cosa que ayudó a que sus seguidores también dejaran de acosarme.
—¿Cómo perdí mi luz en las vidas pasadas? —Le susurré a Skat mientras nos dirigíamos a mi casa.
—No sé si sea prudente de mi parte decirte.
—Es que al recordar mi primera vida pude saber que perdí la vida en los brazos de Spica, pero no sé cómo y eso me tiene la cabeza dando vueltas. Ya no quiero más secretos, por favor.
Me miró, dudando de lo que debía hacer y luego hizo un gesto de alguien que se da por vencido.
—Bien, tú ganas... Te contaré. ¿Por dónde empiezo? Eh... ¡Ya está! —Chasqueó sus dedos—. Maia, primero déjame explicarte algo para que puedas entender la razón por la cual has perdido tu luz seis veces. El universo fue creado por dos fuerzas: La luz y la oscuridad. Las partículas del espacio pasan a la segunda fase por dos medios: Vienen a la tierra con naturaleza de oscuridad y con siete oportunidades para desarrollar la luz; así como nosotros siete que en alguna de nuestras vidas hicimos algo digno de un ser de luz y por eso pasamos a la fase tres. Y la segunda forma es como tú viniste: siendo una partícula elegida por una estrella y teniendo naturaleza de luz gracias a nuestra esencia. También se tiene siete oportunidades, pero no para desarrollar la luz, sino para mantenerla, que viene siendo igual de difícil. En fin, ambas formas son necesarias para poder progresar. Un Black Hole poderoso puede absorber la luz de una estrella en fase tres para obtener más poder, por eso cada estrella en fase tres pertenece a una constelación ajena para así estar protegida de esos terribles acontecimientos.
—Me siento culpable... Si Spica no hubiese venido, estaría en su constelación a salvo —murmuré con tristeza.
—No, no es tu culpa... Eras su alma gemela, por ende, él estaba obligado a protegerte aún a costa de su existencia. Nosotros te elegimos para formar una constelación, y si tú logras pasar la fusión, ya no importará si desaparecemos, porque tú siempre llevarás una parte de nosotros dentro de ti.
Le eché una mirada, dándome cuenta de que Skat podía saber lo que sentía y, anteriormente había pensado que sería horrible que otro pudiera conocer a ciencia cierta lo que siento y los deseos de mi corazón, sin embargo, no era tan malo, pues, había alguien que a pesar de todo podía comprenderme, bueno, creo que me agradaba solo porque se trataba de Skat.
—Lo siento, te interrumpí. Puedes continuar —musité, acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Tranquila —sonrió levemente—. ¿Por dónde iba? Ah, sí... Los Black Holes principiantes no pueden absorber la luz de una estrella, por eso vienen a la tierra a procurar la luz de los humanos y de esa manera ir obteniendo cada vez más poder. La diferencia es que ellos no pueden robar la luz de un humano, solo puede ser cedida por el portador. Antes de la fusión de un humano, los Black Holes intentan hacer que estos les cedan su luz y tú nunca fuiste la excepción. El problema es que, en las seis vidas anteriores, te ayudamos a conservar tu luz, pero tienes, ¿cómo le diría? —vaciló un poco—. Ah, digamos que es un defecto el amar tanto a tu estrella. Tú tienes ese defecto, nos has amado demasiado y has entregado tu luz solo para salvarnos.
—¿Estaban en peligro? —Indagué.